- Después de examinar datos de 31 lugares diferentes a lo largo del bosque Atlántico en la costa sureste de Brasil, los investigadores concluyeron que la caza indiscriminada de animales grandes en estos bosques eventualmente resultará en la pérdida a gran escala de las especies de árboles más grandes
- Los investigadores observaron la dispersión de semillas por los frugívoros, así como la relación entre el tamaño de una semilla y el potencial de almacenamiento de carbono de un árbol, y descubrieron una tendencia preocupante.
- Los cazadores en la región típicamente capturan especies grandes de aves y de mamíferos de manera insostenible.
La caza indiscriminada contribuye a la pérdida de las reservas de carbono en los bosques, de acuerdo a un estudio publicado la semana pasada en la revista AAAS journal Science Advances. Luego de examinar datos procedentes de 31 lugares diferentes a lo largo del bosque Atlántico en la costa sureste de Brasil, los investigadores concluyeron que la caza indiscriminada de animales grandes en estos bosques eventualmente resultará en la pérdida a gran escala de las especies de árboles más grandes, responsables del almacenamiento de grandes cantidades de carbono.
El equipo de investigadores brasileños y europeos, liderados por Carolina Bello de la Universidade Estadual Paulista, observó la dispersión de semillas por los frugívoros, así como la relación entre el tamaño de una semilla y el potencial de almacenamiento de carbono en un árbol, y descubrió una tendencia preocupante.
Los cazadores en la región típicamente capturan especies grandes de aves y de mamíferos de forma insostenible. Estos animales son a menudo las especies que comen, transportan, y dispersan las frutas y semillas en los bosques. Por otro lado, las especies de árboles que producen las semillas dispersadas por los animales más grandes tienden también a ser los árboles con mayor altura y densidad. Por ello, mientras vayan desapareciendo estos animales, los árboles con capacidad más grande de almacenar carbono tendrán dificultad para reproducirse también. De manera gradual, estas especies de árboles serán remplazadas por árboles cada vez más pequeños y menos densos, y la capacidad total de almacenamiento de carbono de los bosques será reducida.
“Conseguimos una correlación positiva entre el diámetro de las semillas y la densidad de los árboles… así como la altura límite de los árboles”, escriben los autores, explicando que aquella correlación está presente en especies cuyas semillas son dispersadas por animales.
Luego de analizar 5.000 interacciones entre los frugívoros y su alimento — frutas — los autores descubrieron que 12 milímetros es el diámetro límite de las semillas que son regularmente dispersadas por animales que no están en peligro de desaparición (como las aves pequeñas y los roedores). En el bosque Atlántico, el 21 por ciento de los árboles producen semillas más grandes que las de 12 milímetros de diámetro, y de esas, el 70 por ciento tiene alta densidad de madera (más de 0,7 gramos por centímetro cúbico). Los autores del estudio luego crearon modelos de lo que sucedería si desaparecen los frugívoros, y encontraron que los árboles con semillas grandes y de mayor densidad se verían reducidos de un 10 a un 100 por ciento.
Aunque el estudio se centró en el bosque Atlántico de Brasil, los autores advierten que esta reducción podría tomar lugar en cualquier bosque donde las especies de árboles dominantes se dispersan a través de animales grandes comúnmente amenazados por la caza furtiva.
“Nuestros descubrimientos también podrían ser relevantes para los bosques amazónicos, donde la mayoría de las especies de árboles que almacenan el 50 por ciento del carbono también son dispersados a través de los grandes frugívoros”, escriben los autores. Sin embargo, en otros bosques donde las semillas de los árboles almacenadores de carbono dominantes son dispersadas de otras formas — como las pequeñas semillas de los árboles dipterocarp que son dispersadas por el viento en el sureste de Asia — las pérdidas de carbono serían menores.
El estudio le da mayor importancia a la necesidad de que los esfuerzos de conservación se centren en la protección de servicios de ecosistemas, a diferencia de medidas aisladas como la conservación de hectáreas de bosques o la cantidad de árboles que no sean talados.
“La restauración [de bosques] y programas REDD+ deberían desarrollar una visión completa de las interacciones y procesos bióticos”, escriben los autores, “para garantizar la capacidad de almacenamiento de carbono y todos los beneficios que eso brinda”.
CITACIÓN:
Carolina Bello et al. Defaunation affects carbon storage in tropical forests. Science Advances 18 Dec 2015: Vol. 1, no. 11, e1501105. DOI: 10.1126/sciadv.1501105