- A medida que se relajan las restricciones a los viajeros, los ciudadanos de Estados Unidos están descubriendo Cuba, un archipiélago a menos de 150 kilómetros (93 millas) de Florida. La investigación biológica también está en auge y los científicos están trabajando con sus colegas cubanos para estudiar la rica biodiversidad que le dio a la isla su sobrenombre de “la perla de las Antillas”.
- En 2015, un equipo de científicos estadounidenses y cubanos viajaron al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, un sitio patrimonio de la humanidad de la Unesco, como parte de Explore 21, una iniciativa lanzada por el Museo Americano de historia natural para aplicar aproximaciones multidisciplinarias y nuevas tecnologías a los muestreos biológicos.
- Los científicos cubanos y estadounidenses superaron condiciones de viaje desafiantes, y una vez en el sitio, trabajaron día y noche para muestrear e inventariar especies, muchas únicas de Cuba. Una de cada dos plantas es endémica, mientras que en los anfibios probablemente el 95 % sean endémicos. Las probabilidades de encontrar nuevas especies es alta.
Un mapa de Cuba no te da ninguna sensación de cómo es atravesar un país de Latinoamérica. En el papel son 1250 kilómetros (780 millas) de largo, pero nunca más de 190 kilómetros (119 millas) de ancho. En realidad el paisaje está lleno de sorpresas mientras cambia de playas de arena a pantanos impenetrables, y de planicies a montañas con bosques densos. Viajar puede ser duro, “la gente no se imagina lo grande que es la isla en realidad”, dice Ana Luz Porzecanski, directora del centro para la biodiversidad y la conservación en el Museo Americano de Historia Natural (AMNH), con sede en la ciudad de Nueva York. “La lluvia y los duros caminos pueden hacer que los sitios sean mucho más inaccesibles de lo que parecen en un mapa”.
La expedición de descubrimientos científicos que Porzecanski colideró en 2015 al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, el área protegida más grande del Caribe, se enfrentó a esos retos.
Cuba cuenta con muchas especies endémicas que se encuentran solo en esa isla del Caribe, dice Porzecanski: “Una de cada dos plantas en Cuba solo se encuentra aquí. Para los anfibios, se sale de los cálculos, algo como el 95 % son endémicos de Cuba. Esto nos dice que hay un alto porcentaje de especies que son muy particulares. Por lo tanto, probablemente no las conocemos a todas, debemos seguir buscando”.
El viaje fue parte de una iniciativa lanzada en 2013 por el Museo Americano de Historia Natural, para unir equipos multidisciplinarios y aplicar tecnologías del siglo XXI para promover el descubrimiento científico.
Aunque la colaboración con científicos cubanos era posible durante el embargo comercial impuesto por Estados Unidos durante más de medio siglo, el ambiente político detenía la investigación en este país latinoamericano. Entre otros factores, el limitado acceso a vehículos, combustible y equipo de campo han hecho que sea un reto para los científicos cubanos hacer expediciones científicas. Por lo tanto, para algunos investigadores cubanos esta expedición era la primera oportunidad en dos décadas, de trabajar en el Parque Nacional Humboldt, un sitio Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en el extremo noroeste de Cuba.
Mongabay: Esta no es la primera vez que el AMNH ha trabajado con científicos cubanos, ¿Qué hace que esta expedición sea diferente?
Ana Luz Porzecanski: Es verdad, nuestras colaboraciones empezaron en el siglo XIX. El museo fue fundado en 1869 y poco después empezó a enviar científicos a explorar el mundo, y Cuba, estando relativamente cerca, no fue una excepción. En total ha habido cerca de 30 proyectos de campo a lo largo de estos años, desde trabajos con arañas y cocodrilos, hasta geología y paleontología. Lo asombroso es que los descubrimientos continúan en la actualidad.
Este trabajo en particular fue la primera expedición Cubano-americana al Parque Humboldt en muchas décadas, y fue dirigida con el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba.
El objetivo de nuestra expedición fue llevar un equipo multidisciplinario para muestrear e inventariar vertebrados e invertebrados a lo largo del parque.
Tomó dos días llevar a nuestro equipo de científicos, personal del parque y asistentes de investigación desde la ciudad de La Habana al extremo oeste de la isla, hasta la ciudad de Guantánamo, unas 600 millas al este. Solo hay una carretera, que empieza como una autopista de múltiples carriles, pero se convierte en una carretera de dos carriles, llena con múltiples tipos de vehículos, desde carros antiguos hasta carretas tiradas por caballos, muy lento. Después nos hacinamos en todoterrenos rusos, y un tractor, para subir la montaña. Una vez allá, nos quedamos en las carpas dentro de cabañas con techo de paja. La cocina trabajaba todo el día de modo que los científicos pudieran trabajar día y noche.
Mis colegas estiman que durante este viaje colectaron al menos media docena de nuevas especies de caracoles, y un número similar de insectos y arácnidos, todos encontrados en unas pocas semanas.
Esto lo hicimos en 2015, y aún estamos revisando lo que encontramos. Estamos seguros de que nuestro trabajo va a producir especies nuevas para la ciencia; con seguridad algunas de invertebrados, y tenemos más material interesante que estamos estudiando. Podría haber más descubrimientos sin precedentes.
Mongabay: ¿Qué pasa cuando se descubre una nueva especie?
Ana Luz Porzecanski: Debe ser comparada con otras especies similares que ya sean conocidas. Esto incluye comparaciones morfológicas de los especímenes y, algunas veces, también comparaciones de sus ADN. Para muchas especies el comportamiento también es una importante fuente de información ─esto puede referirse a los cantos de las aves, o la arquitectura de las redes en las arañas.
Es en ese momento cuando las colecciones de los museos, tanto de especímenes como de material genético se vuelven fundamentales, al estudiar nuevos individuos en el contexto de una colección podemos compararlo con muchos especímenes y a veces con todas las especies conocidas del grupo. Además, debido a que las colecciones suelen tener series de individuos, podemos diferenciar lo que es simplemente parte de la variación individual normal de lo que es una verdadera diferencia entre especies. Finalmente, las colecciones cada vez tienen más muestras de tejidos de muchas especies, lo que facilita las comparaciones.
En el caso de la especie colectada en cuba (durante nuestra expedición), Giraldo Alayón, curador del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, está realizando actualmente un análisis comparativo en Cuba. Hasta el momento sabemos que esta araña es de la familia Ctenidaey del género Ohvida. Este género solo se encuentra en Cuba y en las Bahamas.
Una vez el doctor Alayón determine si esta araña es de una nueva especie, escribirá un artículo dándole formalmente un nombre y presentándola a la comunidad científica. Incluyendo la revisión de sus pares investigadores y el proceso de publicación, esto puede tomar entre 6 meses y unos cuantos años.
Mongabay: ¿Cómo esta expedición ayudará al avance de la conservación en Cuba?
Ana Luz Porzecanski: Es un primer paso, pero ciertamente mi esperanza es que esta expedición ayude a la conservación en una variedad de formas.
Es de ayuda porque hemos podido trabajar al lado de nuestros colegas en el Parque. Por eso ahora tenemos una relación con el parque, con su personal, con sus líderes, y tenemos un mejor entendimiento de lo que necesitan.
Juntos hemos podido aprender más sobre el parque y su estado actual, lo que apoya la necesidad de proteger estos bosques. No es solo la biodiversidad lo que importa, sino también el hecho de que es la fuente de agua dulce más grande de Cuba.
También llevamos el trabajo científico y de conservación a la comunidad local, para asegurarnos de que entienden los objetivos y la importancia de la investigación, y para mejorar las relaciones entre el Parque y las comunidades locales.
Además, el Parque Nacional Humboldt podría ser el último sitio donde habita el carpintero de pico de marfil de Cuba, que se cree extinto. Hicimos varios transectos de muestreo buscándolo, pero no encontramos absolutamente ningún indicio de individuos vivos. Es un dato importante, pero hay otras montañas en que deben ser exploradas, por eso lo nadie lo ha declarado aún como extinto.
En el museo, nos gusta asegurarnos de que la exploración eventualmente se conecte con la conservación, lo que lleva a más exploración. Es un ciclo. Algunas veces se puede entrar a ese ciclo con un proyecto de conservación, otras veces se entra con un proyecto de exploración, como en este caso.
¿Quién hubiera pensado que Cuba tendría todas estas especies que no se encuentran en ninguna otra parte y tantas que aún no han sido descubiertas?
Más sobre este tema:
AMNH Science Cafe: Los científicos Ana Porzecanski y Angelo Soto-Centeno hablan sobre su expedición a Cuba:
https://www.youtube.com/watch?v=c6KsQRZUe3w
Centro para la biodiversidad y la Conservación:
http://www.amnh.org/our-research/center-for-biodiversity-conservation
Inicitavia Explore21 de AMNH:
http://www.amnh.org/about-the-museum/press-center/amnh-announces-explore21
La exposición de “¡Cuba!” se inauguró en noviembre de 2016: