- La causa hacía referencia a los incendios que hubo a lo largo del terreno de PT National Sago Prima en la provincia de Riau en 2014.
- Se consideró que la empresa había sido negligente al no poder detener los incendios porque no contaban con infraestructura y equipo de extinción de incendios disponibles.
- También se estimó que los incendios habían dañado el entorno y la economía.
El presidente de la República de Indonesia, Joko Widodo, ganó puntos con su campaña para enjuiciar a las empresas que causaron los incendios gracias a la disposición de un tribunal del distrito en Yakarta contra PT National Sago Prima (NSP). Se le obliga a pagar la cifra récord de 1 billón de rupias (76 millones de dólares) por permitir que el fuego destruyese terreno bajo su control en 2014.
El panel de jueces estuvo de acuerdo con los fiscales en que la empresa de plantación era culpable de negligencia al no detener los incendios, los cuales envolvieron la zona con un humo tóxico. Los incendios son incidentes anuales causados por prácticas de limpieza del terreno baratas, basadas en la tala y quema, que normalmente son ilegales pero que sin embargo tanto agricultores como empresas utilizan. Se usa el drenaje generalizado de los vastos bosques de pantanos de turba en Indonesia para dar paso a cultivos comerciales que se puedan exportan. Esto seca el terreno y crea unas condiciones ideales para que se propaguen los incendios.
Con la época de sequía en 2015 debido al fenómeno meteorológico de El Niño, los incendios del año pasado resultaron especialmente destructivos. Quemaron una región más grande que Vermont, hicieron enfermar a medio millón de personas y, en septiembre y octubre, emitieron más toneladas de gases de efecto invernadero que toda la UE. También costaron a Indonesia 16 mil millones de dólares, según el Banco Mundial.
La decisión del tribunal da argumentos a favor de aplicar mano dura a las empresas relacionadas con las causas de los incendios. Esto es motivo de celebración por primera vez desde septiembre del año pasado, cuando el Tribunal Supremo de Indonesia obligó al productor de aceite de palma PT Kallista Alam a pagar 26 millones de dólares por talar y quemar en la región de pantanos de turba de Tripa. Fue la primera gran sentencia contra una empresa acusada de provocar incendios.
La industria ganó la siguiente ronda ya que el Tribunal del Distrito de Palembang exculpó en una causa parecida al proveedor de madera PT Bumi Mekar Hijau. Los jueces aceptaron el argumento de la defensa de que los incendios en el terreno de PT BMH no dañaron el entorno. Este hecho dio pie a bromas esparcidas por diferentes redes sociales. Hubo memes sarcásticos y un ataque informático a la página web del tribunal. El Ministerio Forestal y de Medio Ambiente ha recurrido la resolución ante un tribunal superior de la provincia.
El Tribunal del Distrito de Yakarta del sur opinó lo contrario que los jueces de Palembag. Resolvieron que los incendios en el terreno de PT NSP causaron daños importantes a diversos niveles. El tribunal también mencionó una disposición de la Ley Forestal de 1999 que obliga a las empresas a prevenir y controlar los incendios que sucedan en la tierra que gestionan. Muchos grupos medioambientales sostienen que esa disposición significa que las compañías son “puramente responsables” de los incendios en sus terrenos, sin importar si se puede demostrar o no que estas hayan provocado el incendio, lo cual lleva una carga probatoria que es imposible de conseguir. Las interpretaciones de los jueces sobre esta disposición han variado.
La fiscalía ganó al alegar que PT NSP había sido negligente por no prevenir los incendios. Se demostró que la empresa no se proveyó de infraestructura y equipo de extinción de incendios que la ley exige que tenga disponibles. Algunos productores deciden incumplir la ley para reducir costes. Son los mismos que a menudo se aprovechan de los incendios “incontrolables” que hacen desaparecer cultivos de bajo rendimiento, cuya indemnización del seguro a veces eclipsa el valor real de los árboles. Un estudio llevado a cabo hace varios años por la ahora cesada unidad de trabajo presidencial, conocida como UKP4, halló que lo normal entre los técnicos de la plantación era la ausencia de competencia exigida para extinguir el fuego.
Esta sentencia ocurre después de que un tribunal del distrito de Palawan absolviera de los cargos a Frans Katihokang, el jefe de operaciones del productor de aceite de palma PT Langgam Inti Hibrindo, que se le había acusado por un incendio dentro del terreno de la empresa. Tempo, el principal semanario independiente de Indonesia, consideraba que la resolución era “absurda”.
Hace poco, la policía de la provincia de Riau comunicó que están cerrando casos que involucran a 15 empresas que el Ministerio Forestal y de Medio Ambiente relaciona con incendios del año pasado. Tras las protestas de la sociedad civil, el presidente Jokowi, como es conocido, pidió supuestamente al ministerio que ayudara a la policía a reabrir los casos.
“Se necesita un nuevo enfoque desde luego, no solo ‘reabrir la investigación’. Si se repite la investigación de la misma forma, probablemente se consiga el mismo resultado”, cuenta a Mongabay un representante de Greenpeace en Indonesia.
El terreno de PT NSP se encuentra en las islas Meranti, lejos de la costa de Sumatra, la isla más occidental de Indonesia. Está a solo 140 kilómetros de Singapur, que regularmente se encuentra cubierto de neblina a lo largo del Estrecho de Malacca. El humo de los incendios del año pasado se propagó hasta Filipinas.
La empresa dijo que recurriría la sentencia. El jurado de tres personas en Yakarta no tomó una decisión unánime. Uno miembro se basaba en que los incendios son un “desastre natural” más que uno causado por el hombre, un argumento promovido normalmente por las empresas de plantación.
PT NSP es una filial de la públicamente registrada como Samoperna Agro, uno de los principales productores de aceite de palma de Indonesia. El país archipelágico es el mayor exportador del mundo de esta mercancía, lo cual ha llevado a la deforestación y a conflictos sociales a pesar de que impulse la economía de la región.