Noticias ambientales

Ocho temas sobre cambio climático a tener en cuenta en el 2017

  • El uso de energía renovable nunca ha sido mayor pero, por otro lado, 2016 también tuvo registro de un récord en el consumo de combustible fósil.
  • Entretanto, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático entró en vigencia el 4 de noviembre, mucho antes de lo que todos esperaban, lo que marcó una nueva era en la acción internacional sobre el clima. Sin embargo, unos días más tarde, Estados Unidos —el segundo emisor más grande del mundo— eligió a un presidente nuevo, quien calificó el calentamiento global de engaño y prometió retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París lo antes posible.
  • A continuación, sin ningún orden en particular, presentamos algunas de las historias principales que deben tenerse en cuenta durante este nuevo año.

Para el clima mundial, 2016 fue una mezcla de cosas: por un lado, el uso de energía renovable nunca ha sido mayor pero, por otro lado, 2016 también tuvo registro de un récord en el consumo de combustible fósil.

Entretanto, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático entró en vigencia el 4 de noviembre, mucho antes de lo que todos esperaban, lo que marcó una nueva era en la acción internacional sobre el clima. Sin embargo, unos días más tarde, Estados Unidos —el segundo emisor más grande del mundo— eligió a un presidente nuevo, quien calificó al calentamiento global de engaño y prometió retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París lo antes posible.

No hace falta decir que es probable que 2017 sea un año crucial en la lucha por detener el cambio climático mundial y todos sus impactos. A continuación, sin ningún orden en particular, presentamos algunas de las historias principales que deben tenerse en cuenta durante este nuevo año.

1. ¿Retirará Trump a Estados Unidos del Acuerdo de París y eliminará la financiación de energía limpia?

Más de 90 países habían ratificado el Acuerdo de París cuando . Solo 55 países que representaran al menos el 55 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero debían adoptar formalmente el pacto para activar su entrada en vigencia, y ese umbral se cruzó mucho más rápido de lo que cualquiera anticipaba.

Cuando Donald Trump fue elegido presidente unos días más tarde, Justin Catanoso (corresponsal de Mongabay) informó desde la conferencia de la ONU sobre el clima llevada a cabo en Marrakech que los delegados estaban “horrorizados y estremecidos, y con actitudes que van de desafío a un deseo de optimismo”.

Los 195 países que forman parte del Acuerdo de París están obligados a alcanzar su compromiso voluntario de reducir las emisiones de carbón y a acatar todas las estipulaciones del acuerdo durante tres años antes de poder solicitar retirarse. Es probable que el proceso de retiro en sí tome otro año. Pero enseguida se corrió la noticia de que el equipo de transición de Trump ya estaba buscando un modo de pasar por alto el proceso de cuatro años para abandonar el pacto.

El mundo entero estará, sin duda, observando de cerca si Trump cumple esta promesa y sus demás posturas anticlimáticas, tales como la propuesta para acabar con la financiación federal para el desarrollo de energía limpia y para la investigación científica del clima. El hecho de que Trump haya elegido al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, para liderar la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) es, tal vez, una señal de que, en efecto, tiene intenciones de seguir adelante.

Pruitt es un aliado cercano de la industria de combustible fósil y un negador acérrimo del cambio climático, con conexiones con los hermanos Koch. El proceso de confirmación de Pruitt promete ser bastante polémico y bien vale observarlo como una indicación de cómo le irá a la acción climática de Estados Unidos en 2017.

2. ¿Cómo responderán los países y otros ante una presidencia estadounidense que niega el cambio climático?

En respuesta a la elección de Trump y a la noticia de que buscaría una salida rápida del Acuerdo de París, Katherine Hayhoe (científica atmosférica y profesora adjunta de Ciencias Políticas en la Universidad Tecnológica de Texas) sostuvo en un comunicado que “la luz brillante de esperanza que el Acuerdo de París emitió sobre el paisaje sombrío y desalentador del cambio climático ha disminuido, pero no se ha extinguido”.

Hubo numerosas respuestas más. Por ejemplo, una carta firmada por casi 400 empresas e inversores instaba a Trump a no retirar a Estados Unidos del Acuerdo y a continuar con “la inversión en la economía de bajo carbono en el país y en el extranjero”, en especial porque consideran que las acciones sobre el clima son buenas para los negocios.

Tal como Justin Catonoso informó para Mongabay, Estados Unidos podría enfrentar una reacción muy negativa, que va más allá de perder la posición en el escenario mundial, como resultado de retirarse del Acuerdo de París. Esa reacción negativa puede representarse en acuerdos comerciales inciertos, cooperaciones militares canceladas, sanciones económicas o, incluso, un impuesto al carbón para Estados Unidos por no haber cumplido con su promesa de reducción de emisiones.

Lo que sí queda claro es que ningún país puede ya guardar la acción climática en una botella, por así decirlo. El Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, hizo esta afirmación durante la conferencia de la ONU sobre el clima llevada a cabo en Marrakech. “Esto es más grande que una persona, que un presidente. Tenemos que determinar cómo vamos a parar esto [el plan de Trump]… Nadie tiene derecho a tomar decisiones que afectan a miles de millones de personas basándose únicamente en ideología o sin una aportación adecuada.

El resto del mundo —en especial China, India y la Unión Europea— planea continuar descarbonizando rápidamente sus economías con tecnología del siglo XXI, sin importar el camino que tome Estados Unidos. Se espera que China ocupe el vacío de poder que creó Trump al no continuar con el liderazgo en temas climáticos adoptado por el Gobierno de Obama, según plantea Catonoso, quien agregó que retirarse del Acuerdo de París “podría tener consecuencias negativas trascendentales para la política exterior futura de Estados Unidos y para su economía”.

3. China, el emisor más grande del mundo, y el consumo de carbón.

A fin de poder ser el líder en acción climática, China tendrá que poner su propia casa en orden. Y eso implicará eliminar de forma gradual pero enérgica el uso de carbón más que cualquier otra cosa.

En julio de 2016, China tenía 895 GW de capacidad actual de producción de carbón, otros 205 GW en construcción y planea 405 GW más, según un informe realizado por Carbon Tracker Initiative con base en Londres. El informe también planteó que los 895 GW de capacidad de producción de carbón existente se utilizaban menos de la mitad del tiempo, lo que significa que China podría estar pensando en gastar casi medio billón de dólares en centrales eléctricas de carbón que ni siquiera necesita.

“Las inversiones de China en carbón han alcanzado un punto crítico: seguir poniendo capital en proyectos cada vez más inviables y poner más presión sobre el sistema financiero por el riesgo de cesación de pagos a gran escala, o detener la inversión y promover la eficiencia”, plantea Carbon Tracker Initiative. El grupo agregó que, si China completa todos los proyectos de carbón que están en construcción o en la etapa de planificación, el país excedería su presupuesto de carbono para limitar el calentamiento global a dos grados Celsius para 2036.

Dos años atrás, Estados Unidos y China —los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta— firmaron un acuerdo para combatir el cambio climático mediante el cual China se comprometió a generar el 20 % de su energía eléctrica con fuentes renovables para 2030 y a llegar al tope de las emisiones para el mismo año (algunos expertos calculan que China ya llegó al tope de emisiones, pero la información no es concluyente). El liderazgo conjunto mostrado por ambos países es considerado un factor importante que hizo posible el Acuerdo de París en diciembre de 2015.

Claro que tenía sentido que China asumiera semejante postura pública respecto del uso futuro de carbón. La contaminación del aire por la quema de carbón provocó 366 000 muertes prematuras en China tan solo en 2013, según descubrieron los investigadores.

Si China —un país con una clase media en rápido crecimiento, que depende fuertemente del carbón para producir energía— cumple sus metas de reducción de emisiones, esto tendría consecuencias enormes para los productores de carbón más importantes en Australia y en Estados Unidos, así como también para la industria mundial del carbón en general. Si no cumple con esos objetivos, en especial por no haber eliminado progresivamente el carbón de su matriz energética con la suficiente rapidez, esto podría tener un grave impacto en su capacidad para liderar al resto del mundo hacia un futuro sustentable y de bajo carbono.

4. ¿Continuará derritiéndose el océano Ártico y se abrirá el paso del Noroeste de una vez por todas?

Casi cada verano desde 2007, la ruta sur del paso del Noroeste, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico Norte, no ha tenido casi nada de hielo. En 2016, el crucero de lujo Crystal Serenity se convirtió en la embarcación de pasajeros más grande en atravesar la ruta, que se consideraba casi intransitable apenas un siglo atrás.

Tal como John Cannon, redactor de Mongabay informó a principios de diciembre, las temperaturas del aire y del agua más altas de lo normal, junto con el cambio en los patrones de viento, provocaron niveles bajos récords de hielo oceánico tanto en el Ártico como en la Antártida en noviembre de 2016. “Parece un triple revés: océano caliente, atmósfera caliente y un patrón de viento, todo contra el hielo en el Ártico”, sostuvo Mark Serreze, director del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve en Boulder, Colorado.

Las temperaturas descendentes en los meses previos al invierno normalmente generaban aumentos del hielo en el océano Ártico, un proceso que suele comenzar en septiembre y llega al punto máximo en marzo. Pero, en un punto a mediados de noviembre, la extensión del hielo en el océano Ártico se había reducido unos 50 000 km2 (19 300 mi2). En algunos lugares, la temperatura del aire era 10 °C (18 °F) más alta que el promedio de noviembre registrado entre 1981 y 2010. En consecuencia, la extensión de hielo del océano Ártico era de solo 9,08 millones de kilómetros cuadrados (3,51 millones de millas cuadradas), un 18 % menos que el promedio de noviembre. Eso hizo que noviembre fuera el séptimo mes de 2016 con récord de niveles bajos de hielo en el océano Ártico.

No sabremos con certeza lo que 2017 le deparará al Ártico hasta fines de marzo, cuando comience la temporada de deshielo. Pero no se ve bien: por segundo año consecutivo, los científicos pronosticaron temperaturas de deshielo en diciembre para algunas partes del Ártico.

5. La energía renovable cada vez más económica con respecto a los combustibles fósiles.

Tal como informó Bloomberg a principios de diciembre, “se está dando una transformación en los mercados mundiales de energía que vale la pena destacar a medida que finaliza 2016: la energía solar se está convirtiendo, por primera vez, en la forma más económica de electricidad nueva”.

A mediados de 2015, el mundo llegó a un punto de inflexión: entró en una era en la que estamos aumentando más la capacidad para energía limpia cada año que para carbón y gas natural combinados. Se predice que el mundo podría llegar al punto máximo de uso de combustibles fósiles para la generación de electricidad dentro de la próxima década.

Sin embargo, es probable que el carbón y el gas natural (y el CO2 que emiten cuando se queman para energía) continúen teniendo un papel importante en la matriz energética mundial por muchos años más. Según un informe que salió en junio, de hecho, el consumo mundial de combustibles fósiles está en su punto máximo. Si bien el consumo de renovables también está en un récord de uso, 2015 fue el sexto año consecutivo en que se estableció un récord en el total de emisiones mundiales.

Es posible que podamos esperar muchas estadísticas confusas y contradictorias en 2017 a medida que la matriz energética continúa experimentando crecimiento y cambios radicales. Por ejemplo, la Administración de Información Energética de Estados Unidos pronostica que, después de haber disminuido un 2,6 % en 2015, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en Estados Unidos habrán disminuido otro 1,3 % en 2016, pero aumentarán un 0,9 % en 2017.

De todas formas, existen señales innegables de que una economía de energía limpia se acerca con rapidez. Estemos atentos a que las energías eólica y solar continúen abaratándose y cubriendo una mayor porción de las necesidades energéticas del mundo durante este nuevo año.

6. Cambio climático, bosques y REDD+.

Según algunos cálculos, la deforestación es responsable de una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (más que todos los aviones, trenes y automóviles del mundo combinados).

Eso significa que frenar la deforestación no solo es bueno para los bosques y para las personas y vida silvestre que dependen de ellos (que son casi todas las personas y los animales de la Tierra), sino también para combatir el cambio climático.

En reconocimiento de esta realidad, los casi 200 países que adoptaron el Acuerdo de París, en diciembre de 2015, incluyeron el mecanismo de la ONU para la reducción de las emisiones de la deforestación y la degradación de bosques (conocido como REDD+)como un artículo independiente en el pacto.

Solo en 2015, Gobiernos y empresas de todo el mundo establecieron un récord de 888 millones de dólares en fondos nuevos para proyectos dedicados a mantener intactos bosques y otros paisajes que absorban carbono, mediante iniciativas REDD+ y otros mecanismos, como los mercados de carbono. Es una señal alentadora que los flujos financieros de gran escala comiencen a materializarse para los esfuerzos de protección forestal.

No obstante, a fines de 2016 se conoció la noticia de que la deforestación en Brasil había aumentado un 29 % respecto de los niveles de 2015. Eso significa que, si bien la destrucción de la Amazonía brasileña continúa en porcentajes históricamente bajos, la deforestación está en el nivel más alto registrado desde 2008. (También nos enteramos a fines de 2016 de que Brasil planeaba restaurar 22 millones de hectáreas —unos 54 millones de acres— de tierra en lo que el Instituto de Recursos Mundiales calificó como el compromiso de restauración más grande hecho por una sola nación”).

La deforestación en un tema extenso y complejo, por lo que no es de sorprender que haya contratiempos, aun cuando el mundo está dando pasos enormes para lidiar con el asunto. Por ejemplo, productos agrícolas como carne de vacuno, aceite de palma, pulpa y papel, y soja se han convertido en motores cada vez más importantes de la deforestación tropical, por lo que cientos de empresas han realizado un “Compromiso de Deforestación Cero” a fin de eliminar la deforestación de las cadenas de suministros. Pero, según análisis recientes, muchas de las empresas que han formulado este compromiso subestiman los alcances de su exposición al riesgo de que sus operaciones contribuyan con la deforestación y, por lo tanto, es poco probable que alcancen sus objetivos de cortar lazos con la destrucción de bosques en el lapso establecido.

La buena noticia es que muchos países tropicales están comprometidos a promover solo la producción sustentable de productos agrícolas, y estamos dedicando más recursos que nunca para comprender con exactitud qué estrategias de conservación forestal son más efectivas.

7. El continuo blanqueamiento mundial de coral y otros impactos climáticos sobre los océanos del planeta.

En 2016 hubo un gran movimiento para proteger los océanos y a sus habitantes. En agosto de 2016, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, extendió el área protegida más grande del mundo: el Monumento Nacional Marino de Papahānaumokuākea, en Hawái. Este alberga focas monje, tortugas marinas, tiburones y muchas otras especias de vida marina en peligro. Luego, en octubre, la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CRVMA) —una organización internacional que representa 24 países y la Unión Europea— superó a Obama al establecer un área marina protegida más grande, de 1,55 millones de kilómetros cuadrados (598 000 mi2) (598,000-square-mile) en el mar de Ross, en la Antártida.

Más de 3,6 millones de kilómetros cuadrados (1,39 millones de millas cuadras) fueron protegidos en 2016, lo que lleva el total de océano protegido a un 5 %, que aún representa solo la mitad de lo requerido por el Convenio sobre Diversidad Biológica.

Sin embargo, no hay manera de proteger la biodiversidad marina de los impactos del cambio climático. Por fortuna, un obituario para la Gran Barrera de Coral de Australia, que se hizo viral este año, era erróneo. No obstante, tal como informó Shreya Dasgupta, redactora de Mongabay, a fines de noviembre, los científicos han confirmado que la Gran Barrera de Coral sufrió el blanqueamiento de coral más grande registrado debido a temperaturas del agua más altas de lo normal en 2015 y 2016.

Tampoco es solo la Gran Barrera de Coral: un blanqueamiento mundial de coral que comenzó en 2015 continúa en la actualidad, y los corales de todo el mundo han sido afectados.

Entretanto, en noviembre, un pulpo apareció en el estacionamiento de un complejo de departamentos junto al mar, en Florida, después de que una inundación asociada con mareas altas inusuales lo llevara por las cañerías de drenaje del estacionamiento. Douglas McCauley y Caroline Jablonicky —científicos de la Universidad de California, Santa Bárbara— blankescribieron para Mongabay: “Las proyecciones sobre el aumento del nivel del mar sugieren que esto puede ser la punta del iceberg (fundente)”. El cambio climático está causando la expansión de las aguas oceánicas, y el deshielo de los hielos continentales agrega más volumen a los océanos, que se calcula que se elevarán unos 60 cm para fines de siglo. Mucho más alarmante que la vida silvestre marina en los estacionamientos son los billones de dólares potenciales en daños que el aumento del nivel del mar podría causar a las comunidades costeras si no se controla el cambio climático.

Entre todas las presiones inducidas por el cambio climático sobre la vida silvestre marina, la humanidad está por comenzar a explotar el lecho del mar en busca de cobre, oro, manganeso, níquel y otros minerales. La empresa canadiense Nautilus Minerals espera abrir la primera mina de aguas profundas del mundo cerca de la costa de Papúa Nueva Guinea, en el mar de Bismarck, a principios de 2018.

8. Acciones ciudadanas sobre el clima.

Si bien las protestas en Estados Unidos contra el oleoducto Keystone XL y el oleoducto Dakota Access se han concentrado en proyectos de infraestructura específicos, que nos atraparían en décadas de uso continuado de combustibles fósiles, también han demostrado el poder de un movimiento climático unido para lograr cambios reales en las políticas.

El movimiento mundial de desinversión es otro ejemplo de acciones ciudadanas por el clima, que está causando un impacto real. Hasta diciembre de 2016, fondos de inversión por un valor superior a los cinco billones de dólares se han comprometido a desinvertir sus activos en combustibles fósiles ThinkProgress informa que, “si bien la puja por la desinversión comenzó como una campaña comunitaria en los campus universitarios, el movimiento se ha convertido en una tendencia principal, con el 80 % de los fondos desinvertidos provenientes de pensiones o fondos comerciales de inversión”. Incluso una serie de ciudades, desde Sídney, Australia, hasta Washington, D. C., están participando en la acción de desinversión.

A medida que el movimiento de desinversión y la oposición a proyectos como Keystone XL y el oleoducto Dakota Access continúen creciendo, será más y más costoso para las empresas de petróleo, gas y carbón financiar proyectos nuevos de desarrollo (y estigmatizar sus productos en el proceso).

16-008-nasa-2015recordwarmglobalyearsince1880-20160120
2015: año de mayor calentamiento global registrado (desde 1880). Los colores indican anomalías de temperatura (NASA/NOAA; 20 de enero de 2016). Imagen por Wikimedia Commons.
Salir de la versión móvil