- Antes de este anuncio, había esencialmente dos metodologías en conflicto para determinar qué constituye un paisaje de "elevada reserva de carbono" y establecer reglas para la conversión de tierra en plantaciones de aceite de palma de manera sostenible: el enfoque de reservas altas de carbono (HCS) y otro conocido como HCS+.
- Pero ahora el Equipo Coordinador del Enfoque HCS, que incluye a los actores principales de la industria de aceite de palma y ONG, anunció en Bangkok que publicarán un kit de herramientas que representa una convergencia entre los enfoques HCSA y el HCS+.
- Los bosques tropicales, en donde se cultiva la mayoría de la palma aceitera debido al hecho de que los trópicos húmedos son el rango natural de la especie, absorben grandes cantidades de carbono y albergan mucha de la biodiversidad de la Tierra, además de proveer sustento, alimentos y medicinas a millones de indígenas y comunidades locales.
Como el aceite de palma se ha convertido en uno de los productos de mayor demanda en los últimos años, las plantaciones de palma aceitera han proliferado de manera rápida en los trópicos. La palma aceitera se cultiva en la actualidad en más de 40 países, y estas operaciones están a menudo asociadas a los niveles altos de deforestación, sobre todo en el sureste asiático y, en menor medida, Sudamérica.
Casi todos, desde ciudadanos de todo el mundo y sus respectivos gobiernos hasta grupos de la sociedad civil y el sector privado, concuerdan en que debemos encontrar maneras de continuar con el desarrollo económico sin destruir lo que queda de los bosques de nuestro planeta. Pero cuando se trata de producir aceite de palma, no ha habido consenso sobre los mejores mecanismos para lograr los objetivos de “No Deforestación” que tantas compañías han adoptado —o al menos, no hasta ahora.
Había básicamente dos metodologías enfrentadas para determinar qué constituye un paisaje de “alta reserva de carbono” y establecer las reglas para convertir la tierra en plantaciones de palma aceitera de manera sustentable antes de este anuncio. Uno, el Enfoque de Reservas Altas de Carbono (HCSA) fue desarrollada por primera vez en 2010 por una coalición de empresas y grupos de la sociedad civil. El otro, conocido como HCS+, fue propuesto el año pasado por un grupo llamado Manifiesto por la Palma Sostenible (SPOM), el cual incluyó muchas de las mismas compañías que habían desarrollado el HCSA.
Pero ahora el Equipo Coordinador del Enfoque HCS, que incluye a los principales de la industria de aceite de palma (Asian Agri, Cargill, Golden Agri-Resources, IOI Corporation Berhad, KLK, Musim Mas, Sime Darby, Unilever y Wilmar International) , así como ONG (Programa para los Pueblos de los Bosques, TFT, Unión de Científicos Preocupados y la WWF) anunciaron en Bangkok que publicarán un kit de herramientas del enfoque HCS revisado que representa una convergencia entre los enfoques HCSA y el HCS+ a principios de 2017.
En otras palabras, ahora habrá un conjunto de reglas consensuadas para que las compañías las utilicen cuando implementen sus compromisos para ocuparse de la deforestación asociada con sus operaciones.
“El Grupo ha acordado un solo conjunto coherente de principios para la implementación de los compromisos de ‘no deforestación’ de las compañías en sus operaciones y cadenas de suministros de aceite de palma”, según una declaración que anunció el acuerdo. “Los miembros del Grupo trabajaron juntos de manera constructiva para desarrollar recomendaciones que provean una hoja de ruta a futuro para ocuparse de los problemas que persisten de forma colaborativa e integrada”.
Los bosques tropicales, donde se cultiva la mayoría de la palma aceitera debido al hecho de que los trópicos húmedos son el rango natural de la especie, absorben grandes cantidades de carbono y albergan mucha de la biodiversidad de la Tierra, además de proveer sustento, alimentos y medicinas a millones de indígenas y comunidades locales.
El acuerdo alcanzado por el Equipo Coordinador del Enfoque HCS incluye los elementos fundamentales de una metodología para proteger los bosques de reservas elevadas de carbono (HCS) y otras áreas de alto valor de conservación (AVC) como turberas. La estratificación del bosque, el carbono debajo de la tierra y la toma de decisiones con respecto a “bosques jóvenes en regeneración”, una clase de bosque que estaba en el centro del desacuerdo entre los enfoques HCSA y el HCS+, se tratan en la nueva metodología.
Pero solo lograr la “no deforestación” no es el único objetivo de enfoque HCS revisado. El rol que tienen los bosques en la regulación del clima mundial a través de la absorción de carbono también se tiene en cuenta, como es la implementación de consentimiento libre, previo e informado (CLPI) para comunidades indígenas y otras comunidades del bosque.
“El Acuerdo es un paso significativo para unir la industria del aceite de palma y todos sus accionistas hacia un acuerdo común acerca de cómo proteger los bosques y las turberas”, afirmó Dato’ Lee Yeow Chor, el director ejecutivo de IOI Corporation Berhad, en una declaración. “Aún más importante es el hecho de que conducirá a acciones colaborativas y concretas sobre las bases para alcanzar este objetivo”.
Reconociendo el hecho de que la metodología debe evolucionar a través del tiempo, los miembros del Grupo Coordinador del Enfoque HCS afirman que no solo están comprometidos a impulsar la implementación del enfoque convergente que propusieron pero también a ocuparse de una variedad de temas importantes que aún no se han tratado, como los sistemas de desarrollo para asegurar evaluaciones de alta calidad, verificación independiente y las formas de compensar a las comunidades cuyos derechos son violados.
“Nos complace el acuerdo de que el método de Reservas Elevadas de Carbono incluirá requisitos sociales para asegurar que los derechos y los sustentos de los pueblos indígenas, comunidades locales, pequeños agricultores y trabajadores se amolden de manera apropiada”, aseguró en una declaración Marcus Colchester del Programa de los Pueblos del Bosque. “Respeto por derechos consuetudinarios, seguridad alimentaria, participación comunitaria en la organización del uso de la tierra y consentimiento libre, previo e informado son piezas fundamentales para garantizar resultados de desarrollo sensatos, junto a incentivos y apoyo, para comunidades y sembradores, para mantener a los bosques y a los altos valores de conservación”.