- El inicio de la construcción en el Canal de Nicaragua ha sido programado para este otoño, pero los científicos y conservacionistas arguyen que los estudios de biodiversidad para el proyecto no han sido adecuados.
- Un nuevo estudio ha encontrado que el jaguar, el tatabo y el tapir de Baird —todos en peligro de extinción y en Nicaragua— se verían amenazados significativamente por el canal.
- Un lago artificial creado para el proyecto inundaría la mayor parte del hábitat de las tres especies en peligro de extinción; por otro lado, el mismo canal crearía una barrera que separaría las poblaciones de mamíferos en el sur de Centroamérica de aquellas en el norte.
- Mientras que algunos conservacionistas argumentan que los estudios de la fauna y la mitigación para el canal no han sido adecuados, otros dicen que la deforestación a lo largo de la región se ha vuelto tan severa que el proyecto del canal (si es realizado correctamente) podría de hecho beneficiar a la biodiversidad usando sus ganancias para fondear medidas de protección a la fauna y de reforestación.
Un canal transoceánico planificado en Nicaragua podría significar un desastre para los jaguares y otros mamíferos grandes, de acuerdo a nuevo estudio de investigadores de Panthera, Global Wildlife Conservation (GWC) y la Universidad del Estado de Michigan.
El estudio, publicado en PLOS ONE, encontró que la ruta planificada del canal atravesaría un crítico corredor biológico, poniendo en riesgo a un buen número de especies.
“Lo que más nos preocupa es que una de las áreas bajo la mayor amenaza es donde el canal va a pasar”, dijo Roberto Salom, el coordinador mesoamericano del programa del jaguar, de Panthera. “En esta porción media del país, es crítico contar con otro punto de apoyo para que los jaguares viajen del norte al sur”.
El estudio es la única investigación exhaustiva sobre los impactos potenciales del canal en la fauna terrestre.
Aunque la construcción de la apuesta de 50 mil millones de dólares está programada para empezar este otoño, los grupos ambientales dicen que quienes respaldan el canal han fracasado en producir un estudio exhaustivo respecto a los efectos que la trayectoria que correrá el agua tendrá en la biodiversidad.
La compañía que construye el canal, el Hong Kong Nicaragua Development Group (HKND), lanzó una Valoración de Impacto Ambiental y Social (ESIA, por sus siglas en inglés) el noviembre pasado, pero fracasó en incluir un estudio exhaustivo de la biodiversidad que contemplara las amenazas para la vida silvestre. El plan de HKND para mitigar el daño al ambiente no se ha hecho público.
Un proyecto controvertido
Desde que los forasteros empezaron a llegar a las costas del Lago Nicaragua, han soñado con canalizar barcos a través de este para interconectar los océanos Pacífico y Atlántico. Los conquistadores escribieron por primera vez acerca de la posibilidad en 1500, y sus ambiciones después fueron retomadas por adinerados hombres de negocios e incluso por el gobierno de EE.UU. No obstante, en cada ocasión el plan fue descarrilado: por guerras civiles, por falta de fondos, o por el temor a los volcanes activos de Nicaragua.
Muchos predicen que el nuevo plan del canal, respaldado por el billonario Wang Jing y su recién formado Hong Kong Nicaragua Development Group, se encontrará con un final similar. Wang, un magnate de las telecomunicaciones, nunca ha encabezado un proyecto de construcción, menos aún el mayor esfuerzo de ingeniería civil que el mundo haya visto jamás. El año pasado, según se informa, Wang perdió el 80 por ciento de su fortuna después de una caída en el mercado de valores chino.
Algunos economistas disputan la viabilidad financiera del proyecto, cuestionando si acaso las compañías navieras elegirán el nuevo canal nicaragüenses sobre el Canal de Panamá. La propia ESIA del proyecto declara que incluso podría no haber suficiente agua para operar dentro del trayecto de 175 millas.
A pesar de estas preguntas, HKND y el gobierno de Nicaragua insisten en que el proyecto seguirá adelante.
¿Una ESIA apresurada?
La ESIA comisionada por HKND fue completada en menos de dos años por la firma británica Environmental Resource Management (ERM). Oficiales de ERM describieron los tiempos planeados como “agresivos”, y no fueron capaces de ir más allá de los estudios de referencia —conducidos típicamente antes de que el proyecto sea puesto en consideración—. En el caso del canal de Nicaragua, le pidieron a ERM hacer el trabajo después de que el canal fuera aprobado.
En la práctica común, los estudios de referencia conducidos con anticipación son seguidos por estudios adicionales llevados a cabo por los partidarios del proyecto con el fin de diseñar un plan efectivo de mitigación ambiental.
Aunque HKND está financiando ahora investigaciones adicionales respecto a la factibilidad del canal, la compañía no ha indicado si planea echar un vistazo posterior a los impactos del mismo en la biodiversidad.
Como resultado, grupos ambientalistas han acrecentado su inquietud respecto a la falta de investigación de la fauna en el proceso de planificación. Señalan que todavía falta mucha información para formular un plan efectivo para reducir los impactos ambientales.
El gobierno de Nicaragua continúa impulsando el canal a pesar de estas denuncias de la comunidad científica y ambiental. En noviembre el gobierno aprobó la ESIA mientras el vocero del canal decía: “el balance neto final desde una perspectiva económica, social y ambiental es absolutamente positivo para Nicaragua”.
La panorámica más grande de la biodiversidad
Mientras que los estudios de biodiversidad de ERM se restringieron exclusivamente a la zona del canal, el nuevo estudio de mamíferos examinó las poblaciones de la fauna en un área más amplia: la sección entera del noreste de Nicaragua. Esta región remota experimentará el mayor impacto del canal, y ha sido considerada desde hace tiempo el baluarte de la vida silvestre del país.
Usando cámaras trampas, los investigadores rastrearon ocho especies de mamíferos, incluyendo el jaguar (Panthera onca), el tatabo (Tayassu pecari) y el tapir de Baird (Tapirus bairdii) —todos amenazados en Nicaragua.
El estudio concluyó que un lago artificial que sería usado para llenar el canal inundaría la mayoría del hábitat que queda para las tres especies en peligro de extinción. Los investigadores también advirtieron de que el canal crearía una barrera que separaría las poblaciones de mamíferos de la porción sur de Centroamérica de aquellas en el norte, impidiendo la mezcla genética.
“En efecto, estás creando estas islas de hábitats”, dijo Wes Sechrest, científico jefe en GWC. “A largo plazo habrás reducido el flujo genético, lo cual puede crear todo tipo de problemas”.
Para reducir el impacto del canal, el estudio recomienda desplazar la ubicación programada actualmente del lago artificial, y colocar pequeñas islas entre las que los animales se puedan mover. El estudio también urge a que HKND realice un fuerte compromiso por proteger los bosques que quedan en la región y por establecer mecanismos para que los animales crucen sobre la infraestructura del canal.
Los científicos del estudio no son los únicos expertos que considera el plan de mitigación ecológica de HKND inadecuado. De acuerdo a un informe de un panel independiente en la Universidad Internacional de Florida, el cual revisó secciones de la ESIA antes de que fuera finalizada, el riesgo de extinción de especies amenazadas en Nicaragua no fue considerado en absoluto.
“Estamos hablando de uno de los proyectos de infraestructura más grande de la historia del planeta, así que esperamos que si sigue adelante estas recomendaciones fueran tomadas seriamente”, dijo Sechrest. “La situación ideal sería que el canal no fuera construido, pero si no hay mitigación, este sería el final del corredor [de la fauna] nicaragüense”.
Evitar un desastre en la biodiversidad
Mientras que el daño ecológico potencial del canal es grande, algunos creen que podría proveer una oportunidad para ralentizar la degradación ambiental que ya tiene a Nicaragua asida.
Aun sin el canal, los granjeros en el este de Nicaragua están invadiendo áreas protegidas y deforestando la región a paso acelerado. Si la tasa de deforestación actual continúa, los biólogos predicen que las más importantes de estas tierras protegidas se perderán dentro de las próximas décadas.
“El desastre ambiental [previsto] junto a la ruta propuesta ya está en marcha”, escribió Jeffery McCrary, biólogo de peces que trabajó en el estudio ERM, en un artículo para Nature en apoyo al canal. “Vimos los ríos y humedales destruidos y las vastas extensiones de pasto que los mapas designan como bosques, y nos quedamos horrorizados”.
De acuerdo a McCrary y otros científicos con perspectivas similares, el manejo propio del canal podría funcionar para preservar lo poco que queda de los bosques protegidos de Nicaragua. El dinero que viene del proyecto podría servir para pagar una vigilancia adecuada de las reservas naturales y la reforestación de las áreas que han sido limpiadas. Aunque hay medidas de mitigación —la incorporación de seguridad para las áreas protegidas cercanas y la reducción de la deforestación que rodea el canal— enumeradas en los planes de HKND, la compañía no ha asignado fondos ni ha publicado estrategias específicas para implementarlas.
“Creo que hay cosas que hacer para mitigar esto [el daño ambiental] y asegurar que el corredor no se pierda”, dijo Salom, de Panthera. “Pero necesitaríamos mucho más apoyo para garantizar eso, y hemos visto muy poco interés del gobierno o de la compañía del canal”.
Cita:
Jordan, Christopher A., Schank, Cody J., Urquhart, Gerald R., and Dans, Armando J. (2016) Terrestrial Mammal Occupancy in the Context of Widespread Forest Loss and a Proposed Interoceanic Canal in Nicaragua’s Decreasingly Remote South Caribbean Region. PLOS ONE PLoS ONE 11.3: n. pag. Web.