- Un estudio publicado a principios de este mes en la revista Environmental Research Letters de investigadores de la Universidad de Puerto Rico analiza los tipos de tierras que se están convirtiendo en plantaciones de palma aceitera en América Latina.
- Gran parte de la tierra que ha sido convertida fue originalmente despejada por los ganaderos para pastoreo, según el estudio.
- Si el aceite de palma continúa reemplazando los pastos en lugar de los bosques, los autores del estudio sugieren que América Latina podría posicionarse como gran productora regional de aceite de palma sostenible.
El rápido crecimiento de la industria del aceite de palma en el sudeste asiático trajo consigo cantidades masivas de deforestación e impactos asociados en las comunidades locales y la biodiversidad. Por lo tanto, como las operaciones de palma de aceite proliferan a través de los trópicos, no es sorprendente que los impactos de la producción fuera del sudeste asiático sean objeto de creciente escrutinio.
Por ejemplo, un estudio publicado a principios de este mes en la revista Environmental Research Letters de investigadores de la Universidad de Puerto Rico analiza los tipos de tierras que se están convirtiendo en plantaciones de palma aceitera en América Latina. El área de tierra plantada con palma aceitera se ha duplicado en América Latina desde el 2001; sin embargo, el estudio concluye que la mayoría de las plantaciones se establecieron en tierras ya despejadas.
La mayoría de la tierra en la región que se ha convertido en plantaciones de palma aceitera fue originalmente despejada por los ganaderos para pastoreo, según el estudio. Si el aceite de palma continúa reemplazando los pastos en lugar de los bosques, los autores sugieren que América Latina podría posicionarse como gran productora regional de aceite de palma sostenible.
“Después de la destrucción ambiental observada en Asia, la gran pregunta es si América Latina manejará bien el aceite de palma”, dijo en un comunicado Paul R. Furumo, candidato de doctorado en el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Puerto Rico y principal autor del estudio. América Latina es el hogar de la zona boscosa más grande del mundo con condiciones adecuadas para la agricultura de aceite de palma, agregó Furumo.
Si bien la producción de aceite de palma “sostenible” es un tema complejo, ciertamente se puede decir que comienza con un proceso de cambio en el uso de suelo. “Cuando se reducen los bosques, es una pérdida a largo plazo de especies y comunidades; sin embargo, la intensificación de la producción en tierras previamente degradadas puede crear una gran oportunidad para la conservación en este sector”, continuó Furumo.
Investigaciones anteriores han sugerido que la deforestación juega un papel menos pronunciado en la producción latinoamericana de aceite de palma que en los países del sudeste asiático de Indonesia o Malasia, que producen colectivamente alrededor del 80 % del aceite de palma del mundo.
Furumo y su coautor T. Mitchell Aide, del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, fueron los primeros en identificar los tipos específicos de uso de tierra que se han convertido en producción de aceite de palma. Ellos integraron imágenes de satélite MODIS con imágenes de alta resolución de Google Earth para mapear cerca de 540 millones de hectáreas de palma aceitera en 10 países latinoamericanos. Luego, utilizaron Google Earth para mirar hacia atrás en el tiempo y determinar el uso más reciente de la tierra y el tipo de cobertura antes de que el área fuera plantación de palma aceitera.
Entre sus hallazgos encontraron que el 79 % del tiempo la palma de aceite se había plantado en las tierras ya fuertemente afectadas por las actividades humanas, tales como pastizales y cultivos. El otro 21 % del tiempo las plantaciones de palma aceitera reemplazaron lo que fue clasificado como “vegetación leñosa”, que incluye pero no se limita a los bosques.
Por otro lado, los pastos ganaderos representan el 56 % de la expansión de la palma aceitera, mientras que las tierras de cultivo, 18 % y las plantaciones de plátano, 4 %.
Sin embargo, estos hallazgos a nivel regional no siempre son válidos a nivel nacional en todos los casos. El Perú registró la tasa más alta de deforestación para la producción de aceite de palma de todos los países estudiados, con un 76 % de las plantaciones de palma aceitera detectadas en sustitución de los bosques. Este hallazgo está en línea con otros estudios que han demostrado que el aceite de palma es una amenaza emergente para la Amazonía peruana.
Mientras que solo el 24 % de la expansión del aceite de palma en Guatemala fue a expensas de los bosques, el 89 % de esa expansión ocurrió en el departamento de Petén, que contiene la Reserva de la Biosfera Maya. Los autores del estudio dijeron que la debilidad de la gobernanza local y las leyes de tenencia de la tierra tienen la culpa y por eso resaltan la importancia de la supervisión de la industria por los programas internacionales de certificación.
De todos modos, dada la actual dinámica de uso de la tierra alrededor de las plantaciones de palma aceitera en América Latina, la región podría lograr tener una gran producción sostenible de aceite de palma si la futura expansión estuviera guiada por iniciativas de sostenibilidad como es la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO), Furumo y Aide argumentan.
Eso sin duda sería un desarrollo bienvenido por las empresas que se han comprometido a limpiar sus cadenas de suministro y aumentar la certificación de sostenibilidad de aceite de palma. Investigaciones recientes han encontrado que puede no haber suficiente aceite de palma sostenible certificado disponible para que todas esas compañías alcancen sus objetivos.
“La actual tendencia de la palma de aceite que se expande en terrenos previamente despejados, guiados por programas de certificación de mesas redondas, brinda una oportunidad para un desarrollo más sostenible del sector de palma aceitera en América Latina”, escribieron Furumo y Aide en el estudio.