- El 5 de noviembre de 2015, una presa de residuos de hierro de la minería propiedad de la empresa Samarco, empresa conjunta de Vale y la australiano-británica BHP Billiton, se derrumbó, mató a 19 personas y envió una marea de lodo tóxico al río Doce en Brasil, lo cual contaminó sus 530 millas hasta el océano Atlántico.
- Los fiscales brasileños han anunciado ahora una investigación criminal al director ejecutivo de Samarco, Roberto Carvalho, en conexión con el desastre, sus consecuencias y la respuesta de la empresa. IBAMA, la agencia ambiental de Brasil, ha publicado un informe técnico que afirma que, hasta ahora, Samarco no ha cumplido ninguna de las 11 medidas de recuperación de emergencia que la agencia ordenó.
- El accidente minero —el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil— afectó una cuenca en la que viven 1,6 millones de personas, afectó la economía, contaminó el suministro de agua potable, los cultivos y el agua para riego, arruinando la subsistencia de los pescadores comerciales y destruyendo oportunidades de recreo al aire libre para familias y niños.
Los fiscales brasileños han abierto una investigación criminal por supuestos delitos ambientales contra Roberto Carvalho, director ejecutivo de Samarco, la empresa responsable del peor desastre ambiental de la historia del país.
La presa de residuos de hierro Samarco’s Fundão se derrumbó hace nueve meses, vertió aproximadamente 50 millones de toneladas de residuos de la minería en el río Doce y mató a 19 personas. Hace dos meses, la agencia ambiental de Brasil, IBAMA, publicó un informe técnico que afirmaba que la empresa no ha cumplido ninguna de las 11 medidas de recuperación de emergencia que les habían ordenado. Cuatro de las 11 medidas se completaron de forma parcial.
Los altos cargos directivos no suelen enfrentarse a cargos criminales por accidentes ambientales ni en Brasil ni en otros países del mundo, lo cual hace que esta investigación sea algo inusual.
Samarco es una empresa conjunta de los gigantes de la minería Vale y BHP Billiton. El desastre ha afectado a los aproximadamente 1,6 millones de habitantes de la cuenca del río Doce; ha alterado la economía de la región, contaminado los suministros de agua potable, los cultivos y el agua de riego, y ha arruinado la subsistencia de los pescadores comerciales, además de destruir las opciones de recreo al aire libre para familias y niños.
Respuesta inadecuada
La agencia ambiental de Brasil, IBAMA, ha lamentado la respuesta inadecuada al desastre por parte de Samarco. “Hasta ahora, la empresa no se ha mostrado capaz de contener los 24,8 millones de metros cúbicos (32,4 millones de yardas cúbicas) de residuos que aún cubren la zona afectada. Los residuos también podrían ser arrastrados en la próxima estación lluviosa, lo cual empeoraría las consecuencias del desastre”. IBAMA también dijo que las estructuras de contención que Samarco ha propuesto todavía dejarían que 2,8 millones de metros cúbicos (3.7 millones de yardas cúbicas) de residuos de hierro fueran arrastrados río abajo en los próximos nueve meses.
La oficina del fiscal federal dijo que su investigación al director, Roberto Carvalho, se dio en parte por el patrón de Samarco de “presentar documentos formales para cumplir plazos a las agencias de supervisión sin ofrecer planes/proyectos/soluciones adecuados y mínimamente eficientes”. La agencia presentó una demanda de 44 mil millones de dólares contra Samarco, Vale y BHP Billiton en mayo, además de contra los gobiernos estatal y federal brasileños de Minas Gerais por su papel en el desastre.
Samarco no contestó a las preguntas sobre su incapacidad de presentar planes para controlar la erosión, adaptar las vías navegables entre la presa y la central hidroeléctrica Risoleta Neves o contener y gestionar los residuos depositados en los ríos afectados por el desastre. La empresa tampoco contestó a por qué la presa sigue filtrando residuos tóxicos ocho meses después del desastre inicial.
A finales de junio, el tribunal supremo de Brasil concedió una victoria a los fiscales cuando suspendió el acuerdo de 5,6 mil millones de dólares firmado entre el gobierno federal, los gobiernos estatales de Minas Gerais y Espirito Santo y las tres empresas mineras. Los fiscales y activistas afirmaron que el acuerdo era insuficiente, que no consultaba a los residentes de las zonas afectadas de forma adecuada y que la fundación que habría dispersado los fondos no ofrecía suficiente participación a las partes agraviadas.
El director ejecutivo de Samarco, Roberto Carvalho, no contestó a la petición de comentarios sobre la investigación.
¿Se está creando un desierto en el río Doce?
Fatima Brayner, ingeniera ambiental cuya tesis doctoral se centra en la contaminación del agua por metales pesados, dijo a Mongabay que la naturaleza del derrame de los residuos de hierro podría complicar la recuperación de la región y del río. “Los residuos contienen poca materia orgánica y no favorecen el crecimiento de la vegetación”, dijo Brayner. “Así que este lodo se va a secar lentamente y va a crear una capa [en gran parte impermeable] sobre la tierra que hará que sea difícil que pase el agua”.
IBAMA calcula que el 77 por ciento del lodo tóxico que brotó de la presa sigue dispersado en el entorno de la cuenca del río Doce. Samarco no ofreció respuesta a cómo planea restaurar el entorno de la región y eliminar los residuos de hierro.
GIAIA, un grupo formado tras el desastre para hacer un seguimiento de la calidad del agua y la tierra de forma independiente, informó recientemente que algunos pozos cerca de la desembocadura del río están contaminados con arsénico. El Dr. André Cordeiro Alves dos Santos explicó que puesto que los pozos son poco profundos y están cerca del río, probablemente la contaminación venía de los residuos de la minería. “En esa zona ha habido minería desde hace mucho tiempo, así que puede ser que la contaminación no esté relacionada con este accidente reciente. Podría estar relacionada con la minería anterior”, dijo, señalando que aunque no se habían realizado estudios de referencia en la región antes de la ruptura de la presa, el desastre creó una oportunidad para empezar a monitorear la cuenca en busca de contaminantes más minuciosamente.
Impactos socioeconómicos
A los severos impactos económicos, se suman los graves daños sociales y económicos.
Antonio Carlos Linhares Borges dirige el Center for Technical Information and Consulting, (Centro de Información Técnica y Consultoría), una organización sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo rural y comunitario con sede en la ciudad de Governador Valadares. Borges dijo que aproximadamente 7000 habitantes locales alrededor de la ciudad han recibido tarjetas de subsidio de Samarco para ayudarles a cubrir los gastos, pero afirmó que esta ayuda es poco para las expectativas de muchos. “Samarco no ocupa el espacio con los proyectos sociales que muchos esperaban que llevara a cabo”, dijo. “No digo que tengan mala fe, digo que necesitamos una respuesta más concreta para la recuperación”. Samarco no respondió a la petición de Mongabay de comentar estas quejas.
Río abajo, Hauley Valim, residente de Regência, dijo que aunque Samarco sigue suministrando agua comunitaria, la gente está insatisfecha con la calidad. “No tiene el color del barro, pero tiene residuos, y la gente se queja del olor y el sabor”, dijo Valim.
El inicio de la investigación contra el director ejecutivo de Samarco, Carvalho, es el obstáculo más reciente para los planes de la empresa de volver a abrir la mina de hierro, restaurar los puestos de empleo perdidos y conseguir dinero para financiar la limpieza multimillonaria.