La reunión sobre el clima comienza con optimismo en París; acaso será REDD+ parte de la solución?

  • Todo país que participa en COP21 tiene su propio acuerdo, autodeterminado, sobre la cantidad de emisiones de carbono que puede reducir.
  • Desafortunadamente, el acuerdo total de todos los países es un 50 por ciento más bajo de los cortes necesarios para prevenir las catástrofes del cambio climático. 
  • Se cree que REDD+, una política que permite a los países industrializados seguir emitiendo carbono mientras pagan a países en desarrollo para que cuiden sus bosques, podría ser parte de la solución. 

Después de dos décadas de negociaciones que no tuvieron mucho éxito, hoy se observa gran optimismo entre los líderes de las 194 naciones que están presentes en París para diseñar y aprobar un acuerdo global para reducir las emisiones de carbono. La cumbre representa el 21º intento consecutivo de parte de las Naciones Unidas para hacer frente a los efectos cada vez más graves del cambio climático.

Esta semana, 100 líderes de todo el mundo — entre ellos el Presidente Obama — se reunirán en París para mostrar su solidaridad en la ciudad que fue recientemente agredida por el terrorismo, y para asegurarse de que haya un acuerdo sobre la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas emisiones ya han resultado en altas temperaturas que rompen récords en los últimos 15 años. Este año probablemente haga historia por tener las temperaturas más elevadas desde que se inició el mantenimiento de registros.

Hay algo que ha estimulado el optimismo de los negociadores: por primera vez en la historia, los tres emisores más grandes del mundo — China, los Estados Unidos y la Unión Europea, los cuales representan un 50 por ciento de las emisiones globales — están de acuerdo con sus promesas para crear límites y reducciones en su uso de carbón, petróleo, y gas natural en los próximos 10 a 15 años.

COP21 is seen by many as the last great hope for a binding climate change agreement.  Image by Reto Stöckl and Robert Simmon courtesy of NASA
La cumbre COP21 representa para muchas personas la última esperanza para un acuerdo global sobre el cambio climático. Imagen de Reto Stöckl y Robert Simmon cortesía de NASA.

Además, Climate Wire publicó una noticia importante el pasado viernes sobre cómo el billonario fundador de Microsoft, Bill Gates, tiene planes de crear un fondo multimillonario para energías renovables, el cual sería el más grande de la historia. Se espera que el fondo apoye la creación de nuevas tecnologías renovables que “aceleren el progreso y que desarrollen y apliquen nuevas soluciones” para combatir al calentamiento global, de acuerdo a Gates.

Los cortes de carbono a nivel nacional no son suficientes

Todo suena muy bien. Hasta que se hacen los cálculos.

Los científicos están todos de acuerdo en que será necesario evitar que las temperaturas globales — documentadas desde mediados del siglo XIX — no suban por más de 2 grados Celsius antes del 2100. Ya vamos por la mitad del camino: las temperaturas globales han subido en casi un grado Celsius desde la era industrial.

La quema de combustibles fósiles para la generación de energía es una práctica peligrosa: ha creado grandes ganancias para el mundo industrializado y mayor prosperidad para el mundo en desarrollo, pero también es responsable de la inestabilidad climática del presente — olas de calor intensas, sequías largas, tormentas cada vez más fuertes, un mayor derretimiento del Ártico, aumentos del nivel del mar, una muerte acelerada de los arrecifes de coral, y muchos otros impactos más.

La cumbre en Lima el año pasado diseñó el primer enfoque de abajo hacia arriba sobre cómo hacer frente a las emisiones de carbono. Fue un resultado de la conferencia poco exitosa que tomó lugar en Copenhague en el 2009, cuando el intento autoritario de arriba hacia abajo de las Naciones Unidas resultó en desacuerdos, mientras que los países más pobres rehusaron ser intimidados.

A principios de este año, más de 170 países — incluyendo los más grandes emisores de carbono — utilizaron el nuevo enfoque de abajo hacia arriba para definir sus propios límites para las reducciones de carbono. Las promesas de cada país se conocen ahora como las Contribuciones Destinadas de Determinación Nacional (INDC en sus siglas en inglés).

Pero aquellas promesas de reducciones acumuladas en emisiones de carbono resultan ser mucho menores de lo esperado.

Carbon emissions largely continue unabated, with China and the US the biggest producers currently. Photo by Tony Webster licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license
Las emisiones de carbono continúan; China y los Estados Unidos siguen siendo los más contaminantes. Foto de Tony Webster licenciada bajo Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license.

“Cuando observas las promesas [INDC] y las sumas todas, ves que estamos en la mitad del camino de donde deberíamos estar para llegar a los 2 grados Celsius. Estamos a mitad del camino. A menos que los emisores principales se vuelvan mucho más agresivos, el mundo pronto verá temperaturas más altas de 3,5 grados Celsius. Eso sería muy catastrófico”, dijo John Knox, representante especial de la ONU sobre el cambio climático y los derechos humanos.

La única forma de cerrar la brecha de emisiones, argumenta Knox, “es limitando el uso de combustibles fósiles. No existe ninguna otra forma de resolver el problema”.

Considerando los bosques

Aunque, por supuesto, podamos ver el bosque en vez de cada uno de sus árboles.

Jason Funk, científico de alto nivel centrado en el clima con la Unión de Científicos Preocupados (Union of Concerned Scientists), charló en la conferencia de prensa previa a la cumbre de COP21 en Washington, D.C., sobre la importancia del sector de manejo de tierras — enfoques de gestión forestal que puedan resultar en menores emisiones de carbono, o preferentemente, en la reducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

The carbon storage capacity of tropical forests is huge — so long as they don't burn, or are cut down. Large wildfires have raged in Indonesia and the Amazon during this year's massive El Nino.  Photo by lubasi licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license
La capacidad de almacenamiento de carbono de los bosques tropicales es enorme — con tal de que no se quemen o no sean talados. Foto de lubasi licenciada bajo Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license.

“El manejo de tierras, de forma colectiva, representa alrededor del 24 por ciento de las emisiones globales”, dijo Funk, “y los bosques proporcionan un potencial de secuestro equivalente al 10-14 por ciento de las actuales emisiones”.

El secuestro de carbono se refiere al carbono fuera de la atmósfera o de los océanos, donde las cargas cada vez más grandes están llevando a la desestabilización del clima.

El mantra de científicos como Funk es muy sencillo: los bosques tropicales y los bosques nubosos que abrazan al planeta a lo largo del ecuador son sumideros de carbono — como unas esponjas enormes que atrapan al carbono en sus hojas, sus ramas, troncos, y raíces siempre y cuando sigan en pie. Si los cortan o los queman, todo ese carbono escapa y contribuye al caos climático.

“Los bosques y ecosistemas representan la única forma que tenemos de eliminar el carbono de la atmósfera a larga escala”, dijo Steve Panfil, un consultor técnico con Conservation International. “Cualquier acuerdo en París debe tomar esto en cuenta. Si dejamos de deforestar al nivel actual, podríamos reducir nuestras emisiones en un 30 por ciento”.

Logging, as seen here in Sabah Malaysia, is a major cause of tropical deforestation, along with agriculture, mineral extraction and dam construction.
La tala, como se muestra aquí en Sabah, Malasia, es una gran causa de la deforestación tropical junto a la agricultura, la extracción de minerales y la construcción de represas. Foto de CEphoto, Uwe Aranas / CC-BY-SA-3.0

De los cinco científicos que se encontraban en la conferencia de prensa el pasado noviembre, ninguno conoce mejor la política controversial de REDD+ que Chris Meyer. Esta política exige a países industrializados que compensen a los países tropicales para que no talen sus bosques, de esta manera limitando los gases de efecto invernadero que los países industrializados siguen generando.

“No esperamos que el acuerdo en París tenga una gran sección sobre REDD+ o que lo mencione explícitamente”, dijo Meyer, un especialista en REDD+ con el Environmental Defense Fund en Washington, D.C. “Esto se debe a que en las pasadas reuniones de COP, particularmente en la de Varsovia para COP19, ya se había decidido el tema”.

REDD+ es controversial en parte gracias a críticos como Chris Lang, el autor británico del sitio de web REDD Monitor. Él argumenta que la política permitirá que países industrializados con grandes emisiones de carbono, como Noruega o Alemania, por ejemplo, sigan contaminando a su gusto pero con una conciencia limpia mientras den dinero a países pobres en los trópicos para la protección de sus bosques.

Lang es escéptico sobre la falta de rigor científico en el aparato de REDD: ¿Acaso los bosques tropicales están siendo conservados para contrarrestar la contaminación de países primermundistas? ¿Cuánto carbono está siendo secuestrado? ¿Cómo se puede medir el secuestro de carbono? ¿Cómo se sabe si ambos países no son parte de una estafa de comercio donde uno de ellos sigue contaminando y el otro recibe millones mientras hacen ver que salvan sus bosques?

Illegal logging sawmill in Borneo. REDD+ critics say that it will be very difficult to monitor and stop illegal logging of tropical forests. Photo by Rhett Butler
La tala ilegal en Borneo. Los críticos de REDD+ dicen que será muy difícil monitorear la tala ilegal de bosques tropicales. Foto de Rhett Butler.

“La idea de que los bosques pueden tener mayor valor si no son talados para sacar las riquezas de combustibles fósiles o minerales que se encuentran bajo tierra es ingenua”, dijo Lang en una entrevista con Mongabay. “Siempre se puede hacer más dinero cortando árboles y plantando palmas de aceite africanas [en un país como Indonesia, al igual que] explotando petróleo [en Ecuador] o buscando oro [en Perú]”.

Dándole una oportunidad a REDD+ 

Meyer no está de acuerdo con Lang, y argumenta que REDD+ es un mecanismo útil que permitirá que los países hagan reducciones de carbono más eficientes. Él ve a REDD+ como “otro instrumento en la caja de herramientas políticas”.

Meyer menciona los éxitos iniciales de un programa piloto de REDD+ en Acre, Brasil, en la Amazonía occidental cerca a la frontera con Perú. Acre es una región más extensa que algunos países centroamericanos, con más bosques tropicales, y con mayor deforestación debido al ganado, la tala, y la extracción. Pero ahora miles de hectáreas boscosas están siendo manejadas y conservadas, explicó Meyer.

Stacks of rainforest timber in Indonesia. Photo by Rhett Butler
Pilas de maderas de bosque tropical en Indonesia. Foto de Rhett Butler.

Alemania no está aprovechándose de las compensaciones de carbono, pero está dispuesta a probar el sistema de REDD+. Pagó millones de dólares al gobierno regional de Acre para que redujera sus concesiones para la ganadería y la tala. Funcionarios públicos usaron parte del dinero para la extracción de caucho sostenible, a manera de mantener más árboles en pie y crear trabajos. La mayoría de los fondos de Alemania están yendo a comunidades indígenas en Acre que determinan como conservarán los bosques que consideran su hogar.

“Estos son servicios de ecosistema — más secuestro de carbono, más trabajos en los bosques, más seguridad alimentaria — por los que se está pagando para conservar los bosques”, dijo Meyer. “Es algo pionero”.

Pero a pesar de los éxitos de REDD+ en Acre, Meyer reconoce que existen grandes desafíos en el crecimiento del mecanismo y en la aplicación de reglas y multas para asegurarse de que REDD+ sea efectivo en el mundo entero.

“REDD+ complementa, pero no sustituye, los esfuerzos importantes para ayudar a la transición de combustibles fósiles a formas más limpias de generación de energía”, dijo Meyer.

Mientras tanto, el científico sobre el clima Jason Funk argumenta que no se debe exagerar “la brecha de emisiones” después de que se añadan todas las promesas voluntarias de los países que presentaron sus INDC. París no será la solución, de acuerdo a Funk, pero si será un punto de giro para que todos los países puedan negociar a futuro y para que siga la presión a nivel internacional.

“Este acuerdo es como un arca de Noé”, dijo Funk del potencial de un acuerdo en COP21. “No tenemos un arca perfecta. Pero es más importante estar dentro del arca que quedarse fuera. Si estás en el arca, todos tendremos el potencial de avanzar conjuntamente”.

Por supuesto, esto presenta otra duda: si el arca de compromisos de carbono a nivel global será suficiente y si llegará a tiempo para enfrentarse a las tormentas del cambio climático que se avecinan.

 

Justin Catanoso, director del programa de periodismo en la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, hará cobertura de COP21 en París para mongabay.com. Sus reportajes reciben el apoyo del Pulitzer Center for Crisis Reporting en Washington, D.C., y del Center for Energy Environment and Sustainability en la Universidad de Wake Forest.

Logging trucks in Sabeh Borneo. The preservation of tropical forests is crucial to any plan to curb climate change. Photo by Rhett Butler
Camiones cargando madera en Sabah, Borneo. La conservación de bosques tropicales es sumamente importante para cualquier plan de reducción del cambio climático. Foto de Rhett Butler.

 

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