- A lo largo de su distribución desde el sur de México hasta la costa atlántica argentina, los monos aulladores no se encuentran bajo amenazas muy severas.
- El Ministerio de Salud de Ecuador ha descartado que la muerte de los primates tenga que ver con dengue, chikunguña, fiebre amarilla, o zika.
- Los 44 monos que fueron encontrados muertos han sido enterrados en una zona aislada de la misma Reserva Pacoche, para evitar que se genere otro tipo de posible contaminación.
La Reserva Pacoche en el departamento de Manabí, Ecuador, se encuentra en una de las pocas áreas de bosque semiseco tropical que quedan en la costa pacífica del país.
Dentro de sus 13 hectáreas, habitan aproximadamente 400 monos aulladores (Alouatta palliata aequatorialis) endémicos de la zona, los cuales se pueden escuchar, especialmente al amanecer, desde más de un kilómetro de distancia ─sus aullidos son los sonidos más fuertes emitidos por un primate─ y se los puede ver fácilmente desde los balcones de observación en la reserva. También viven ahí ocelotes y pacas, así como más de 200 especies de aves.
Sin embargo, a principios de febrero, los vecinos del refugio en el sector La Solita dijeron haber notado que los monos aulladores se escuchaban cada vez menos.
“Los escuchábamos todo el tiempo”, dijo en una entrevista Rolando Sánchez, líder comunitario de La Solita, al diario El Comercio. “De repente empezamos a escucharlos menos y luego empezamos a encontrar sus cuerpos”.
El Ministerio de Ambiente confirma que se han encontrado 44 cuerpos en los sectores de comunas alrededor de la Reserva Pacoche; en toda la zona existe una población aproximada de 600 monos.
A lo largo de su distribución desde el sur de México hasta la costa atlántica en Argentina, los monos aulladores no se encuentran bajo amenazas muy severas. En algunas localidades del Ecuador, sin embargo, se enfrentan a la pérdida de su hábitat debido a la fragmentación de bosques y a la caza furtiva.
Ahora se teme que una enfermedad sea culpable de la pérdida de los 44 monos en Manabí. El Ministerio de Salud de Ecuador ha descartado que la muerte de los primates tenga que ver con dengue, chikunguña, fiebre amarilla, o zika. Este último virus se investiga luego de que en Nicaragua se diera recientemente una enfermedad contagiosa que se propagó rápidamente, relacionada con una posible infección de zika en monos aulladores.
“Hasta el momento y según los resultados enviados por el (Instituto Nacional de Investigación de Salud Pública) INSPI, también se ha descartado que la muerte de los monos se haya producido por la infestación con el parásito Angiostrongylus cantonensi, que suele producir meningitis”, dijo un comunicado emitido por el Ministerio de Salud.
En el 2008, un brote de fiebre amarilla surgió en la provincia de Misiones en la región argetina del Bosque Atlántico y eliminó a una población de aproximadamente 200 monos aulladores. En un artículo para Tropical Conservation Science, la investigadora Ilaria Agostini explicó que los monos aulladores se vieron particularmente susceptibles a la infección, y que la pérdida de la población en la zona se debía en gran parte al brote de la enfermedad. Tanto así, que Agostini teme que la fiebre amarilla pueda acabar por causar la extinción del mono aullador marrón (Alouatta guariba clamitans) en la región.
Sin embargo, los investigadores creen que la mayoría de especies de monos aulladores de América Latina son adaptables, ya que pueden tolerar la fragmentación de los bosques y tienen una dieta diversa.
Por el momento, los 44 monos que fueron encontrados muertos han sido enterrados en una zona aislada de la misma Reserva Pacoche, para evitar que se genere otro tipo de posible contaminación.