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Gran incremento en el número de incendios en la Amazonia brasileña en los pasados 16 años

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  • Desde 1999 hubo un incremento en incendios en el orden del 65 %.
  • Una vez que las áreas son afectadas por el fuego, los bosques pueden requerir, dependiendo del ecosistema, hasta 50 años para regenerarse.
  • Los últimos incendios sucedieron en los pasados dos meses y fueron también los más grandes, devastaron cerca de un tercio del territorio indígena de los Arariboia, en el estado de Maranhão.
Photo credit: Doug Morton.
Foto: Doug Morton.

Ha habido un incremento de 25 % en el número de incendios en Brasil desde enero de 2015. Según los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial, INPE, este año se identificaron 220.000 incendios, lo que pone a Brasil en el primer puesto de la lista de los países sudamericanos. Si miramos el año 1999 –cuando se comenzó a dar seguimiento a los incendios a nivel nacional– se ve un incremento de un 65 %. En la mayoría de los casos, el bioma que continúa sufriendo más sigue siendo el de la región amazónica, en los estados de Pará, Mato Grosso, y Maranhão.

De mismo modo que los incendios, la deforestación obviamente está en aumento en la Amazonia brasilera. Los datos recientes presentados por la ministro de medio ambiente Izabella Teixeira, muestran que se han quemado aproximadamente 2251 millas cuadradas de bosques (lo que equivale al tamaño de la capital del país, Brasilia).

“Este aumento de los incendios en estas áreas se debe a la expansión de la frontera agrícola, con el avance de las plantaciones, y las actividades como la cría de ganado”, dijo Fabiano Morelli, el investigador del programa de monitoreo de incendios de INPE. Los datos colectados, explica Morelli, están ayudando a las instituciones de salud y medio ambiente a desarrollar estrategias de control para hacer frente a estas tragedias, las cuales afectan a los ecosistemas, las especies, y a los humanos por igual.

Uno de los incidentes más importantes se desató dos meses atrás: resultó ser uno de los incendios más grandes y devastó cerca de un tercio del territorio indígena de los Arariboia, en el estado de Maranhão. El incendio está bajo investigación criminal, y se cree que fue causado por leñadores locales que están en conflicto con los pueblos indígenas que habitan la selva. La comunidad nativa no solo vive en la selva, sino que también patrulla activamente la zona y se organiza como comunidad para tratar de limitar las actividades ilegales en el área. El mes pasado, se necesitaron 300 bomberos para contener el incendio.

Fire hotspots across South America, 2010.
Los puntos donde se registraron incendios en Suramérica, 2010.

Una vez afectado, siempre vulnerable

Según el profesor Kenny Tanizaki del departamento de análisis geoambiental de la Universidad Federal Fluminense (UFF), cuando un área es golpeada por un incendio, se mantiene vulnerable a nuevos incendios por un largo período de tiempo.

“El material que sobrevive a un incendio, como ramas y pedazos de árboles, se reacomoda y se convierte en un material muy potente en nuevos incendios, lo cual conduce a un círculo de retroalimentación que genera nuevos fuegos”, explica. Agrega “esto provoca un gran desbalance ambiental, con la disminución de especies de fauna y flora, la erosión del suelo, la sedimentación en los ríos, y la disminución del nivel freático, lo que causa períodos de sequías e inundaciones más severos. Otro resultado es el creciente desbalance del ciclo hidrológico en estos lugares”.

Una vez que estas áreas se ven afectadas por los incendios, los boques pueden requerir hasta 50 años para regenerarse, dependiendo del ecosistema. “Los manglares, que son muy resilientes, se recuperan rápido, en diez años”, explica el biólogo Mario Moscatelli, de la Universidad Santa Úrsula en Rio de Janeiro. “Los bosques de los bancos de arena, que son muy poco resilientes, se recuperan en 50 años, y los bosques de las laderas de las colinas, las cuales son de resiliencia intermedia, pueden llevar hasta 30 años en volver a la normalidad”.

Para Moscatelli, los incendios constituyen un “auténtico holocausto ambiental”.

“Los incendios destruyen la tierra y la fauna, y llevan a la pérdida de biodiversidad”, dijo Moscatelli a Mongabay. “Esto lleva al agotamiento de las especies que interactúan en el reciclaje de nutrientes en el suelo”.

Global Forest Watch shows Brazil lost around 38 million hectares of tree cover from 2001 through 2014. Tree cover loss in the country has slowed somewhat in recent years due to improved land use policies, enforcement, and private initiatives. However, the state of Maranhao appears to have bucked this trend, with its tree cover loss reaching a high of 280,000 hectares in 2014. (Note: these numbers may not entirely represent deforestation, as tree plantation harvesting likely contributes a small proportion.)
Global Forest Watch muestra que Brasil perdió cerca de 38 millones de hectáreas de bosques desde 2001 hasta 2014. La pérdida de bosques se ha ralentizado en años recientes debido a las mejoras en las políticas de uso de la tierra, el control en el cumplimiento de la ley, y las iniciativas privadas. Sin embargo, el estado de Maranhão parece haber continuado con esa tendencia, al alcanzar 280.000 hectáreas de bosques talados en 2014. (Nota: estos números no representan necesariamente deforestación, dado que la cosecha de plantaciones de árboles puede contribuir a la deforestación en pequeña proporción.)
Fire data from Global Forest Watch indicate 2015 may not be a good year for Maranhão’s forests, either. Of the 9,500 fires recorded in Brazil in the past week (Dec. 1 to Dec. 8), 3,200 – more than 30 percent – occurred in the coastal state alone.
Los datos sobre incendios del Global Forest Watch indican que 2015 puede no haber sido un buen año para los bosques de Maranhão. De los 9500 incendios identificados en Brasil durante la semana comprendida entre el 1-8 de diciembre, 3200 -más de 30 %- ocurrieron en el estado costero de Maranhão.

Los números sobre deforestación no brindan una idea completa

Los datos sobre los incendios que publica INPE fueron anunciados tres días antes de que el país participara en la conferencia sobre el cambio climático, COP21, en Paris. En ese momento, la presidenta Dilma Rousseff reveló solamente los datos históricos sobre deforestación en el país, los cuales han estado en caída desde la década pasada. Según INPE, entre el 2004 y el 2015, la deforestación en el país cayó un 79 %.

No obstante, en su declaración, Rousseff ignoró los números del año pasado, no solo en cuanto a la deforestación (la cual aumento un16 %), sino que más específicamente, no proporcionó el número total de incendios registrados. Desde 1999 ha habido un 65 % de aumento en los incendios registrados en el país.

Un análisis de los datos por región también alarma a varios científicos que trabajan en la Amazonía brasilera. Según el Proyecto de monitoreo de la deforestación en la Amazonía legal (PRODES), el estado de la Amazonía vio un incremento en los incendios en el orden de 54 % en solo un año; en Rondônia se incrementaron un 41 %, y en Mato Grosso un 40 %.

Un análisis previo llevado a cabo por el ministerio de medio ambiente mostró que las áreas deforestadas recientemente se relacionan con la expansión de la ganadería y la agricultura en los estados de Mato Grosso, Rondônia, y Amazonia. Este tipo de deforestación ocurre usualmente a través de las quemas.

“Ha habido un cambio en el tipo de área deforestada: antes veíamos deforestación al azar, pero ahora vemos deforestación en áreas grandes”, dijo la ministra Izabella Teixeira.

Teixeira reconoce que los números pueden parecer contradictorios, ya que el gobierno brasilero ha hecho inversiones de cerca de 30 millones de dólares a los estados que estaban dispuestos a preservar bosques y a crear políticas para evitar los incendios. “Este incremento [de incendios] no es consistente con los recursos disponibles en estos estados. Estos no fueron tan solo unos pocos subsidios: en un año nosotros incrementamos el desembolso de subsidios federales en un 30 %”.

La deforestación continúa creciendo, a pesar de la intervención del gobierno

Los datos del Global Forest Watch refuerzan la teoría de que la deforestación continúa creciendo a pesar de los esfuerzos que el país realiza. Según el conjunto de organizaciones que monitorean los bosques a nivel mundial, la pérdida de bosques ha aumentado durante el año pasado y el monitoreo satelital muestra que los incendios también han aumentado, en los estados como Mato Grosso, Pará, y Maranhão.

Desde que la COP21 reuniera a los líderes del mundo en Paris, los gobiernos de Brasil y Noruega han acordado extender hasta el 2020 su asociación en temas climáticos y de bosques. Mirando hacia adelante, esto se va a traducir en una inversión de cerca de 600 millones de dólares en subsidios desde el gobierno de Noruega hacia el Fondo Amazónico, creado para combatir el avance de la deforestación en el país. Esta asociación, firmada en 2008, ha resultado en la contribución de 1000 millones de dólares que realizó el país europeo, uno de los donantes más importantes en las iniciativas relacionadas al clima en los países en desarrollo.

“Nosotros estamos reforzando nuestro compromiso con una economía de bajo carbono basado en una agricultura sustentable, energía renovable, restauración de bosques y reforestación, y la eliminación de la tala ilegal”, dijo la presidenta Dilma Rousseff durante su anuncio. “Todo para reducir emisiones”.

Wildfires destroy the forest cover of the Amazon state of Maranhão, Brazil. Photo courtesy of Greenpeace.
Incendios que destruyen la cobertura de bosques en el estado amazónico de Maranhão, Brasil. Foto cortesía de Greenpeace.
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