- Una Evaluación del Clima y la Salud presentada en la Casa Blanca por el Programa de Investigación de Cambio Global de los EE.UU. reveló que los efectos del cambio climático en la salud son muy extensos.
- Todos los estadounidenses son vulnerables, pero la gente con bajos ingresos, ciertas etnias, los grupos indígenas, los jóvenes, los ancianos y las mujeres embarazadas están bajo un riesgo desproporcionado.
- El informe pretende ayudar a los encargados de la toma de decisiones a generar y aplicar una respuesta proactiva a las crecientes consecuencias que tiene cambio el climático para la salud.
El cambio climático ya afecta de muchas maneras a la salud humana y el bienestar en los Estados Unidos, y se prevé que estos impactos aumenten en el futuro, según un nuevo informe publicado esta semana.
La Evaluación sobre el Clima y la Salud del Programa de Investigación de Cambio Global de los Estados Unidos (USGCRP por sus siglas en inglés) recopila las pruebas científicas más actuales para evaluar y resumir las consecuencias del aumento de las temperaturas y de los niveles de dióxido de carbono en la salud humana.
«Este informe cambia realmente la forma en la que hablamos del cambio climático en Estados Unidos», dijo en una sesión informativa en la Casa Blanca un científico ambiental de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU (EPA por sus siglas en inglés) y coeditor del informe.
Los impactos documentados en el informe, desde la calidad del aire a la salud mental, la nutrición o las enfermedades transmitidas por vectores, tienen un gran alcance. Además, «todos los estadounidenses son vulnerables», aunque ciertos grupos —los de bajos ingresos, algunas etnias, grupos indígenas, los jóvenes, los ancianos y las mujeres embarazadas— son «desproporcionadamente vulnerables», dice el informe. A medida que la población envejece, aumenta la diversidad étnica y se desarrollan las desigualdades económicas, aumenta la posibilidad de que más gente experimente las consecuencias del cambio climático en su salud.
El USGCRP examinó las pruebas de más de 1800 estudios publicados entre 2007 y 2014, y extrajo los descubrimientos clave para que los encargados de la toma de decisiones y aplicación de políticas puedan planear estrategias de mitigación y adaptación.
«Esta es la primera vez, creo que en la historia, que hemos sido capaces de observar este asunto realmente y mostrar que no se trata solo de los osos polares y el derretimiento de los polos; se trata de nuestros hijos, nuestras familias, se trata de nuestro futuro. Se trata de cuál es nuestro principal valor y lo que hacemos para cumplir con la responsabilidad moral que tenemos para con nuestros hijos y el futuro», dijo la administradora de la EPA Gina McCarthy en la sesión en la Casa Blanca.
«Todos los seres humanos en cualquier parte de los Estados Unidos se ven afectados por el clima y verán un aumento en sus efectos si no actuamos ahora para intentar reducirlos», añadió McCarthy.
La década pasada fue la más cálida registrada en los Estados Unidos, y las lluvias torrenciales, sequías, olas de calor y huracanes han aumentado en los últimos años. Se prevé que todos estos fenómenos se intensifiquen severamente en las próximas décadas, aunque el desarrollo exacto depende de las acciones que la sociedad emprenda hoy. Si se reducen las emisiones de dióxido de carbono, puede que se eviten los peores efectos. El informe «es una auténtica llamada de alerta para innovar e invertir en un futuro con poco carbono y no esperar más», afirmó McCarthy.
Está previsto que los índices de enfermedad e incluso de mortalidad aumenten debido a un conjunto de factores relacionados con el cambio climático. Las interacciones entre estos factores podrían agravar aún más sus consecuencias o desencadenar una cascada de efectos difíciles de predecir, según concluye el informe. Estos efectos empeorarán aún más según los determinantes sociales de la salud.
Entre las consecuencias se encuentran el aumento general de las temperaturas, y temperaturas frías y cálidas más extremas, que podrían causar «un aumento de miles a decenas de miles de muertes prematuras relacionadas con el calor en verano».
La reducción de la calidad del aire debida al aumento del ozono y los alérgenos transportados por el aire, y los cambios geográficos y estacionales de las enfermedades transmitidas por vectores como la enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas, y el virus del Nilo Occidental, transmitido por los mosquitos, también tendrán consecuencias.
El informe también anticipa el surgimiento de nuevos patógenos con la interacción entre los cambios en el uso de la tierra, los viajes internacionales y el cambio climático. También se prevé que aumente la exposición a contaminantes del agua, ya que las altas temperaturas del agua benefician a los patógenos y las algas que liberan toxinas. El aumento de las tormentas y las lluvias torrenciales pondrán en riesgo la infraestructura y el suministro de agua limpia.
También se espera que aumente la exposición de los suministros de alimentos a patógenos y toxinas. Con el aumento de plagas y microbios causado por el cambio climático, se prevé que aumente el uso de pesticidas, los cuales tienen asociados riesgos para la salud. Además, el incremento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera reducirá el valor nutricional y el contenido mineral de cultivos importantes como el trigo y el arroz.
El informe también destacó los efectos que el cambio climático tiene en la salud mental. «[El cambio climático] probablemente tenga un efecto en lo contento que estás cada día y cuál es tu estado de salud mental», dijo McCarthy.
El informe describió esta relación en más detalle: «La naturaleza interactiva y acumulativa de los efectos del cambio climático en la salud, la salud mental y el bienestar son factores críticos para entender las consecuencias generales del cambio climático en la salud humana».
Los eventos climáticos extremos pueden causar estrés inmediato, ansiedad y respuestas postraumáticas de estrés. A largo plazo, ser testigo de los cambios y la pérdida de entornos locales y recursos naturales —para las comunidades que tienen una fuerte conexión con estas— puede derivar en trastornos de la salud mental como ansiedad y depresión. El calor extremo también afecta de forma desproporcionada a los que ya sufren trastornos. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, el 18 por ciento de la población adulta (43,6 millones de personas) sufrió algún trastorno de la salud mental en 2014.
La recién publicada Evaluación del Clima y la Salud «ofrece una base científica exhaustiva que nos dirá cuáles son los daños y las preocupaciones en torno a la salud pública y el clima» para que los encargados de diseñar políticas puedan actuar, dijo McCarthy. «También nos reta a observar los costes asociados con la inacción y lo que esto significa para el futuro de nuestros hijos».
Citas
USGCRP (2016): The Impacts of Climate Change on Human Health in the United States: A Scientific Assessment. Crimmins, A., J. Balbus, J.L. Gamble, C.B. Beard, J.E. Bell, D. Dodgen, R.J. Eisen, N. Fann, M.D. Hawkins, S.C. Herring, L. Jantarasami, D.M. Mills, S. Saha, M.C. Sarofim, J. Trtanj, and L. Ziska, Eds. U.S. Global Change Research Program, Washington, DC, 312 pp. http://dx.doi.org/10.7930/J0R49NQX