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Colombia: La huella del hombre en la joya ambiental de Mariquita

  • ¿Qué actividades humanas han impacto negativamente este ecosistema de Mariquita?
  • ¿Qué medidas se han emprendido para impedir un deterioro mayor?

La Reserva Forestal Protectora de las Quebradas El Peñón y San Juan está ubicada en San Sebastián de Mariquita, al norte del departamento del Tolima. Abarca un área de 637 hectáreas [i] en un rango altitudinal de 600 a 950 metros.

La zona de reserva, declarada como tal en 1960, acoge al Bosque Municipal de Mariquita, conocido como Bosque Mutis, a donde llegó José Celestino Mutis en 1783. El ecosistema del bosque Mutis tiene un valor ambiental e histórico pues fue cuna de la Real Expedición Botánica del Virreinato del Nuevo Reino de Granada.

“Allá José Celestino Mutis localizó por ejemplo el almendrón, corpulento y de tronco de regular dureza y frutos aceitosos y amargos”, relata la escritora Elizabeth Mujica en el libro Expedición Botánica contada para los niños [ii].

En esa época el bosque parecía inacabable. En la actualidad la reserva y el bosque son amenazados por los asentamientos humanos, ubicados allí a causa de la pobreza. El impacto del hombre en este ecosistema es evidente, la tala de árboles es uno de ellos.

Vista panorámica desde la Reserva Forestal de las quebradas El Peñón y San Juan de Mariquita. Foto: Fernanda Sánchez.

En 1991 los estragos ya eran visibles. Un trabajo de campo encargado por la Fundación Segunda Expedición Botánica presentaba un panorama desalentador. “Esta tala es explicable en el hecho de que según los estudios realizados, el 50 % de los pobladores de la periferia y dentro del bosque usan leña como combustible para sus cocinas. Esta realidad ocasionará un impacto de tipo grave”.[iii].

Este mismo informe señalaba que  había una serie de “claros” (aproximadamente 20 hectáreas del bosque) en el Bosque Mutis, en que habían desaparecido por completo la vegetación del sotobosque y solamente se encontraban  especies de incursión  tipo malezas.

Al cierre de este artículo no se obtuvo información reciente del número de hectáreas actuales deforestadas de la reserva ni del Bosque Mutis por parte de Cortolima.

En el año 2013 Cortolima indicaba que: “la reserva presenta un alto impacto sobre sus recursos naturales provocado por un conflicto de uso de suelo, donde la subsistencia del bosque natural se está viendo afectada por la expansión de lotes para cultivos, estas ampliaciones se realizan mediante dos actividades que son la tala y las quemas controladas, las cuales están generando un impacto ambiental de alta importancia”.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) informa que entre 1990 y 2013 se perdieron 62 hectáreas de bosque en Mariquita, mientras que entre 2014 y 2015 se perdieron tres.

El total de bosque para el 2015 en Mariquita fue de 2338 hectáreas. Esta información no habla específicamente ni de la reserva ni del Bosque Mutis.

Las afectaciones persisten

Ricardo Sánchez, inspector ambiental de San Sebastián de Mariquita, explicó: “La zona boscosa de la reserva empezaba en la carrera 1a hacia arriba. En esos lugares se encuentran actualmente los barrios La tijera, Los tanques, El Bosque, El Turbay, El Honorio Moreno y Antiguo Fernández”.

La investigación de 1991 determinó que las viviendas estaban en los alrededores del bosque por la carretera que conduce a Falan, municipio del Tolima, y su año de construcción oscilaba entre 1965 y 1985[iv].

En aquel tiempo, los investigadores describieron como doblemente triste el recorrido por esa carretera hacia el bosque, por la tala de árboles y la pobreza de las personas.

Un “conjunto cerrado” en plena zona de reserva en Mariquita. Foto: Fernanda Sánchez.

Con el paso del tiempo se han construido más casas con garajes, de dos pisos. Estos asentamientos se sirven del bosque, pero no son los únicos.

Desde la década de 1970, Orlando Velásquez, experto en botánica, ha estudiado el bosque, a Mutis, y ha divulgado su obra. Don Orlando muestra orgulloso la foto de una flor del guaco (Aristolochia mariquitenses) que buscó durante 40 años. Recorriendo el bosque con su cámara, y gracias al apoyo de un grupo de personas, creó un archivo fotográfico de la flora y fauna de Mariquita.

Él está preocupado por este ecosistema pues fue testigo de su esplendor y su deterioro. “Otro problema es la minería porque todavía tenemos oro. La gente va y trabaja toda una semana y hace para el mercado. La despensa de la gente es el bosque, entonces no hay otra forma de trabajo”, afirmó a Mongabay Latam.

Efraín Rueda no comparte su apreciación. Él llegó a Mariquita en el año 1957, desplazado por la violencia, y se dedica desde los 13 años al barequeo, práctica ancestral que consiste en lavar la arena por medios manuales buscando metales preciosos como el oro. En su opinión la situación actual del ecosistema tiene otro responsable. “Es el finquero el que lo quema, siembra, abre potreros, no somos los mineros artesanales”, insistió.

Sin embargo, el inspector ambiental sostuvo que realizaron operativos contra algunos barequeros, el 23 de febrero y el 16 de noviembre del año 2016, quienes fueron capturados por estar en zona de reserva.

Basura en la quebrada El Peñón. Foto: Fernanda Sánchez

En un corto recorrido por el área, Mongabay Latam vio las huellas de la acción humana: árboles talados, toallas higiénicas, pañales, plástico, mucho plástico… cenizas de quemas y cajas de grapas alrededor de las cercas que delimitan la reserva, delimitación hecha por contratistas pagados por Cortolima.

Múltiples mangueras conectadas por los habitantes a la quebrada El Peñón (d). Foto: Fernanda Sánchez

También llaman la atención las mangueras usadas para obtener agua de la quebrada El Peñón, ya prácticamente seca, pero que en el momento del recorrido tiene un poco de agua debido a las lluvias recientes.

En riesgo la riqueza del ecosistema

Durante la caminata el volumen de la música impidió escuchar a las especies que aún habitan en el Bosque Mutis y que tienen diferentes grados de vulnerabilidad y riesgo por pérdida de su hábitat y por su comercio.

Según información de la página de Cortolima al 2013, en el Bosque de Mariquita la Salamandra (Bolitoglossa lozanoi) se encuentra Vulnerable (VU), la Rana venenosa (Dendrobates truncatus) Casi Amenazada (NT), la Tortuga de río (Podocnemis lewyana) En Peligro (EN) y la Tortuga morrocoy (Geochelone carbonaria) En Peligro Crítico (CR).

Además Cortolima cita el Convenio Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) en el cual aparecen especies de herpetofauna amenazadas por su explotación y comercialización: la Rana venenosa, Iguana común (Iguana iguana), Boa (Boa constrictor), Babilla (Caimán crocodilus fuscus), Tortuga de río y Tortuga morrocoy.

Por otro lado, Mariquita es uno de los lugares donde el Tití gris ha sido visto. Esta especie es importante porque es endémica de Colombia y está en situación de vulnerabilidad debido a la pérdida de su hábitat y el tráfico ilegal.

Jorge Cardoso, director general de Cortolima, aclaró a Mongabay Latam que en el plan de manejo de la reserva en proceso de ajuste, se realizó un inventario de flora y fauna, al que se tendrá acceso cuando este sea entregado de nuevo al Ministerio de Ambiente y adoptado por este.

El plan contempla un proyecto de monitoreo de especies que una vez implementado permitirá establecer con certeza las especies en riesgo de extinción.

El área de 637 hectáreas fue declarada Zona Forestal Protectora de las cuencas hidrográficas de las quebradas El Peñón y San Juan mediante Resolución 1240 de 1960. Entonces se prohibió la explotación del bosque sin licencia y se determinó que el alcalde municipal y demás funcionarios debían vigilarla.

A pesar de esta declaratoria, que busca proteger el área, los problemas son evidentes en el bosque Mutis.

Reserva de Mariquita. Foto: Fernanda Sánchez.

Acciones de rescate

En el año 2007 la Procuraduría Judicial Ambiental y Agraria del Tolima presentó una acción popular y solicitó medidas cautelares para impedir daños irreparables en la reserva.

La jueza Gladys Patricia Osorio, del Juzgado Quinto Administrativo del Circuito de Ibagué, accedió a las medidas cautelares con el propósito de frenar el daño causado por factores como la erosión, los movimientos de masa, las áreas críticas y de riesgo y los grados de vulnerabilidad geomorfológico, entre otros.

El fallo reclamó también la acción oportuna por parte de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), del Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y el municipio de Mariquita.

Las medidas cautelares ordenaron disponer de auxiliares de policía bachilleres para controlar, vigilar y evitar la deforestación y la proliferación de asentamientos subnormales. También prohibió nuevas construcciones dentro, y alrededor de la reserva; igualmente, ordenó la recolección de basura de estos habitantes mientras los reubican.

Al recorrer parte de la reserva, el Bosque Mutis, no se observa la vigilancia. Unas vallas de metal descoloridas invitan con mensajes a cuidarla, prohíben cazar, talar y dicen que todos son vigías.  Infortunadamente, las casas en arriendo y venta, los habitantes, la basura y las quemas demuestran que este llamado ha sido ignorado.

No existe un censo actualizado del número de familias. En esta joya ambiental invadida por la pobreza se encuentran además un puesto de salud y una escuela, fuera de servicio, que no debieron construirse allí.

Un puesto de salud construido en septiembre de 1994 por la administración municipal de William Rubio, como lo indica la placa, en plena zona de reserva forestal. Foto. Fernanda Sánchez.

Para mejorar las condiciones de la reserva, Ricardo Sánchez, actual inspector ambiental, propone que esta sea administrada con profesionales de las ciencias naturales, especialmente biólogos, apoyados por personas que la vigilen.

La administración de la reserva también enseñaría a los habitantes que estaban allí antes de la declaratoria de reserva, y que tienen títulos, a cumplir estrictamente con normas ambientales, como tener pozos tóxicos, explicó Sánchez a Mongabay Latam.

Cortolima, autoridad ambiental del departamento, socializó el 4 de marzo de 2016 con los habitantes de Mariquita algunas medidas para mejorar el estado de la reserva. Entre estas acciones señalaron las siguientes: la priorización y adquisición de predios para la conservación de la biodiversidad y la protección de las fuentes hídricas, la conformación de un corredor ambiental a través de la reforestación y enriquecimiento de las áreas de ronda de las fuentes hídricas.

Casa de los virreyes ubicada en la carrera 2 con calle 2, a escasas 2 cuadras estaba el inicio del bosque (i). Foto: Jenny Ávila, exposición: Mariquita en blanco y negro / Estado actual del inicio del Bosque Mutis y sus vecinos (d) . Foto: Fernanda Sánchez.

Además la reubicación de asentamientos subnormales, sensibilización y educación ambiental para la conservación y sostenibilidad de la reserva, formulación de un plan de investigación y conservación del tití gris.

Las soluciones están planteadas pero aún no están en marcha y la problemática persiste. El 17 de agosto del año 2016 la administración municipal solicitó recursos a Cortolima para establecer la vigilancia y conservación de la reserva forestal y cumplir con las medidas cautelares del 2007.

El 31 de agosto de 2016 respondió Cortolima que tendrán en cuenta su solicitud una vez cuenten con el plan de manejo debidamente adoptado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

“El Plan de Manejo está siendo ajustado de acuerdo a directrices entregadas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que es la entidad competente para su adopción. Hasta tanto no se cuenta con un documento oficial. Cortolima, cumple con la delimitación, para disminuir presiones externas sobre la reserva, con la elaboración del plan de manejo y acciones de control y vigilancia”, aclaró Julio Cardoso, director general de Cortolima, a Mongabay Latam.

Mientras las instituciones avanzan lentamente en las acciones necesarias para salvaguardar el ecosistema y resolver este conflicto socioambiental, en su casa de Mariquita, Orlando Velásquez, conocedor de sus antiguas riquezas, no augura un futuro prometedor. “El Bosque Mutis es importante porque este clima que tenemos los mariquiteños, tan bueno, lo debemos  a eso. El día que perdamos el bosque la gente va a decir qué triste y qué verraco [fuerte] se puso esto”, sentenció.

 

NOTAS

[i]   “La  normativa en Áreas Protegidas en Colombia dice que: la reserva, alinderación, declaración y  sustracción de las Reservas Forestales que albergan ecosistemas estratégicos de escala nacional (tal como lo es la “Reserva Forestal Protectora de las Quebradas El Peñón y San Juan”) son  competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; en dichos términos el área total de la reserva es de 637 has; de no existir un acto administrativo en el cual el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible emita un ajuste de precisión y aclaración de límites de dicha reserva, no se puede cambiar el área de la misma”, aclara Cortolima.

[ii] Mujica, Elizabeth. “Expedición Botánica contada para los niños. Instituto de Cultura”. (1978): 36.

[iii] Pachón, Germán y Bohórquez Amparo. “Ecología Básica del Bosque Municipal de Mariquita”. (1991): 141.

[iv] Pachón, Germán y Bohórquez Amparo. “Ecología Básica del Bosque Municipal de Mariquita”. Bogotá, 1991. Página 142.

 


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