- El martes, una Corte de Costa Rica sentenció a cuatro de los siete hombres acusados a condenas de entre 74 y 90 años por asesinato y secuestro, pero solo pasarán encerrados un máximo de 50 años, como establece la ley costarricense.
- También fueron condenados por otros delitos de robo y violación cometidos alrededor de la misma época.
- Según los jueces que actuaron en el caso, el trabajo de conservación de tortugas marinas que realizaba Mora fue el motivo principal de su asesinato.
El 30 de mayo de 2013, Jairo Mora Sandoval, conservacionista de tortugas marinas, y cuatro voluntarias fueron secuestrados a punta de pistola por un grupo de hombres en la playa Moín, cercana a la ciudad de Limón. Las mujeres (tres estadounidenses y una española) lograron escapar, después de haber estado retenidas en una casa abandonada durante varias horas y sufrir abusos sexualmente. Mora fue golpeado, atado a una camioneta y arrastrado a lo largo de la playa, y murió por asfixia. Tenía 26 años.
A finales de marzo, una corte de Costa Rica sentenció a cuatro de los siete hombres acusados (Héctor Cash, Ernesto Centeno, José Bryan Quesada y Donald Salmón) a condenas de entre 74 y 90 años por los delitos de asesinato y secuestro. También fueron condenados por robo y violación de una mujer de nacionalidad costarricense, hechos que tuvieron lugar alrededor de la misma época, pero solo pasarán en la cárcel un máximo de cincuenta años, como establece la ley costarricense. Los otros tres acusados (Darwin Salmón, Felipe Arauz y William Delgado) fueron absueltos debido a falta de evidencia.
Los jueces que actuaron en el caso determinaron que el trabajo de conservación de tortugas marinas que realizaba Mora fue el motivo principal de su asesinato. Mora estaba enfrentado con bandas de cazadores furtivos que robaban huevos de tortugas marinas, de los cuales se piensa que tienen propiedades afrodisíacas. En Costa Rica, el comercio de huevos de tortugas marinas a menudo está relacionado con el narcotráfico.
“La Corte rechaza que haya otro motivo de asesinato”, dijo Carlos Álvarez, el juez principal del caso, al diario costarricense The Tico Times. “El asesinato de Jairo Mora Sandoval fue el último golpe en la guerra que tiene lugar entre los ambientalistas y los cazadores furtivos en la playa”.
“Esto es más que un crimen horrible, también ha dañado la reputación de Costa Rica de ser un país verde. Los ambientalistas están asustados”, comentó Álvarez en la nota periodística.
Esta sentencia llega después de que los siete acusados fueran absueltos en el juicio anterior, realizado el año pasado. En esa ocasión, los jueces determinaron que la policía y la fiscalía hicieron mala manipulación de la evidencia de registros telefónicos y transcripciones de mensajes de texto, por lo que no fueron admisibles como tal en el juicio.
Sin embargo, la fiscalía apeló la sentencia y ganó el nuevo juicio.
Mientras tanto, la Corte de Inspección Judicial ha abierto un caso disciplinario contra los jueces que actuaron en el primer juicio sobre el asesinato de Mora, por “rehusar en forma inapropiada aceptar evidencia esencial”. El gremio de jueces de Costa Rica denunció la investigación.