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Cóndor de California: mapeo de las estrategias para su conservación

  • Casi extinto en estado salvaje en los ochenta, el cóndor de California está experimentando una recuperación gracias a un intenso plan de gestión y a una veda parcial en las municiones de plomo. Desafortunadamente para los cóndores cautivos que fueron regresados a su hábitat, el envenenamiento por plomo todavía es un problema.
  • El estudio de mapeo SIG de Holly Copeland ha mostrado que los cóndores cerca a la costa sufren menos envenenamiento por plomo que aquellos en el interior. El mapeo también ayuda a localizar lugares de liberación menos peligrosos y a predecir sitios en los que las aves podrían estar en mayor riesgo por el plomo.
  • El estudio de mapeo detectó un comportamiento salvaje aumentado en los cóndores, lo que significa que están aventurándose más lejos de los lugares de liberación. Es una buena noticia, pero también significa que las aves que viajan más lejos tierra adentro están en mayor riesgo de exponerse al envenenamiento por plomo.
  • Copeland espera que los cóndores se beneficien cuando la prohibición exhaustiva sobre la munición de plomo entre en vigor en California, en el 2019. La investigadora también está aplicando sus experiencias en mapeo con cóndores a las águilas y otras aves rapaces en Wyoming.
The Endangered California condor (Gymnogyps californianus), has been protected by US federal law since 1967 and by California state law since 1971. Despite those safeguards, by 1982, there were less than two dozen condors left flying in the wild. It took until 2012 before scientists could prove that lead-based ammunition was the source of the birds’ demise. Photo by Donald Smith
El amenazado cóndor de California (Gymnogyps californianus) ha sido protegido por la ley federal de Estados Unidos desde 1967 y por la ley estatal de California desde 1971. A pesar de estas protecciones, en 1982 quedaban menos de dos docenas de cóndores volando en libertad. Tuvo que llegar el 2012 para que los científicos pudieran demostrar que las municiones de plomo eran la fuente del fallecimiento del ave. Foto por Donald Smith

Las poblaciones de buitres a nivel global están en riesgo letal debido a las toxinas que se acumulan en los cuerpos de los que se alimentan —desde venenosos analgésicos en el ganado de India, pasando por pesticidas que han matado a leones que cazan el ganado en África, hasta las municiones de plomo de los cazadores en la fauna de California.

El cóndor de California (Gymnogyps californianus) fue casi arrasado a principios de los ochenta, cuando quedaban solo 22 aves vivas en estado salvaje. El envenenamiento por municiones de plomo —contenido en la carroña que comieron— fue la principal causa de muerte de estas enormes aves planeadoras, conocidas por su enveAvesrgadura que se extiende hasta 3 metros.

A pesar de su regreso estimulado por un programa de gestión intensiva y por una veda parcial de la caza con municiones de plomo, el monitoreo de rutina muestra que al menos el 20 % de los cóndores que vuelan en libertad todavía cuenta con niveles de plomo en la sangre lo suficientemente altos para garantizar un tratamiento médico, y casi cada una de las aves en estado salvaje requerirá, antes de alcanzar la edad reproductiva, un tratamiento de emergencia por envenenamiento por plomo.

6.Holly Copeland puts a GPS collar on mule deer to map species movements in Wyoming. The population there is declining, but no one is sure why. With data from the collars, migration routes can be mapped to improve deer access to wildlife corridors. “The maps are really about informing better management decisions that benefit wildlife,” says Copeland. Photo courtesy of Holly Copeland
Holly Copeland le pone un collar GPS a un ciervo mulo para mapear los movimientos de la especie en Wyoming. La población allí está declinando, pero nadie está seguro del porqué. Con información de los collares, las rutas de migración pueden ser mapeadas para mejorar el acceso de los ciervos a los corredores ecológicos. Foto cortesía de Holly Copeland

Holly Copeland, ecologista de The Nature Conservancy, en Wyoming, trabajó con un equipo que reunió datos respecto al comportamiento, hábitats y sitios de caza del cóndor de California. El mapa que generó muestra las áreas con alto riesgo de envenenamiento por plomo, algo que ella espera que ayude a las estrategias de gestión. Dicho mapa también revela otra cosa: los cóndores están recuperando más de sus conductas salvajes, lo cual es una buena noticia para una especie que casi se había extinguido.

“Los mapas son poderosos”, dice Copeland. “Toman datos desde lo abstracto y los llevan a la realidad”.

Mongabay: ¿Cómo fue que una científica conservacionista de Wyoming terminó mapeando cóndores amenazados en California?

Holly Copeland: Soy una ecologista espacial, interesada particularmente en cómo se relaciona el desplazamiento animal con la conservación. The Nature Conservancy tiene una beca CODA que permite a los empleados trabajar en proyectos a través de secciones estatales. Con esa beca me uní a un equipo financiado por el US Fish and Wildlife Service para ver si podíamos darle algún sentido a los datos de GPS respecto a los cóndores envenenados en el centro y sur de California. ¿Podría esta información decirnos algo de las conductas que son riesgosas para los cóndores, o de lugares que son puntos conflictivos?

Aunque la población en estado salvaje del cóndor finalmente sobresale de la población cautiva, las aves todavía están bastante controladas. Las liberan con etiquetas telemétricas. Se colocan carcasas “seguras” para que los cóndores salvajes se alimenten de ellas, la basura se recoge regularmente en las cercanías de los sitios de anidación, y cada seis meses se les hacen revisiones que incluyen exámenes de sangre para revisar los niveles de plomo.

Así que tenemos muestras de sangre de cóndores que sabemos que están sumamente envenenados. Vemos lo que estuvieron haciendo las últimas dos semanas previas a cuando fueron envenenados. ¿Dónde estaban? ¿Y dónde es que fueron comparados a los cóndores que no fueron envenenados?

The good news for condors is that captive-raised birds are showing more wild behavior –– ranging farther from their release sites. But, that’s bad news too: so far, the birds with higher lead counts are the ones that travel farther. Photo courtesy of USFWS
La buena noticia para los cóndores es que las aves criadas en cautividad están mostrando más comportamiento salvaje —cubriendo lugares más lejanos a aquellos donde fueron liberados. Pero estas son también malas noticias: hasta ahora, las aves con los niveles más altos de plomo son las que viajan más lejos. Foto cortesía de USFWS

Mongabay: Los mapas SIG proveen modos de ver las relaciones entre diferentes tipos de información geográfica. ¿Qué revelaron tus mapas?

Holly Copeland: Primero, debo decir que a diferencia de la mayoría del trabajo de campo, este fue un trabajo de escritorio para mí. Una vez que los dispositivos de rastreo son puestos en el animal, es cuestión de maniobrar con la información. Aunque de estar en California, habría salido para capturar los cóndores…

Así que con los GPS de las aves o los collares telemétricos, sabíamos a dónde habían ido. Pero la información también [señaló] información del paisaje como la vegetación o el desarrollo urbano, áreas donde la caza de cerdos está concentrada, y lugares de “comida segura” en los que el programa del cóndor sitúa cadáveres no contaminados.

Queríamos saber si había áreas donde las aves estaban siendo envenenadas crónicamente. Aunque todavía estamos analizando todos los datos, en el centro de California estamos encontrándonos con que hay un mayor riesgo de plomo para las aves de interior que para aquellas que pasan más tiempo en la costa.

La buena noticia es que las aves están exhibiendo comportamientos más “salvajes”. Cuando las primeras aves cautivas fueron liberadas en 1992, la población en estado natural era básicamente cero. Ahora estamos viendo más comportamiento salvaje, lo que significa que las aves se están desplazando más lejos de sus sitios de liberación, y eso es bueno. Pero ese comportamiento también conlleva mayor riesgo. Las aves con niveles más altos de plomo viajan más lejos tierra adentro.

Condor release site in 2000 with radio telemetry tags Photo by Scott Frier/USFWS
Sitio de liberación de cóndores con etiquetas de radiotelemetría, en el 2000. Foto por ScottFrier/USFWS
In 2008, the condor recovery program crossed a major tipping point: wild California condors finally outnumbered those in captivity. Chart courtesy of the US Fish and Wildlife Service, California Condor Recovery Program 2014 Annual Population Report
En el 2008 el programa de recuperación del cóndor cruzó un importante punto de inflexión: los cóndores de California salvajes finalmente superaron a aquellos en cautiverio. Gráfica cortestía del US Fish and Wildlife Service, Reporte Anual 2014 de Población del Programa de Recuperación del Cóndor de California

La información muestra que los cóndores todavía están siendo envenenados a pesar del Acta de Preservación del Cóndor Ridley-Tree, la cual prohibió la cacería con municiones de plomo dentro de la distribución del cóndor de California. La veda no cubrió todas las fuentes de plomo en el lugar. Se cree que la toxicidad continúa existiendo debido a que la veda no fue extensiva así como a cierta confusión respecto a qué era a lo que se aplicaba —¿cubría ardillas, conejos o la caza depredadora de coyotes? Con suerte, cuando la veda extensiva de la munición de plomo entre en vigor por completo, en el 2019, veremos los beneficios.

Ahora mismo el mapeo podría ayudar a seleccionar sitios de liberación menos peligrosos, o a predecir dónde podrían tener problemas las aves. Y la cuestión del plomo no solo es problema del cóndor de California. Estoy aplicando lo que he aprendido con las águilas y otras aves rapaces en Wyoming.

Mongabay: ¿Qué es lo que quieres lograr con tu trabajo SIG?

Holly Copeland: Realmente se trata de volver más inteligente la manera en que gestionamos la fauna para su beneficio.

Los mapas toman datos del plano abstracto. Sea mostrar dónde los cóndores se encuentran en mayor riesgo de envenenamiento por plomo o dónde los ciervos mulos son más proclives a ser golpeados por autos, veo que es muy gratificante para la gente ver el movimiento de animales reales a través del paisaje.

Por ejemplo, en otro proyecto donde mapeamos el desplazamiento de los ciervos mulos en Wyoming, cuando la gente puede ver un corredor migratorio que los animales de verdad están usando —en oposición a solo poner una línea en el mapa y decir “sabemos que los animales van aquí”—, eso es algo mucho más tangible. Y creo que eso mueve a las personas a hacer cosas buenas por la vida salvaje.

 

Para más en relación con el tema:

Bakker VJ, Smith DR, Copeland H, et al. Effects of Lead Exposure, Flock Behavior, and Management Actions on the Survival of California Condors (Gymnogyps californianus). EcoHealth (2016). doi:10.1007/s10393-015-1096-2

Kurle CM, Bakker VJ, Copeland H, et al. Terrestrial Scavenging of Marine Mammals: Cross-Ecosystem Contaminant Transfer and Potential Risks to Endangered California Condors (Gymnogyps californianus). Environ. Sci. Technol. (2016). doi: 10.1021/acs.est.6b01990.

Finkelstein ME, Doak DF, George D, et al. Lead poisoning and the deceptive recovery of the critically endangered California condor. PNAS (2012) doi:10.1073/pnas.1203141109.

Holly Copeland’s blog about the mapping migrations project

An adult California Condor with its 30-day old chick in a nest near Hopper Mountain National Wildlife Refuge in California. The number of chicks that have fledged in the wild aren’t anywhere close to making up for the number of condors that have died or been permanently removed from the wild, according to research led by scientists at the University of California at Santa Cruz. Photo by Joseph Brandt, Pacific Southwest Region U.S. Fish and Wildlife Service
Un cóndor de California adulto con su polluelo de 30 días de nacido, en un nido cerca del Refugio Nacional de Vida Silvestre en Hopper Mountain, California. El número de polluelos que ha desarrollado plumas en estado salvaje no se acerca ni un poco al número de cóndores que ha muerto o ha sido eliminado permanentemente de su hábitat, de acuerdo a investigaciones dirigidas por científicos en la Universidad de California, en Santa Cruz. Foto por Joseph Brandt, del Pacific Southwest Region U.S. Fish and Wildlife Service
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