- La votación fue casi un 98 % contra el establecimiento de La Colosa bajo los auspicios del tercer mayor productor mundial de oro, AngloGold Ashanti.
- El voto popular funciona como una medida de protección si los derechos colectivos se consideran en peligro, incluyendo los impactos a largo plazo causados por proyectos de minería y energía.
- El voto popular podría dar lugar a una batalla legal entre AngloGold Ashanti y Colombia, ya que la compañía ha manifestado su intención de intentar continuar el proyecto mientras estudia las consecuencias de la votación.
CAJAMARCA, Colombia – Los habitantes de un pueblo en el centro de Colombia enviaron el domingo un claro mensaje a las autoridades diciendo que no quieren una operación minera a gran escala en su patio trasero. En una votación casi unánime, 6165 de los 6296 votantes (aproximadamente el 98 %), los habitantes del municipio colombiano de Cajamarca votaron en contra de una de las mayores minas auríferas planificadas del mundo. Bajo el nombre de La Colosa, la mina a cielo abierto es un proyecto del tercer mayor productor mundial de oro, AngloGold Ashanti.
“Yo no voté por las generaciones futuras. Tengo dos sobrinos de siete y tres años. Aunque no viven en Cajamarca, sé que quiero que disfruten de lo poco que he podido disfrutar hasta ahora, ya que [la minería] perjudica al campo”, dijo Camila Méndez, estudiante de ciencias sociales de 21 años que vive en Cajamarca, pocas horas antes del anuncio de los resultados de la votación. Méndez es miembro de la organización juvenil local Cosajuca. “Si ganamos… demostraríamos al mundo entero que Cajamarca es capaz de derrotar a una enorme empresa multinacional, un monstruo minero como AngloGold Ashanti”.
El voto popular funciona como una medida de protección si los derechos colectivos se consideran en peligro, incluyendo los impactos a largo plazo causados por proyectos de minería y energía. Sin embargo, el resultado del voto popular no significa necesariamente que el proyecto La Colosa esté condenado. Una batalla legal entre la multinacional y el gobierno colombiano todavía está pendiente y AngloGold Ashanti ya ha comunicado públicamente que la compañía tratará de continuar con el proyecto mientras estudia las consecuencias de la votación.
Sin embargo, eso no impidió que los pobladores celebraran. Tan pronto como se anunciaron los resultados, cientos de personas comenzaron a celebrar en el centro del pueblo. Muchos consideran que el voto es una gran victoria para la región y el país, y la culminación de años de trabajo de la sociedad civil, pobladores del área y activistas ambientales.
También es un hito para la soberanía local y una victoria contra un proyecto minero que ahora es oficialmente etiquetado como no deseado por los pobladores de Cajamarca. Se espera que el voto tenga resonancia en otras comunidades que también buscan oponerse a otros megaproyectos de infraestructura.
Si el proyecto minero avanza, muchos pobladores de la zona —como José Joaquín y Luz Dary, pareja de agricultores de verduras— probablemente se verían afectados. Hace poco, Joaquín tuvo que correr a la aldea de Anaime, después de recoger cilantro bajo la lluvia, para transportar la cosecha al mercado de Cajamarca antes de que anocheciera. La región de Cajamarca, una zona agrícola por excelencia, es vista como un importante centro agrícola para el país. Entre las grandes ciudades que alimenta se encuentra Bogotá, la capital de Colombia.
La esposa de Joaquín teme que la minería afecte sus campos. “Ellos tocarán todo”, dijo. “Según la compañía, la minería no tiene nada que ver con la agricultura, pero eso es algo ilógico”.
Un título minero se superpone a las humildes dos hectáreas llenas de cilantro, frijoles y arvejas en las que trabaja Luz Dary.
Ella teme por todo lo que cultivan. “Con la minería no tendremos cosechas”, dijo Dary. “No puedo ofrecer productos contaminados a mis compradores. Esto sería irresponsable por mi parte”.
Riesgos colosales
AngloGold Ashanti es una multinacional minera sudafricana que tiene como objetivo desarrollar su proyecto minero emblemático en Colombia, La Colosa. Si pueden obtener las licencias ambientales necesarias, la empresa planea explotar 33 millones de onzas de oro, ubicadas en la provincia central del Tolima. El proyecto aún está en fase de exploración, pero ya ha generado un debate nacional sobre su futuro impacto.
Cuando Colombia implementó el Código Minero 2001, abrió sus puertas al mundo de la megaminería. La amplia gama de empresas internacionales que mostraron interés por el panorama aún más amplio de los recursos naturales que tiene Colombia en el suelo llevó al país a ser el segundo en la lista de países con más conflictos socioambientales, calculado por el Environmental Justice Atlas.
AngloGold Ashanti fue el ganador absoluto en la bonanza de oro de la década pasada, ya que la compañía y sus subsidiarias obtuvieron la mayor parte de los títulos mineros en 20 de los 32 departamentos de Colombia. Cuando el precio del oro en el mundo aumentaba exponencialmente en el 2007, el previsto depósito de La Colosa fue llamado “el más grande de los últimos diez años” por el presidente de la compañía en ese momento.
La concentración de oro del depósito de La Colosa se estima en 0.82 gramos por tonelada de rocas, lo que indica una gran cantidad de residuos que se producen por gramo de metal extraído. El agotamiento de las estimadas reservas de oro requeriría la detonación de 1257.27 millones de toneladas de roca.
Los impactos más temidos son el uso intensivo del agua, la deforestación y el drenaje ácido de la mina —lo que ocurre cuando las capas ocultas de tierra que contienen sulfuros entran en contacto con el agua y el aire. Si reaccionan juntos, el proceso de acidificación disuelve metales muy nocivos y metaloides, como el arsénico.
Muchos colombianos se han mostrado desconfiados de los proyectos que AngloGold Ashanti ha desarrollado en otras partes del mundo, y miles han protestado por su presencia en Colombia. La corporación tuvo la dudosa distinción de ser calificada con el Public Eye Award en el 2011 por su contaminación de tierras y envenenamiento de personas en Ghana. En la República Democrática del Congo, la empresa fue acusada de financiar grupos paramilitares, y en Sudáfrica un tribunal tomó la decisión histórica de permitir un juicio colectivo para que mineros buscaran reparación por gastos médicos, daños y pérdida de salarios debido a condiciones laborales insalubres.
Más allá de la declaración pública, no se pudo contactar con AngloGold Ashanti para obtener comentarios adicionales sobre la votación en Colombia y su proyecto La Colosa.
Bloqueos
Además de La Colosa, AngloGold Ashanti se ha enfrentado a otras controversias en Colombia. Varias organizaciones locales que se opusieron al proyecto minero dicen que recibieron amenazas de grupos paramilitares como las Águilas Negras. Partes de la mina propuesta se superponen con reservas forestales protegidas, que según Julio Fierro, un geólogo líder colombiano, fueron creadas para “proteger el suelo, el agua y la vida silvestre”.
Por otro lado, hay fallas geológicas. Bajo la zona de desarrollo minero se encuentra una peligrosa falla geológica conocida como la falla de Palestina. La falla cruza bajo la ubicación donde AngloGold Ashanti planea construir su presa de relaves.
Fierro no entiende por qué se correría tal riesgo. “Una zona tan importante como Cajamarca, una empresa que quiere construir una presa de relaves a una altura de 3000 metros (casi 10 000 pies) es una irresponsabilidad que no se puede entender”, dijo Fierro.
Ha habido fracasos con respecto a las fallas geológicas y minas en otras partes de América del Sur. En noviembre del 2015, cuando la presa de relaves de la compañía minera brasileña Samarco se derrumbó, 19 personas murieron mientras un río se contaminaba y muchas personas eran desplazadas de sus medios de subsistencia. Una presa de relaves contiene un lodo tóxico que, cuando se rompe, afecta irreparablemente al medio ambiente. A solo 15 kilómetros (más de nueve millas) de la represa propuesta en Colombia hay otra falla activa, la Ibagué.
Fierro se preocupa de que todo pudiera ser una receta para el desastre.
“El caso de la presa de relaves de AngloGold Ashanti, una acumulación de rocas de más de 250 metros de altura (820 pies), que constituye el cuerpo de la presa en una región sísmica activa es una locura”, dijo Fierro. “Será una de las cinco áreas de minería más grandes del mundo”.
Según el Instituto Alexander von Humboldt, 50 hectáreas del Proyecto La Colosa se superponen con un páramo, al igual que muchos títulos de AngloGold Ashanti.
Renzo Alexander García, biólogo de la Universidad del Tolima en Colombia, dice que esto es ilegal.
“[El proyecto] hará desaparecer las montañas, contaminará los suelos, el agua, el aire y pondrá en riesgo los derechos colectivos de las generaciones presentes y futuras de tener un medio ambiente limpio. También afectará la producción de alimentos de esta región y acabará completamente con la dinámica del ecosistema”, dijo García en una entrevista. Además, destaca que la cuenca del río Coello, debajo del área del proyecto, es de suma importancia, ya que “abastece de agua a unas 800 000 personas en el departamento de Tolima”.
Un camino difícil hacia el voto popular
Organizar una votación popular sobre uno de los casos más emblemáticos del país no ha sido un paso fácil para los involucrados. La votación fue suspendida una vez antes cuando el Consejo de Estado dictaminó que la pregunta planteada era caprichosa y sugerente.
En julio del 2013, la primera votación popular sobre un proyecto minero de gran envergadura en Colombia se llevó a cabo en Piedras, también en el departamento de Tolima. Con una participación mucho mayor que en las elecciones presidenciales, el 99 % del municipio decidió votar “no” a una planta procesadora que AngloGold Ashanti quería construir.
La empresa respondió a los resultados y dijo que seguiría trabajando en el proyecto con la comunidad, según informes de la prensa. Al final, los planes para la planta procesadora cambiaron de ubicación, a Cajamarca.
La votación de marzo del 2017 se enfrentó a otros desafíos. A principios de marzo, Pedro Pablo Marín Cruz, el nuevo alcalde, fue elegido en Cajamarca. Fue Cruz quien decidió reducir las previstas 35 urnas extendidas por todo el municipio a 18. Cajamarca incluye muchas comunidades distantes a lo largo de una zona montañosa.
Los brotes colectivos de felicidad tras los referéndums del 2013 y 2017 en el departamento de Tolima mostraron que todavía existe un fuerte desacuerdo civil sobre los proyectos planificados de AngloGold Ashanti.
“La dignidad no tiene precio, no se venderá una cultura agrícola debido a las presiones del gobierno y de las empresas extranjeras”, dijo la activista Camila Méndez.
Bram Ebus es un periodista freelance radicado en Colombia. Puedes encontrarlo en Twitter en @BramEbus
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 27 de marzo de 2017.