- China Three Gorges es una empresa estatal que se prepara para hacer una oferta por la planta hidráulica de 8040 megavatios en São Luiz do Tapajós, en la cuenca amazónica del Tapajós. La empresa tiene antecedentes de violación de derechos humanos.
- Las siete represas que planeadas para la cuenca del Tapajós no servirían solamente para generar electricidad, sino que también podrían reducir los costos de las exportaciones de alimentos desde Brasil hacia China por medio de la Usina Hidroeléctrica Teles Pires, y, así, se unirían las granjas industriales lejanas del estado brasileño de Mato Grosso con el Río Amazonas, con el puerto de Belém y con el Canal de Nicaragua que China planea construir para acortar la distancia de los envíos a Asia.
- Las empresas chinas están involucrándose cada vez más en los esfuerzos de Brasil por expandir rápidamente la infraestructura del Amazonas (represas, líneas de trasmisión, canales, carreteras, y los proyectos de los puertos), y, de esta manera, el interior de los bosques quedaría expuesto a la explotación. Según los críticos, los malos antecedentes sociales y medioambientales de China y Brasil no son una buena señal para los pueblos indígenas, los ecosistemas y la fauna de la región.
Las empresas de construcción de China están intentando alcanzar una mejor posición en los proyectos de infraestructura (especialmente en la construcción de represas hidroeléctricas) en el Amazonas, una región y un sector que durante mucho tiempo han estado dominado por grandes empresas de construcción de Brasil. Esta oportunidad para las empresas chinas tuvo lugar a causa de los problemas que afrontaron las empresas brasileñas debido al escándalo entre los órganos del Estado y los particulares en la investigación por lavado de dinero ilícito Operação Lava Jato (Operación Lavado de Autos) que aún está en curso, y, también, a causa de la devaluación de la moneda de Brasil y los altos costos de los créditos bancarios.
China Three Gorges, empresa estatal con antecedentes de violación de derechos humanos, se prepara para hacer una oferta por la central hidroeléctrica de 8040 megavatios São Luiz do Tapajós que se planea construir en la cuenca amazónica del Tapajós. Esta enorme represa que se construirá en el río Tapajós tendría la capacidad de generar un máximo de 8040 megavatios, cuyo costo total serían aproximadamente unos 23 mil millones de reales (US$5,8 mil millones).
La represa, que se construiría en los próximos diez años, podría causar la inundación de 72 225 hectáreas (720 km² aproximadamente), incluidas algunas tierras que pertenecen a la tribu Mundurukú. El proyecto de São Luiz do Tapajós se encuentra en medio del proceso de licenciamiento ambiental más controversial desde la construcción de la enorme represa amazónica de Belo Monte, un proyecto que ha tenido muchos problemas desde su creación, tanto financieros como medioambientales y culturales, entre ellos las acusaciones más recientes de etnocidio en contra de los pueblos indígenas.
En el informe anual más reciente de la empresa China Three Gorges se mencionan los planes para una “oferta competitiva”. Li Yinsheng, presidente de China Three Gorges en Brasil, afirma que solo se decidirá seguir adelante con la oferta una vez se conozcan las condiciones de la licitación: “China Three Gorges ha elegido a Brasil como país prioritario para su estrategia de expansión internacional. La empresa quiere aprovechar todas las oportunidades que Brasil ofrezca”, aseguró en un correo electrónico.
El interés que tiene China en el sector eléctrico de Brasil lo confirma Charles Tang, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Brasil-China, organización que ayuda a las empresas chinas interesadas en invertir en Brasil. “Con o sin la Operación Lavado de Autos, China invierte en Brasil por numerosas razones, como la posición en el mercado, las ganancias, la capacidad de exportación y de garantizar el uso estratégico de los recursos, y también por razones geopolíticas”, afirmó Tang. Entre los proyectos de energía propuestos entre Brasil y China en los que Tang está colaborando se encuentran una central hidroeléctrica, un parque eólico y dos parques térmicos. Tang no nombrará las empresas chinas involucradas en los proyectos debido a la política de privacidad de la Cámara.
China está muy interesada en el Amazonas
Según Stephanie Jensen-Cormier, directora de la ONG International Rivers en Beijing, es importante entender la industria hidroeléctrica en China, es decir, la razón por la cual las empresas chinas están tan interesadas en invertir en el sector hidroeléctrico de Brasil. Según Stephanie, China posee más de la mitad de las plantas hidroeléctricas más grandes del mundo, aún más de las que poseen países como Brasil, Estados Unidos y Canadá combinados. China está involucrada actualmente en más de 330 proyectos de construcción de represas en 85 países. La mayoría de los proyectos se están llevando a cabo en el sureste de Asia, y el número total de proyectos sigue subiendo, según afirmó Jensen-Cormier.
El deseo de China de construir represas y plantas de energía en la cuenca amazónica del Tapajós puede estar relacionado con otros intereses que tienen en la región. El bajo costo en la electricidad podría ayudar a respaldar los proyectos de minería, lo cual constituye otro sector de interés para las empresas chinas, según explica el libro O Brasil Made in China escrito por la socióloga Camila Moreno. La autora señala que la región amazónica de Tapajós tiene muchas riquezas minerales, que son las que precisamente buscan cada vez más los países asiáticos. “En los últimos años, el descubrimiento de nuevas explotaciones mineras ha tenido éxito, y actualmente la región amazónica es una frontera que promete la explotación minera de diamantes”, asegura la autora.
La sucesión de centrales hidroeléctricas y embalses que se planean construir en la cuenca amazónica del Tapajós no servirían solo para generar energía eléctrica, sino que también ayudarían a reducir el costo de las exportaciones de alimentos desde Brasil hacia China y otras naciones. La Usina Hidroeléctrica Teles Pires, que depende de las muchas represas de Tapajós, podría crear un sistema de canal para unir a las plantaciones de soja lejanas en el estado de Mato Grosso con el río Amazonas, que a su vez se uniría con el puerto internacional brasileño de Belém. La Usina Hidroeléctrica Teles Pires se complementaría con el proyecto del Canal de Nicaragua, el cual China planea construir para acortar la distancia de los envíos a Asia.
China no solo está interesada en el transporte fluvial en el Amazonas, sino que también planea seguir con proyectos para el transporte terrestre, ferroviario y portuario, y, de este modo, lograr la exportación más económica y rápida de las áreas más remotas de Brasil. Las empresas estatales chinas Cheng Dong International y China Harbour están trabajando en un proyecto que uniría Surinam con Manaos (separados por una distancia de 1100 km o 700 millas aproximadamente). El proyecto también incluiría la construcción de un puerto marítimo de altura, una autopista y un ferrocarril, y, de este modo, se minimizaría el tránsito por los ríos. Moreno afirma que estas múltiples inversiones nos dan la señal de la entrada definitiva de China a la región del Amazonas.
China Three Gorges se expande rápidamente en Brasil
China Three Gorges es en la actualidad la sexta empresa de energía más grande de Brasil, y cuenta con una capacidad energética de 6895 megavatios, lo cual es más que suficiente para dar suministro a una ciudad de nueve millones de personas. La empresa se expandió mucho en la región de América del Sur en noviembre de 2015 cuando se le otorgó la concesión para operar las centrales hidroeléctricas Jupiá e Ilha Solteira, las cuales pertenecen a la empresa de São Paulo llamada Companhia Energética de São Paulo. La empresa china pagó la cantidad mínima por la concesión: 13,8 mil millones de reales (US$3,47 mil millones).
China Three Gorges se ha expandido rápidamente en Brasil. La empresa tuvo sus comienzos cuando, en el 2011, compró las acciones del gobierno portugués en Energías de Portugal (EDP), lo cual la convirtió en la empresa accionista más grande con un porcentaje de acciones de 21,35 %. Durante esta etapa, China Three Gorges heredó la construcción de siete centrales hidroeléctricas.
Durante la visita del presidente chino Xi Jinping en Brasil en el 2014, la presencia de China Three Gorges resultó muy favorecida. Durante la visita del presidente chino, el gobierno chino firmó un contrato de cooperación técnica con Eletrobras-Furnas, una empresa pública/privada en la cual el mayor accionista es el país brasileño. Eletrobras-Furnas es una empresa pública de suministro regional y tiene la capacidad de generar 10 050 megavatios de energía que trasmite electricidad a más del 50 % de los hogares de Brasil.
Durante dicha visita, China Three Gorges también anunció su interés en construir la planta hidroeléctrica de São Luiz do Tapajós. Cuando se le preguntó, Electrobras-Furnas confirmó que el acuerdo con China Three Gorges involucra la construcción de una planta hidroeléctrica en São Manoel (700 megavatios), situada a lo largo del río Teles Pires entre Pará y Mato Grosso.
En un correo electrónico, Electrobras-Furnas dijo que el acuerdo preveía “el desarrollo de nuevos proyectos hidroeléctricos en Brasil, como también la colaboración técnica y el intercambio de nuevas tecnologías”. La empresa brasileña, a su vez, aseguró que hay una “posibilidad de participación en Furnas y en proyectos nuevos de fuentes de energía alternativas, especialmente en los parques eólicos, en Brasil y en China”.
Repórter Brasil y Mongabay pidieron detalles concernientes a la colaboración entre las dos empresas, y acceso al contrato en su totalidad, pero ambas peticiones fueron rechazadas. La empresa dijo que nuestras peticiones estaban relacionadas con información privada de la empresa, lo cual constituye una excepción permitida por la Ley de Acceso a la Información de Brasil.
Después del acuerdo con Furnas, China Three Gorges adquirió tres empresas brasileñas en el 2015, las cuales pertenecían a la empresa brasileña Triunfo Participações e Investimentos, en un acuerdo valorado en R$1,72 mil millones (US$430 millones). Entre los bienes adquiridos se encuentran la central hidroeléctrica de Salto (192 megavatios), en Goiás, y la central hidroeléctrica Garibaldi (192 megavatios), en Santa Catarina.
China Three Gorges, a su vez, dirige cinco parques eólicos (328 megavatios como máximo) y otro parque eólico que aún está en construcción. La empresa también es dueña del 50 % de las centrales hidroeléctricas Santo Antônio do Jari (373,4 megavatios) y Cachoeira Caldeirão (219 megavatios), ambas situadas en el estado de Amapá.
China Three Gorges ha tenido un crecimiento acelerado en Brasil y ha superado a otras empresas estatales chinas como State Grid, la empresa de distribución y trasmisión de energía eléctrica más grande del mundo. State Grid ha estado invirtiendo en Brasil desde el año 2010, y, de hecho, se ha expandido considerablemente en el país. En pocos años, State Grid adquirió empresas locales de Brasil y una concesión de varias lineas de transporte.
Uno de los contratos más importantes de State Grid se basa en la construcción de la línea de transporte Belo Monte, la más grande del país. La empresa estatal china se asociará con empresas brasileñas Furnas y Eletronorte para construir una parte de dicha línea. La otra parte de la línea de transporte será parte exclusivamente del proyecto de State Grid y será financiada por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
Antecedentes de violación de derechos humanos de China Three Gorges en otros países
China Three Gorges llegó a Brasil aproximadamente veinte años después que se fundara con el propósito de construir la planta hidroeléctrica más grande del mundo, la represa Three Gorges, en el río Yangtsé en China. Dicha represa recién comenzó a funcionar a finales de la última década, después de más de 15 años de construcción. En la actualidad, China Three Gorges mantiene relaciones con más de 40 países, con 89 proyectos en curso, según afirman en su más reciente informe referente al período de 2014.
En los años noventa, las organizaciones defensoras de los derechos humanos comenzaron a señalar los problemas sociales que conllevaban las actividades de construcción de China Three Gorges. En un informe del año 1995, la organización no gubernamental Human Rights Watch hizo una crítica respecto al proyecto de construcción de la represa de China Three Gorges, el cual definió como “un modelo que demuestra cómo la falta de transparencia y de debate, la toma de decisiones autoritaria y las injustas condiciones laborales latentes pueden contaminar a una empresa ambiciosa”.
Veinte años después, la empresa sigue teniendo los mismos problemas. Las violaciones de los derechos humanos se cometieron durante la construcción de la represa Murum en Malasia, según un informe de la ONG International Rivers, la cual supervisó la construcción de dicha represa en el año 2013. China Three Gorges estuvo involucrada en dicho proyecto como contratista y supervisó la construcción de la represa, la cual fue llevada a cabo por una empresa estatal de energía eléctrica. Según International Rivers, los representantes de la empresa nunca visitaron ni consultaron a los habitantes de las áreas afectadas por la construcción de la represa.
Los antecedentes de China Three Gorges han llamado la atención de críticos en Brasil, ya que uno de los mayores debates actuales gira en torno al permiso de construcción de la represa de São Luiz do Tapajós y a la violación de los derechos humanos de los pueblos nativos. El Ministerio Público Federal de Pará ya ha presentado una demanda para suspender el proceso para otorgar el permiso de la construcción de la represa hasta que a las comunidades afectadas se les consulte acerca del proceso, de acuerdo a la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo, de la cual Brasil es un país signatario.
Según el informe de International Rivers, otros de los problemas por los cuales China Three Gorges fue citada mientras operaba en Malasia fueron problemas laborales en los cuales estaban involucrados inmigrantes. Dicha situación afecta al Amazonas, un lugar en el que es probable que los proyectos de construcción de enormes plantas hidroeléctricas atraigan trabajadores inmigrantes nativos, haitianos, africanos, o de otros lugares del mundo.
Durante la construcción de la represa de Malasia, los trabajadores de Indonesia se quejaron de que sus pasaportes fueron retenidos por China Three Gorges y de que las condiciones laborales eran diferentes a las que se habían acordado. Los trabajadores extranjeros también se quejaron de que se les obligó a comprar sus propios cascos y calzado de trabajo y de que no se les otorgó cobertura médica por accidentes laborales. Además, se les cobró por la asistencia médica del lugar.
En un correo electrónico, China Three Gorges respondió a Repórter Brasil/Mongabay lo siguiente: “Más allá de la política interna, China Three Gorges cumple con todas las leyes del derecho interno de aquellos países en donde la empresa opera. La empresa cree fundamentalmente en el respeto a las comunidades que viven alrededor de sus instalaciones, y también se compromete a promover el desarrollo de los lugares en donde la empresa opere”.
A pesar de los antecedentes de violación de derechos humanos de China Three Gorges, el director de International Rivers en China advirtió que “China ThreeGorges ha estado activa en el mercado internacional más de nueve años. El compromiso social y medioambiental con el que la empresa emprende sus proyectos supera al de cualquier otra empresa en China”.
“Si el gobierno de Brasil exige un compromiso aún mayor, China Three Gorges hará todo el esfuerzo posible para cumplir con dichos estándares, aun si no es algo sencillo de realizar,” afirmó Jensen-Cormier de International Rivers. “Si el gobierno, por el contrario, baja el nivel de compromiso, la empresa podría sacar ventaja de dicha situación. Del mismo modo, los socios locales tienen un gran impacto en el desempeño de la empresa con respecto al cumplimiento de las leyes y de los reglamentos del lugar”.
Como ejemplo, Jensen menciona la construcción de la represa Coca Codo Sinclair en Ecuador, la cual fue construida por la empresa china Sinohydro. En un estudio comparativo que se llevó a cabo por International Rivers en el cual se analizaron siete represas construidas por empresas de China, el caso de Sinohydro presentaba el menor número de violaciones de los derechos humanos. Esto sucedió gracias a las estrictas leyes locales aplicadas de forma correcta.
Leyes que no se respetan
La manera en la cual China Three Gorges se desempeñe en un futuro en cuanto a los derechos humanos y al medio ambiente no solo dependerá de sus antecedentes, sino también de las leyes de Brasil y la forma en la que estas se impongan, como también del comportamiento de los subcontratistas locales. Otro factor importante gira alrededor de los reglamentos del patrocinador financiero del proyecto.
La directora del centro de investigaciones en Washington, D. C., Iniciativa de Inversión Sustentable China- Latino américa (CLASII, por sus siglas en inglés), Paulina Garzón, afirma que los reglamentos bancarios de China están bien, en teoría. “Sobre el papel, el marco ambiental chino es muy bueno. Hay aspectos que son mucho más avanzados que en otros bancos”.
Garzón menciona como ejemplo el caso de Exim, un banco chino en desarrollo que se centra en promover las importaciones y las exportaciones, y el cual sería uno de los posibles patrocinadores financieros de las futuras construcciones de represas en Brasil y en el Amazonas. El banco exige que se realicen los estudios del impacto medioambiental correspondientes para cada inversión que el banco respalde. Además, el banco guarda un registro de los archivos del impacto social y medioambiental de sus prestatarios.
Sin embargo, la imposición de los reglamentos ya es otra historia. “El problema con los reglamentos de China es que no son obligatorios”, afirma Garzón. “No hay mucha información disponible. No hay comunicación con las comunidades, por lo que no se sabe qué es lo que está pasando”. Garzón se lamenta de que el contacto con las empresas chinas y con los entes públicos sea tan difícil para las partes que se ven perjudicadas por el proyecto.
Garzón resalta que es responsabilidad del gobierno de Brasil asegurarse de que las empresas chinas y sus patrocinadores respeten los reglamentos medioambientales y, también, de que las condiciones laborales para los trabajadores sean óptimas, como así también de que se protejan los derechos de las comunidades indígenas del lugar.
Según un informe de 2015 escrito por Garzón, el hecho de que las empresas chinas no respeten los reglamentos ha generado conflicto con las comunidades Latinoamericanas. En Nicaragua, manifestantes demandaron que la concesión para la construcción de un canal que se le otorgó a China fuera revocada debido a la expropiación de las tierras de los campesinos durante la construcción de dicho canal. En Argentina, los acuerdos con China para crear centros de investigación en la Patagonia y para construir canales en la provincia de Entre Ríos fueron puestos en duda debido a la supuesta concesión de créditos ilegales a las empresas chinas. En Perú, cuatro personas murieron a causa de las manifestaciones en contra de la empresa minera china MMG. Además, los pueblos indígenas han apelado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con respecto a las actividades mineras de la empresa china Ecuacorrientes.
Sea cual sea la empresa que construya la central hidroeléctrica de São Luiz do Tapajós, lo más seguro es que le siga la polémica. El estudio del impacto medioambiental del proyecto, el cual se llevó a cabo por Eletrobras junto a otras empresas nacionales e internacionales, resultó ser insuficiente, según indicó el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales (IBAMA) en agosto de 2014.
Los ecologistas han criticado severamente el estudio del impacto medioambiental y han afirmado que dicho estudio no tiene en cuenta por completo a los distintos tipos de impacto en el ecosistema. Algunas organizaciones que defienden los derechos humanos han expresado su rechazo al proyecto y a sus estudios, y señalaron varios riesgos que no se habían tenido en cuenta, como por ejemplo la inundación de los pueblos indígenas nativos y la pérdida de peces, los cuales son el alimento esencial de los pueblos nativos y ribereños de la región.
El Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales (IBAMA) solicitó que se volviera a realizar el estudio del impacto medioambiental. Sin embargo, el ministro de minería y energía de Brasil, Eduardo Braga, manifestó que la licencia medioambiental debería otorgarse dentro de los primeros seis meses de este año y que la subasta de la concesión tendrá lugar el próximo trimestre. Las prisas del gobierno por seguir adelante con este proyecto sin que cumpla con lo solicitado por el IBAMA, y sin responder a las críticas, probablemente aumenten el conflicto.
El progreso de la construcción de la represa de São Luiz do Tapajós y de las otras seis represas importantes que se planean construir en el Río Tapajós y sus afluentes, estará probablemente lleno de retrasos, de manifestaciones y de problemas, especialmente mientras aún se esté llevando a cabo la investigación por lavado de dinero ilícito (Operação Lava Jato). Investigadores federales ya han anunciado sus planes de examinar minuciosamente el registro del gobierno de Brasil y de las empresas de construcción que construyeron la enorme represa Belo Monte. Si dicha investigación descubre casos importantes de corrupción o de violación de los derechos de los pueblos indígenas del lugar, podría verse afectado el modo en que se desarrollen los acontecimientos en la cuenca del Tapajós.
Nadie sabes cuál sería el impacto fundamental de las inversiones en infraestructura de China en Brasil ni de la oferta de CTG para el proyecto de São Luiz do Tapajós sobre el desarrollo del sector energético en el Amazonas. Lo que es seguro es que los críticos van a examinar detenidamente el desempeño y el compromiso social y medioambiental de China Three Gorges si llega a ser seleccionada como uno de los principales actores en la cuenca del Tapajós.