La minería en Madre de Dios está desarticulando lenta pero sostenidamente la identidad indígena en esta región.El auge del oro en Madre de Dios empujó a las comunidades nativas a vivir de la minería y dividió la identidad indígena.La muerte de Francisco Areque, poblador de la comunidad indígena de San José de Karene, devino en una pregunta: ¿qué hacía un indígena participando de una protesta de mineros informales e ilegales?La nueva carretera abierta por Luis Otsuka, gobernador de Madre de Dios, permite el ingreso por Cusco del combustible a los centros mineros. En marzo del 2012 se desató en Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, uno de los episodios más críticos de la violencia social derivada de la minería informal. El 14 de ese mes se cumplían diez días de un paro promovido por la Federación de Mineros de Madre de Dios (Fedemin), al que se plegaron diversas asociaciones, gremios y federaciones civiles; la protesta era en contra del Gobierno Central, que había anunciado la promulgación de una serie de decretos legislativos que regulaban la actividad minera informal, establecían el delito penal de minería ilegal y reglamentaban la destrucción de equipos de extracción de oro en zonas prohibidas. Aunque en las jornadas previas se habían reportado enfrentamientos casi rutinarios entre la policía y los manifestantes (bombas lacrimógenas de un lado, piedras del otro), aquel día se alcanzó un pico de violencia altísimo. Hubo decenas de heridos de ambos bandos, y tres manifestantes murieron. Resultaba sintomático que los fallecidos representaran, de manera trágica, a los sectores involucrados en la extracción de oro fluvial en esta región.