- Los gatos pescadores tienen un rango de distribución amplio pero discontinuo en el que se incluyen zonas de humedales del continente asiático (India, Nepal, Bangladesh, Myanmar, Tailandia, Vietnam, Camboya y puede que Malasia), y las islas de Sri Lanka y, posiblemente, Java. Sin embargo, estos pequeños felinos nocturnos no suelen dejarse ver. La pérdida de hábitat ha causado un declive drástico y tan solo quedan 3000 en estado salvaje.
- Los gatos Pescadores son buenos nadadores, les encanta el agua y se alimentan principalmente de pescado, pero también comen cualquier cosa que puedan encontrar, como aves, serpientes, ranas, insectos, mamíferos terrestres como civetas y roedores, además de animales de granja como patos y gallinas.
- Aunque es principalmente una especie de zonas húmedas, los gatos pescadores han demostrado ser bastante adaptables y han sido descubiertos en saqueos nocturnos a estanques en la urbanizada ciudad de Colombo, Sri Lanka, con una población de más de 650 000 habitantes.
- El principal escollo para la conservación del gato pescador es que es prácticamente desconocido para la sociedad y los financiadores. Este animal casi nunca se ve en estado salvaje, pero los investigadores que han pasado tiempo con el gato pescador dicen que esta especie podría estar a punto de llegar a la fama.
Si decimos la palabra “gato” es poco probable que palabras como “agua” y “nadar” se nos vengan a la cabeza. No obstante, ambas son esenciales en la vida del gato pescador de Asia (Prionailurus viverrinus). Bajito, de construcción fuerte y unas dos veces más grande que un gato doméstico, el gato pescador tiene un comportamiento inusual entre los de su clase. Se siente completamente cómodo en los humedales asiáticos y en el agua, y sí, es un excelente nadador.
Por desgracia para este curioso animal, tanto la especie como su hábitat están en grave peligro. En el sureste asiático, por ejemplo, donde el P. viverrinus solía vagar, más del 45 por ciento de los humedales protegidos y el 94 por ciento de los humedales globalmente significativos están amenazados, según la UICN.
Estos animales nocturnos están estrechamente asociados a los humedales y se suelen encontrar (si es que se llegan a ver) entre la densa hierba de pantanos, ciénagas, juncales, meandros muertos, arroyos, bosques de manglares y zonas húmedas esparcidas por India, el sureste asiático, Sri Lanka, y posiblemente Java. No hay registros confirmados de avistamientos del gato pescador en la península de Malasia, pero una foto tomada con cámara trampa en 1999 que muestra tan solo los cuartos traseros del animal sugiere que el animal también existe allí.
La dieta del gato pescador, como su nombre sugiere, se basa principalmente en el pescado; a menudo utiliza sus zarpas para imitar el movimiento de los insectos sobre el agua y atraer a sus presas. Un estudio de las heces en el Parque Nacional Keoladeo de India descubrió que el pescado conformaba el 76 por ciento de la dieta del gato pescador de allí. Sin embargo, el P. viverrinus no es quisquilloso con la comida. Se sabe que los gatos pescadores cazan aves, serpientes, ranas, insectos, mamíferos terrestres como civetas y roedores, y algunos animales de granja. De hecho, su gusto por los patos, pollos y otros animales suelen ponerlo en problemas.
En 2008, la UICN subió de categoría al gato pescador de Vulnerable a En Peligro. Se calcula que quedan solo unos 3000 ejemplares de esta criatura tímida y esquiva en estado salvaje, y es muy posible que la especie se haya extinguido en buena parte de su rango de distribución, aunque este dato no está verificado y está lejos de ser confirmado. Ese es el principal reto de conservación para el gato pescador: no se puede salvar un animal si no se sabe dónde está o si tienes que adivinar sus hábitos diarios y su comportamiento.
Tras la pista del misterioso gato pescador
En 1994, un equipo de científicos que estudiaba las nutrias de río captó de forma involuntaria pruebas de la existencia del gato pescador en la isla indonesia de Java. Los escasos datos descubiertos por el equipo les hicieron sugerir que el gato pescador de Java —debido a su aislamiento geográfico— se debía reconocer como una subespecie (Prionailurus viverrinus rizophoreus) y que debía catalogarse como En Peligro Crítico.
Si avanzamos hasta la actualidad, se sabe poco más de esta enigmática población de Java. Nadie ha visto su rastro y nadie sabe siquiera si aún existe.
El caso del gato pescador de Java es un ejemplo de la especie al completo. Su imagen puede verse en una cámara por aquí, o un granjero disgustado dice que lo ha visto por allá, o su piel puede aparecer en un mercado rural de vida silvestre, pero los estudios a largo plazo de la especie en la naturaleza siguen siendo pocos, y el conocimiento sobre esta es escaso.
“A menudo conocemos la distribución de muchas especies diferentes, y la damos por hecho. Al menos sabemos más o menos dónde está la especie”, dijo Anthony J. Giordano, director y fundador de S.P.E.C.I.E.S, Sociedad para la Conservación de Carnívoros Amenazados y su Estudio Ecológico Internacional. “En el caso de los gatos pescadores, una de las cosas más enigmáticas es su distribución”.
El gato se muestra de forma discontinua en su rango, explicó, apareciendo aquí y allá, a menudo sin que se sepa de puentes de conexión entre poblaciones.
Este rango de distribución extenso pero repartido abarca gran parte del continente asiático, como las laderas del Himalaya nepalí, zonas de humedales de la India y el sureste asiático (que incluyen los países de Camboya, Myanmar y Tailandia, y puede que Malasia). Luego está esa población misteriosa en Java. Por desgracia, en muchos casos, los avistamientos son de hace muchos años, lo cual hace que los científicos no solo no sepan dónde está la especie, sino que tampoco saben dónde no está. En Vietnam, por ejemplo, “ni siquiera estamos seguros de que aún exista”, admitió Jim Sanderson, fundador de Fishing Cat Working Group (Grupo de trabajo sobre el gato pescador).
El misterio del paradero del gato pescador hizo que Sumatra se considerara dentro de su rango de distribución durante años. Según Sanderson, ese error data de los años 40. Él estudió imágenes de cámara trampa de lo que se sospechaba que eran gatos pescadores en la isla y resultó que todos eran gatos de Bengala. Como resultado, sugirió que se eliminara Sumatra del rango geográfico del gato pescador.
El caso del gato pescador de Java, aunque es igual de misterioso, es otra historia. “Sabíamos que estaba allí porque teníamos fotos”, dijo Sanderson en una entrevista con Mongabay. Pero desde 1994 no ha habido avistamientos confirmados a pesar de las muchas operaciones con cámara trampa por toda Java. Como en Sumatra, ha habido confusión creada por la identificación errónea debida a la dificultad de ver la diferencia entre el gato pescador y su pariente, el gato de Bengala.
Con la intención de confirmar o negar la existencia del gato pescador de Java, Giordano completó recientemente una campaña de micromecenazgo para lanzar una búsqueda definitiva. “Siempre he tenido en la cabeza que al final intentaría investigar lo que pasa. ¿Se han deslizado hasta la extinción? ¿Siguen ahí?”, se pregunta.
Si el gato pescador sigue en Java, su supervivencia depende de su habilidad para adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno, donde los humedales están desapareciendo, dijo Giordano. Pero esa cuestión crucial también va acompañada de un interrogante: ¿cuánta resistencia tiene el gato pescador como especie? “Siento que apuesto por ello para este proyecto particular”, confesó Giordano. “Si el gato pescador está ahí, es por su habilidad de adaptarse a los paisajes [cambiantes y diversos]”.
La resistencia y adaptación del gato pescador
Una respuesta parcial a la pregunta de la resistencia surge cuando Mizuchi trepa con cuidado por encima de una valla de jardín. Acechando sigilosamente, se acerca al estanque de un patio urbano, sus ojos iluminados por la visión nocturna de la cámara trampa de vigilancia.
Se inclina sobre el estanque, cómodo bajo la capa de oscuridad, sin darse cuenta de que el ojo mecánico le observa. En un instante se hace con un Koi mariposa, pez que vale 10 000 euros por ejemplar (unos 60-100 $).
Con el pez sujeto en su mandíbula, Mizuchi se adentra en la noche.
Mizuchi, captado en vídeo en uno de sus saqueos nocturnos en Colombo, Sri Lanka —una ciudad de unas 650 000 personas—, es un hallazgo poco habitual que hace que los científicos se rasquen la cabeza. Este P. viverrinus es un gato pescador que no vive en un humedal rural aislado, sino en el bullicio de una gran ciudad asiática.
La historia de este gato pescador urbano empieza en 2006, cuando Eric Wikramanayake y otros investigadores oyeron hablar por primera vez de un gato que parecía un leopardo y paseaba por la expansión urbana de Colombo. Pronto se dieron cuenta de que la misteriosa especie nocturna era en realidad un gato pescador, pero sus esfuerzos por estudiar al animal En Peligro se detuvieron con el estallido de la guerra civil en Sri Lanka.
Ahora, Anya Ratnayaka ha tomado el testigo de la investigación y dirige el proyecto Proyecto de Conservación del Gato Pescador Urbano. Ha descubierto que los gatos, aunque son conocidos como especialistas de los humedales, parecen tener una afinidad particular con la ciudad.
Su investigación se ha centrado en poner collares con radio a los gatos pescadores y observar sus movimientos. Una sorpresa destacable es que tras capturar unos cuantos y devolverlos a un humedal, los gatos —al parecer descontentos al ser depositados en su hábitat natural— volvieron a la ciudad de Colombo.
“¡Ahí es cuando me di cuenta de que estos gatos no están solo [viviendo] en los humedales!”, dijo. Para su sorpresa, el equipo científico incluso encontró gatos pescadores en el centro de la ciudad. Uno vivía en Colombo Five, una zona principalmente residencial que no tiene ningún humedal ni remotamente cerca.
“¡Allí no hay ningún tipo de hábitat natural!”, exclamó. “Y ese era el territorio de este gato”. El gato que no vivía en humedales era el infame Mizuchi, el ladrón de carpas Koi. El equipo de Ratnayaka incluso encontró gatos pescadores en los tejados de las casas, donde se atiborraban de civetas de los desvanes.
Este comportamiento adaptable no se limita solo a Sri Lanka. En la región Terai de Nepal, Sagar Dahal y su equipo de investigación encontraron a un gato pescador que utilizaba un estanque comunitario en el centro de un pequeño pueblo como su zona de caza. De hecho, los gatos pescadores se han identificado como los depredadores que han vaciado varios estanques piscícolas comerciales en la región.
Doble amenaza: caza y pérdida de hábitat
Por desgracia para el gato pescador, esta nueva zona de confort y la proximidad con los humanos lo ponen en peligro.
“Encontramos la piel de un gato pescador en la casa de un granjero local”, reveló Sagar, y el investigador sospecha que el motivo de la muerte fue la venganza del granjero. Desafortunadamente, para los gatos pescadores, esta causa de muerte podría estar aumentando en el rango de distribución de la especie. Como la tierra cultivada ofrece comida fácil, los gatos pescadores entran en conflicto con los granjeros tradicionales y los acuicultores.
La severidad de la caza varía en el rango del gato pescador. En Sri Lanka, por ejemplo, la matanza directa no es un problema significativo, según Ratnayaka. Si nos vamos a Tailandia, sin embargo, un estudio de 2015 mostró que los gatos son el objetivo tanto como especie plaga como para el consumo. Del mismo modo en India y Myanmar, las pieles de gato pescador han aparecido en mercados ilegales de vida salvaje.
Sin embargo, la transformación de los humedales sigue siendo la principal amenaza a la que se enfrenta el gato pescador. Las zonas de humedales en Asia son zonas de asentamiento y han sido degradadas o están bajo amenaza a medida que se convierten para dejar camino a la acuicultura en forma de criaderos de gambas o a los arrozales.
Esta conversión agrícola no significa necesariamente una condena para el gato, ya que el animal puede encontrar mucha comida en los campos de cultivo y estanques piscícolas. Pero la pérdida permanente de su hábitat ha reducido drásticamente sus números. “Parece haber un declive severo en la población de gato pescador en gran parte de su rango asiático a lo largo de la última década”, escribe la UICN.
Nadie saca adelante a los felinos pequeños
Un importante obstáculo para la conservación del gato pescador y otras especies de pequeños felinos es la falta de financiación. Gran parte del dinero para investigación y preservación se destina a los tigres, leones, leopardos —es decir a las grandes especies carismáticas y no a sus diminutos parientes. Es un tema en el que todos los especialistas entrevistados coinciden, y es un problema que nadie sabe cómo resolver.
“He recibido la respuesta a un correo [de un posible donante] que decía ‘disculpa pero tu especie no es suficientemente importante para recibir la financiación’”, dijo Ratnayaka. “Eso es un golpe para uno, porque es una especie En Peligro”. En la búsqueda de financiación local, a menudo se encuentra con falta de interés y falta de comprensión, que en parte proviene de la ignorancia en cuanto a qué es realmente un gato pescador.
Obviamente, “en el momento en que dices ‘leopardo’ [la misma gente] te da todo el dinero que quieras”, se lamenta Ratnayaka.
La ausencia del gato pescador en el radar de los financiadores significa que uno de los principales retos de conservación a los que se enfrenta la especie es recibir suficientes fondos en investigación para aprender más sobre la especie. El proyecto a pequeña escala de Ratnayaka, por ejemplo, solo ha permitido poner un collar con radio a cuatro gatos; ni de cerca suficiente, según su opinión, para conseguir resultados de investigación robustos. Necesita poner el collar a, al menos, 15 para reunir suficientes datos, pero el equipo de alta tecnología no es barato.
En el caso de Giordano, la búsqueda de fondos para el gato pescador de Java no llevó a nada cuando siguió los canales de financiación tradicionales. Tras algunos años luchando por iniciar su proyecto, decidió intentarlo con el micromecenazgo. Después de mucho esfuerzo, lo consiguió, pero su conclusión es que el micromecenazgo para especies pequeñas, como el gato pescador no es una “solución milagrosa”, aunque sigue siendo una opción útil. Aún es necesario —si se quiere salvar la especie— conseguir que los grandes donantes se sumen.
En la opinión de Giordano, los grandes financiadores de la conservación son reacios porque quieren ver grandes resultados y beneficios por su inversión. Ese tipo de resultado garantizado y de atención pública es difícil cuando hablamos de investigación sobre el gato pescador de Java —especialmente porque no existe la absoluta certeza de que el animal exista allí en estado salvaje. Así que según Giordano, ese “gran interrogante” aleja a los posibles donantes en lugar de atraerlos.
Aun así, las cosas no son tan sombrías como hace cinco años, según Sanderson. “Definitivamente, la cantidad de dinero destinada al gato pescador es mayor de lo que ha sido nunca”.
Una estrategia para conservar al gato pescador es introducirlo en la conciencia general del mundo de la conservación. ¿Pero puede este pequeño y esquivo gato competir con sus primos más grandes y carismáticos? Anya Ratnayaka cree que sí: apunta que puede que sea un pequeño felino, pero tiene una personalidad asombrosa que con la publicidad adecuada podría llamar la atención de la sociedad.
El gato pescador, apunta, es un gato con actitud y fanfarronería: seguro de sí mismo, sigiloso y lo suficientemente versátil como para navegar en entornos de humedales y urbanos. Es una especie que vale la pena estudiar y conservar. También es un gato descarado: cuando los científicos intentan atraparlos, dice Ratnayaka, los gatos pescadores no corren, juegan.
Si llegas a conocer al gato pescador, verás que es fascinante y cariñoso, defiende: “Si tuviera que elegir entre el leopardo y el gato pescador, elegiría al gato pescador… Basta con verlos en la naturaleza, tienen mucha más “garra”.
El problema del casi famoso gato pescador
Como todos los animales en esta serie de Mongabay, el reto definitivo en la conservación del gato pescador es que supere su estado de Casi Famoso. Pero según Sagar Dahal, el gato pescador está al acecho “tras el telón” y ya hace tiempo que debería haber debutado en público.
“Son una especie algo marginada en el mundo animal, como una comunidad marginada”, dijo a Mongabay. “La gente no sabe qué es un gato pescador, pero todo el mundo sabe qué son los tigres y los rinocerontes… La gente no sabe gran cosa del gato pescador: ni qué aspecto tiene, ni qué come”.
Sobre todo, es una barrera publicitaria que se debe saltar, quizás así, por fin, el gato pescador podrá unirse a sus parientes domésticos como celebridad de Youtube y Facebook, y conseguir la gran financiación que ahora está reservada a tigres y leopardos.
Los humedales en toda Asia se desvanecen rápidamente, y a medida que lo hacen, también podría desaparecer el gato pescador. No obstante, más conocimiento de su existencia por parte de la sociedad podría ayudar a salvar su territorio en peligro: si la gente supiera, por ejemplo, que en un humedal infravalorado en particular, destinado al desarrollo, vive una especie de felino enigmática y En Peligro, quizás habría suficientes incentivos para inclinar la balanza y preservar tanto el hábitat como al gato pescador.
Sin embargo, para que eso pase, la gente primero tiene que saber que existe el gato pescador y aprender sobre su estilo de vida. Quizás, más que nada, para empezar deben saber si aún está ahí. Así, finalmente, el gato pescador podrá salir de detrás del telón y recibir la luz de los focos durante el tiempo suficiente para conseguir parte de la financiación que necesita desesperadamente y, quizás cazar un pez.
Con un poco de suerte, el gato pescador podría ser un fastidio para los acuicultores urbanos y rurales durante mucho tiempo.