- La deforestación en la selva tropical más grande del mundo subió un 29 % respecto al año pasado.
- La deforestación de 2015-2016 alcanzó el nivel más alto desde 2008.
- Una regulación permisiva en materia de medio ambiente, las condiciones secas, y la economía de Brasil pueden resultar factores clave en el aumento de la tasa de pérdida forestal.
La deforestación en la selva tropical más grande del mundo incrementó un 29 % respecto al año pasado, lo cual representa un aumento repentino sobre la tasa de deforestación históricamente baja vista hace solo cinco años y el nivel más alto registrado en la región desde 2008, informa el gobierno brasileño.
Los números, publicados a finales de noviembre por el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil, INPE, muestran que 7989 km2 de selva fueron destruidos entre agosto de 2015 y julio de 2016. La pérdida es equivalente a un área 135 veces el tamaño de Manhattan o de la masa terrestre combinada de Connecticut y Delaware en Estado Unidos.
Los datos, que todavía son preliminares, sugieren que la tasa anual de pérdida de bosque primario en la Amazonía brasileña ha subido un 75 % con respecto al nivel de 2012, que fue el más bajo desde que comenzaron a almacenarse los registros anuales en 1988.
La deforestación del año pasado se concentró en los estados de Pará (38 por ciento), Mato Grosso (19 por ciento), y Rondonia (17 por ciento), que cuentan con la mayor parte del ganado de la región y de producción de soya. La deforestación aumentó considerablemente en el Amazonas, que agrupa la mayor superficie de bosque tropical primario de Brasil.
La noticia es predecible. Durante meses, tanto Imazon, una ONG brasileña, como el INPE han estado informando mensualmente del aumento de la tala de bosques en relación con el período del año anterior a través de sus respectivos sistemas de alerta de deforestación.
Los ecologistas temen que el incremento respaldado de la deforestación anual represente un retroceso en los avances de Brasil para frenar la destrucción del bosque del Amazonas.
“El aumento del índice de deforestación puede estar vinculado a los indicios de que el Gobierno de Brasil va a tolerar la destrucción de la Amazonía”, dijo Cristiane Mazzetti, activista de Greenpace en Amazonas, en un comunicado. “En los últimos años, las políticas públicas de protección ambiental en Brasil se han debilitado. Por ejemplo, se han creado muy pocas áreas protegidas y tierras indígenas, y se ha aprobado un nuevo Código Forestal en 2012, que da amnistía a quienes talaron los bosques de forma ilegal”.
Más allá de los esfuerzos políticos por revocar las regulaciones ambientales, el aumento de la deforestación puede estar impulsado por unas condiciones secas en la Amazonía brasileña y una moneda debilitada que hace que las exportaciones agrícolas sean más rentables.
Brasil representa casi dos tercios de la selva tropical del Amazonas, el mayor bosque tropical de la Tierra.