- En el censo de este año, se registraron 48 lobos de ríos distribuidos en siete grupos familiares en un tramo del río Heath.
- En los años anteriores, se llegaron a contar entre 25 y 30 individuos.
- Los expertos señalan como una de las razones del incremento de esta población el nacimiento de nuevas crías.
- La minería ilegal es una amenaza para el Parque Nacional Bahuaja Sonene. “La minería está cerquita y nada puede competir en términos económicos con ella”, precisa un experto de la Sociedad Zoológica de Fráncfort.
Una expedición conformada por biólogos, guardaparques y especialistas logró avistar 48 lobos de río (Pteronura brasiliensis) en el Parque Nacional Bahuaja Sonene, área natural protegida distribuida entre los departamentos de Madre de Dios y de Puno. El equipo, integrado por expertos del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y la Sociedad Zoológica de Fráncfort (SZF) de Perú, recorrió 17 lagos y dos afluentes, y encontró campamentos, letrinas y madrigueras de esta especie.
El monitoreo biológico para estudiar la población de lobos de río se desarrolla a lo largo de un tramo de 120 kilómetros de la cuenca del río Heath y se realiza desde hace trece años. Al inicio, el equipo de especialistas ingresaba al corazón de Bahuaja Sonene cada tres años, pero desde 2013 realiza un censo anual.
Jose Antonio Ochoa, biólogo y coordinador de proyectos de la SFZ de Perú, compara el registro del monitoreo realizado a mediados de agosto, con los datos recopilados en los años anteriores. “Desde el 2013, 2014, 2015 hemos tenido un promedio de 30 lobos, más o menos, pero en este último se ha dado un incremento notable, 48 lobos, por eso es el dato histórico”, precisa Ochoa.
Los lobos de río son una especie que tiene una característica que hace más sencilla su identificación: la mancha gular. Todos los lobos de río tienen una mancha de este tipo en el cuello y es única, “son como las huellas dactilares que tenemos nosotros”, nos explica David Araníbar, biólogo y jefe del Parque Nacional Bahuaja Sonene. La mancha gular es la que les permite a los especialistas codificar a los lobos “para que en los siguientes años veamos si ese lobo identificado lo hemos registrado el año anterior”, señala Araníbar.
La expedición
Cada año, entre julio y agosto, un grupo de expertos del Sernanp, de la SZF y pobladores de la comunidad Ese’eja recorren por un período de 25 días un tramo del río Heath. Se desplazan con botes de goma y tienen como objetivo realizar un censo de la población de lobos de río y visitan también las tres playas declaradas intangibles donde las tortugas taricayas llegan a desovar.
“En el monitoreo lo que hacen es bordear el lago viendo cuánta población de lobos de río hay, madrigueras y luego en los sitios de descanso de los lobos, y lo que hacen es identificar en los lobos la mancha gular, o sea cuando el lobo sale a periscopear, a marcar territorio, salen mirando a las personas, un poco advirtiéndoles que están entrando en su territorio […] te miran, te advierten y luego se meten al agua. En ese periscopeo es cuando se hacen las tomas fotográficas para identificar esas manchas blancas que tienen a nivel de la gula o cuello”, describe así David Araníbar, una parte del trabajo de campo.
Este año pudieron divisar 48 individuos distribuidos en siete grupos familiares. José Antonio Ochoa sostiene que el incremento de la población puede deberse a que “ha habido nacimientos. El parque nacional está empezando a tener una mejor gestión en la zona, una mayor presencia, tiene más guardaparques, entonces en los últimos años los lobos se han sentido más protegidos y han comenzado a reproducirse más. El hecho es que hay mayor cantidad de crías”.
Uno de los datos más interesantes, como explican los biólogos, es que los lobos de río funcionan como un indicador biológico. “Los lobos consumen pescado todos los días, un adulto puede consumir un promedio de 4 a 5 kilos diarios de pescado, entonces si una cocha está en buen estado es porque hay peces, porque el agua está limpia, no está contaminada, entonces el lobo va a consumir, entonces el lobo es uno de los mejores indicadores de la calidad del agua, de la calidad del ecosistema”, precisa Ochoa.
¿Están a salvo los lobos de río?
Los lobos de río son una especie catalogada como en Peligro de Extinción, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En el Perú, durante los años cincuenta y sesenta, esta especie, también conocida como nutria gigante, fue víctima de la caza indiscriminada con el objetivo de extraerle la piel.
Por eso hoy es una buena noticia el registro histórico de una numerosa población de lobos de ríos en el Parque Nacional Bahuaja Sonene. Sin embargo, existen amenazas que a largo plazo podrían hacer que estas cifras retrocedan.
José Antonio Ochoa de la SZF explica que “la minería está cerquita y nada puede competir en términos económicos con ella”. La Sociedad Zoológica de Fráncfort estudia este ecosistema desde hace trece años y señala que “el parque es grande, tiene varios sectores, hay un sector que es la zona de Pamahuaca que es la que está cerca de Masuko, que es la zona más vulnerable, por allí la minería está muy cerca. Además otra cosa es que Tambopata es su zona de protección natural, porque es su zona de amortiguamiento y en Tambopata ya se han metido los mineros. Si Tambopata termina siendo invadida por la minería, en dos a tres años van a estar en el corazón de Bahuaj”, precisa.
Pero Ochoa no es el único que señala esta amenaza. David Araníbar cuenta que, desde hace algunos años, no registran la presencia de lobos de río en los ríos Madre de Dios, alto Madre de Dios y Tambopata. El funcionario del Sernanp recuerda que la trayectoria de esta especie era antes a través del “río Heath, el río Madre de Dios, se movilizaban para otros ríos como el río Tambopata, y otros pequeños afluentes como el Palma Real, era su zona de migración. Pero a partir de que se implementa una serie de amenazas como la minería y la sobrepesca en el río madre de dios, entonces qué hacen estas poblaciones, han quedado confinadas en este río del parque Bahuaja Sonene y de la reserva Tambopata, son poblaciones aisladas, ya no tienen su migración por los ríos grandes”.
Por eso para estos dos biólogos el registro de 48 lobos de río en el Parque Nacional Bahuaja Sonene es una buena noticia, “este registro es como un aliciente que nos permite por lo menos determinar que la población podría estar incrementándose en el ámbito del río Heath”, narra con entusiasmo Araníbar.