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Sarawak puede cubrir las necesidades energéticas sin megarrepresas: informe


A boat rests on the shore of the Baram River in Sarawak, Malaysia. The area will be inundated if the controversial 1,200-megawatt Baram Dam is built. Photo credit: International Rivers.Un bote ubicado en la costa del rio Baram en Sarawak, Malasia. El área quedará inundada si se construye la controvertida represa Baram de 1200 megavatios. Foto: International Rivers.



Un informe nuevo ha descubierto que Malasia puede cubrir las metas agresivas de desarrollo energético sin la necesidad de construir más represas hidroeléctricas de gran tamaño.

El Gobierno malasio planea construir 12 represas hidroeléctricas y dos centrales térmicas de carbón para el 2030 en el estado de Sarawak, ubicado a lo largo de la costa norte de Borneo. Sarawak es el estado más pobre y rural de Malasia, según el informe, y el Gobierno espera que la electricidad barata atraiga fábricas e industrias.

Activistas locales han sostenido por años que las represas producirían cantidades enormes de emisiones de gases de efecto invernadero y que afectarían seriamente los ecosistemas de río y la biodiversidad, al mismo tiempo que destruiría sus propias culturas y medios de vida.

Daniel Kammen y la coautora Rebekah Shirley de la Universidad de California, Berkeley, han hecho cálculos y, en su informe titulado Energy Planning and Development in Malaysian Borneo: Assessing the Benefits of Distributed Technologies versus Large Scale Energy Mega-projects, establecen que un enfoque más localizado, en el que se utilice una serie de tecnologías de energía limpia, podría funcionar mejor que una producción centralizada de energía en proyectos de mayor infraestructura.

“Descubrimos que una estrategia comunidad por comunidad sobre la base de mini redes con una central microhidroeléctrica, aumentada por energía solar o biomasa según sea el caso, es una buena opción para cubrir la demanda de las casas en Sarawak”, escribe Kammen en un correo electrónico dirigido a mongabay.com.

Lo que es más importante, según agrega Kammen, es que las redes pequeñas, localizadas —o mini redes— podrían ofrecer energía suficiente para comercios y otras actividades que generen ingresos, algo que prácticamente niega la necesidad de una megarrepresa.

“Tal vez el descubrimiento clave —sostiene Kammen— haya sido que esta combinación de energía limpia puede cubrir el posible crecimiento agresivo de 7-8 % por año que ha sido utilizado como argumento para la necesidad de las megarrepresas”.

A su vez existen planes para construir represas hidroeléctricas de gran tamaño en Sabah, el otro estado malasio en Borneo. Dichos planes también han sido criticados por el impacto sobre los ecosistemas de bosque y de río, así como también sobre las comunidades que dependen de estos. En el 2010, Kammen examinó los planes para una central térmica de carbón propuesta para el distrito de Lahad Datu, Sabah, y descubrió que tenía muchos costos y riesgos que no habían sido tenidos en cuenta. Más tarde, el proyecto fue desechado.

Members of the Penan indigenous group carry a sign stating their opposition to the proposed Baram Dam in Sarawak, Malaysia, in February 2014. Many indigenous communities oppose the dam, which will displace between 6,000 and 20,000 people, according to various estimates. Photo credit: International Rivers.
Miembros del grupo indígena penan sostienen un cartel en el que expresan su oposición a la represa Baram en Sarawak, Malasia, en febrero del 2014. Muchas comunidades indígenas están en contra de la represa, que desplazará entre 6000 y 20 000 personas, según diferentes cálculos. Foto: International Rivers.


Para la investigación, Kammen y Shirley examinaron específicamente la propuesta del Corredor de Energía Renovable de Sarawak, al que Kammen considera más concentrado en represas hidroeléctricas que cualquier otro plan de desarrollo energético del Gobierno malasio.

Sarawak ya tiene suficientes represas de gran tamaño construidas o en construcción para cubrir las necesidades actuales de energía, así como también objetivos agresivos de crecimiento, según informa Kammen. Y, si bien casi no existe capacidad estatal para planificar, diseñar e implementar mini redes, algunas ya han sido construidas en Sarawak por organizaciones no gubernamentales (ONG).

Los beneficios de pasar a la energía limpia y a las mini redes y de alejarse de la hidrofuerza a gran escala son muchos, según Kammen, y no se limitan a salvar acres y acres de bosques y hábitats de vida silvestre de quedar bajo agua.

Si bien las emisiones de gases de efecto invernadero varían según la composición energética, son similares o inferiores a los cálculos oficiales del Gobierno para dar electricidad a los pueblos mediante represas grandes. Kammen agregó: “Sarawak podría ser pionero en llevar energía a comunidades remotas, preservar el bosque y ahorrar enormemente en reasentamiento y en otros gastos asociados a las megarrepresas”.

Kammen se reunió el mes pasado con el Primer Ministro de Sarawak, Adenan Satem, para presentarle los resultados de la investigación. Aunque Kammen no dijo que Adenan parecía estar a punto de reconsiderar la estrategia de desarrollo energético de Malasia, como había hecho el Borneo Post, expresó: “Me impresionó muchísimo lo amable que [Adenan] es y el grado de interés en atender las necesidades energéticas de los residentes de Sarawak en todos los niveles sociales”.

Malasia no es el único país que enfrenta críticas por su dependencia de las megarrepresas para el desarrollo económico. Debido a los planes para construir represas hidroeléctricas de gran tamaño en deltas de ríos tropicales en todo el mundo, desde el Mekong, pasando por el Congo, hasta el Amazonas, Kammen y Shirley escriben en su informe que “la tensión está creciendo entre las comunidades civiles y los legisladores ya que las decisiones que afectan los derechos de la tierra, el uso de recursos, la industria, y la salud social y ecológica están tomándose sin casi debatir la necesidad, el riesgo y las alternativas”.

Los autores argumentan que, a pesar de “una apatía intrínseca por abandonar patrones de control establecidos y centralizados”, los países en desarrollo necesitan equilibrar la creación de proyectos de gran infraestructura, como las megarrepresas, con soluciones distribuidas más pequeñas, como la energía solar y la eólica, que son más “apropiadas según el lugar”.

A boat carries cargo up the Baram River, in Sarawak, Malaysia, in August 2011. Photo credit: MyBukit.
Un bote traslada carga por el río Baram en Sarawak, Malasia, en agosto del 2011. Foto: MyBukit.


“While there is widespread agreement on the need for a combined approach, most national energy or electrification strategies contain very few details on the integration of decentralized systems and little information on the potential for distributed solutions is available for public discourse,” Kammen and Shirley write.

“Si bien existe un acuerdo extendido sobre la necesidad de un enfoque combinado, la mayoría de las estrategias energéticas nacionales contienen muy pocos detalles sobre la integración de sistemas descentralizados, y existe poca información disponible sobre el potencial de las soluciones distribuidas para un debate público”, redactan Kammen y Shirley

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