- Se calcula que 1500 activistas que se oponen al oleoducto de acceso a Dakota han acampado cerca de donde se construiría el oleoducto a su paso por el río Misuri.
- Los siux de Standing Rock han solicitado un requerimiento judicial contra el oleoducto, alegando que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. otorgó permisos para el proyecto sin evaluar de forma adecuada sus impactos en el agua y en lugares de importancia cultural o histórica, y sin escuchar las preocupaciones de la tribu.
- Energy Transfer Partners, empresa con sede en Texas dueña del oleoducto, ha suspendido la construcción en el lugar disputado mientras llega el dictamen del juez, que se espera para el 9 de setiembre.
- Sin embargo, los trabajos continúan en los otros casi dos mil kilómetros del oleoducto.
Cuando Joye Braun llegó a Dakota del Norte a principios de abril, no encontró nada más que el viento de la pradera aullando sobre la nieve. Braun, activista de los siux del río Cheyenne curtida en las batallas contra el ─ahora desaparecido─ oleoducto Keystone XL, había llegado con un grupo de activistas indígenas para intentar bloquear otro paso para petróleo: el oleoducto Dakota Access (acceso a las Dakotas).
El proyecto de 3,78 mil millones de dólares de la empresa Energy Transfer Partners (ETP) con sede en Dallas, Texas, cruzaría el río Misuri cerca de la reserva siux Standing Rock en la parte norte del centro del estado. Ese cruce se produciría apenas 800 kilómetros más arriba de la toma de agua de Standing Rock, y los residentes están preocupados porque un derrame podría amenazar el suministro de agua no solo de la reserva, o de la Gran Nación Siux, sino de millones de personas en la cuenca del río Misuri.
Braun y los otros activistas llegaron para quedarse hasta que se detuviera la construcción del oleoducto. Inauguraron un campamento, llamado Campamento de las Rocas Sagradas, y se instalaron para esperar a que los siux convencieran al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU., que tiene que dar permiso para la construcción de oleoductos que crucen ríos, de que denegaran el permiso al oleoducto de acceso a Dakota.
Después de que el Cuerpo aprobara el ducto a finales de julio y se empezara a mover maquinaria pesada, los activistas se movilizaron para bloquear la construcción el 11 de agosto. Sin embargo, no eran más de unas veinte personas, demasiado pocas para bloquear de forma efectiva la carretera que lleva hasta el lugar de las obras. “Necesitábamos gente”, dijo Braun a Mongabay. “Necesitábamos volumen, necesitábamos titulares”.
Los manifestantes —entre ellos Dave Archambault II, presidente de Standing Rock— atravesaron la línea de la policía que limitaba el lugar de las obras, situado en territorio privado no demasiado lejos del punto de cruce en el Misuri. Allí rezaron y cantaron mientras la policía local los arrestaba y se los llevaba.

Las fotografías de los arrestos mezcladas con sorprendentes videos de jinetes indios dando vueltas delante de las filas de policías estatales de Dakota del Norte incendiaron las redes sociales. La gente empezó a acercarse al campamento —desde Standing Rock y desde las lejanas tribus de la Gran Nación Siux, desde las granjas propiedad de personas afectadas por la fracturación hidráulica en la parte del medio oeste del país, y desde más de 90 naciones indias, algunas de tan lejos como Guatemala.
Más tarde, el 18 de agosto, Energy Transfer Partners acordó detener la construcción en ese lugar mientras ambas partes esperan resultados de una audiencia en Washington. Los siux de Standing Rock, representados por el bufete ambiental de San Francisco Earthjustice, han solicitado un requerimiento contra el oleoducto, alegando que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército no evaluó de forma adecuada los impactos en el agua y lugares de importancia cultural o histórica, y sin escuchar las preocupaciones de la tribu. (El Cuerpo de Ingenieros del Ejército no respondió a la petición de Mongabay de hacer comentarios.) Ahora las aguas están más calmadas en ambas partes mientras llega el dictamen del juez, que se espera para el 9 de septiembre.
Mientras, los activistas afirman que hay unos 1500 manifestantes en el Campamento de las Rocas Sagradas, y que siguen llegando más. “Es algo sin precedentes”, dijo Braun.