Los monos de Asia no corren mejor suerte, como puede comprobar cualquiera que estudie los orangutanes. Alrededor del 73 por ciento de los primates de allí se enfrentan a un futuro incierto, y la demanda mundial de aceite de palma ha empujado a las dos especies de orangutanes (Pongo pygmaeus y Pongo abelii) al borde de la extinción en el sudeste asiático.

Las estadísticas de los primates en las Américas y África continental son ligeramente menos graves en su conjunto. Un poco más de un tercio se consideran amenazadas. Pero ocultos entre esas cifras están los casos extremos, como los aproximadamente 900 gorilas de montaña que quedan (Gorilla beringei beringei).

Los monos y simios en África y América Central y del Sur se enfrentan a los mismos peligros cada vez mayores que han bajado las cifras en otras partes del mundo. Como causa principal se encuentra la expansión de la agricultura, que pone en peligro al 76 por ciento de todas las especies en todo el mundo, escriben los investigadores.

Entre 1990 y 2010, los seres humanos se apoderaron de 1,5 millones de hectáreas (alrededor de 5790 millas cuadradas) para la agricultura –tres veces el tamaño de Francia. La pérdida de la cubierta forestal, que es un hábitat vital para muchos primates, fue aún superior: 2 millones de hectáreas (7722 millas cuadradas), según el estudio.

La tala y la ganadería también han abierto enormes áreas que antes eran dominio de los primates.

Low Impact Logging
La deforestación del bosque de Iwokrama en Guyana. Foto © Pete Oxford / iLCP

No es solo la completa destrucción de los ecosistemas lo que causa problemas. Cuando los pastos, granjas y plantaciones se abren paso en el territorio de los primates, pueden quedar grupos de la misma especie en islas de espacio habitable cada vez más desconectadas. Los autores informan que hemos repartido –o fragmentado– casi la mitad de los bosques tropicales del mundo y el 58 por ciento de los subtropicales.

“En última instancia, sin lugar a dudas, la mayor amenaza es la pérdida de hábitat”, afirmó Martha Robbins, primatóloga en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, quien no participó en la investigación. “No creo que sea una sorpresa para nadie que, con el aumento del crecimiento de la población humana y del consumo, estamos utilizando cada vez más y más hábitat”.

Robbins alabó el alcance de la investigación, y añadió, “se hace un excelente trabajo que resume el estado de conservación de los primates”.

En particular, se sentía satisfecha al comprobar que el equipo había separado no solo las causas directas que conducen a la extinción de ciertos primates, como la caza, que amenaza el 60 por ciento de los simios (y muchas otras especies de mamíferos). También examinaron a fondo las causas subyacentes de esas actividades, como la pobreza humana generalizada localizada a menudo en áreas donde viven los primates.

Con ese marco, los autores presentan sucesivamente más de una docena de posibles enfoques que podrían contener la disminución de primates, desde la reducción de las demandas del mercado en los países más ricos que permiten el comercio de primates a las campañas destinadas a futuras generaciones centradas en la importancia de proteger a estos animales.

“La deforestación, la caza insostenible y el comercio ilegal podrían resolverse rápidamente a través de programas de educación para niños, adolescentes y adultos”, comentó Estrada.

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El mono colobo rojo de Udzungwa (gordonorum Piliocolobus) está restringido a las montañas Udzungwa de Tanzania y listado en la UICN como en peligro debido principalmente a la pérdida de hábitat. Según los datos de la Universidad de Maryland, su rango perdió alrededor de 4.5 por ciento de su cubierta forestal entre 2001 y 2014, y el bosque denso de la zona aparece fragmentado en imágenes de satélite. Foto de Stavage vía Wikimedia Commons (CC 3.0) / Rango aproximado basado en datos de la UICN

Pero no puede ser solo una inversión única, dijo. “Este enfoque tendría que ser continuo a largo plazo, en lugar de ser un esfuerzo a corto plazo”.

Robbins señaló la paradoja de muchas de esas claves para proteger a los primates.

“En cierto modo, las soluciones son extremadamente fáciles”, dijo. “No talar los bosques, detener el comercio ilegal de animales, encontrar formas de reducir enfermedades.

“Todas las soluciones en sí mismas son muy evidentes. Es solo que ponerlas en marcha y realmente provocar un cambio es lo que resulta tan difícil”.

El estudio también reveló que para muchos primates, los datos son escasos, comentó Estrada. Incluso ahora, los científicos todavía están encontrando especies por descubrir, como el gibón Skywalker (Hoolock tianxing) que recientemente se dio a conocer, y se trata de un simio habitante de la montaña que vive en China y Myanmar.

“Nuestro arsenal de conocimientos científicos sobre la historia natural, ecología, comportamiento y biología para la mayoría de las especies de primates es particularmente escaso”, dijo Estrada. “Existe una necesidad urgente de más estudios de campo para obtener una clara comprensión de la flexibilidad de las especies cuando se enfrentan a amenazas antropogénicas”.

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La riqueza global de las especies de primates, la distribución, y el porcentaje de especies amenazadas y con la disminución de poblaciones. Imagen cortesía de Alejandro Estrada (Estrada et al. Sci. Adv. 2017; 3: e1600946)

Una gran pregunta para los primatólogos es cómo sus sujetos de estudio responderán al cambio climático. En un paso para encontrar algunas respuestas, Estrada y sus colegas recopilaron un análisis filogenético de 340 primates –el más grande que jamás se ha realizado que contempla las conexiones subyacentes entre las especies de primates.

“Por lo general, las especies estrechamente relacionadas comparten aspectos de su biología básica, tales como el tamaño corporal, la fisiología reproductiva, dieta, comportamiento e incluso la distribución geográfica”, dijo Estrada. “Esa relación puede convertir a las especies sensibles a, por ejemplo… los cambios naturales en la distribución de sus hábitats, o de la presión humana que resulta en la reducción o pérdida del hábitat, la caza, [o] el cambio climático”.

Sobre la base de estas conexiones, los científicos pueden ser capaces de utilizar lo que saben acerca de una especie a predecir cómo una amenaza podría afectar a otra.

“Debido a su escasa población y a la intensidad de las amenazas, pronto podemos tener una cascada de extinciones en especies de primates impulsada por los humanos”, afirmó Estrada. La nueva investigación pone de relieve la necesidad urgente de comprensión más matizada de los primates, mientras que al mismo tiempo hace frente a la avalancha de presiones que los seres humanos dirigimos hacia ellos.

Estrada dijo que es optimista sobre nuestras posibilidades de éxito, pero sigue siendo realista: “Nos estamos quedando sin tiempo para emprender estas acciones”.

 

CITAS:

  • Estrada, A., Garber, P. A., Rylands, A. B., Roos, C., Fernandez-Duque, E., Di Fiore, A., … Li, B. (2017). Impending extinction crisis of the world’s primates: Why primates matter. Science Advances, 3(1). Retrieved from http://advances.sciencemag.org/content/3/1/e1600946.abstract
  • Greenpeace, University of Maryland, World Resources Institute and Transparent World. “Intact Forest Landscapes. 2000/2013” Accessed through Global Forest Watch on January 18, 2017. www.globalforestwatch.org
  • Hansen, M. C., P. V. Potapov, R. Moore, M. Hancher, S. A. Turubanova, A. Tyukavina, D. Thau, S. V. Stehman, S. J. Goetz, T. R. Loveland, A. Kommareddy, A. Egorov, L. Chini, C. O. Justice, and J. R. G. Townshend. 2013. “High-Resolution Global Maps of 21st-Century Forest Cover Change.” Science 342 (15 November): 850–53. Data available on-line from: http://earthenginepartners.appspot.com/science-2013-global-forest. Accessed through Global Forest Watch on January 18, 2017. www.globalforestwatch.org

Imagen destacada: Gorila en la República Democrática del Congo. Foto de John C. Cannon

Artículo publicado por Maria Salazar
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