El premio más prestigioso de activismo ambiental ha anunciado sus ganadores para el 2017.
Cada año, el Premio Ambiental Goldman, conocido como el Premio Nobel Verde, celebra a los héroes ambientalistas de Europa, Asia, América del Norte, América Central y del Sur, África y las naciones isleñas.
Los ganadores de este año incluyen a activistas que trabajaron de manera encubierta para exponer corrupción, líderes indígenas que lucharon por los derechos de sus comunidades y se enfrentaron a grandes proyectos de desarrollo destructivo y activistas que se esforzaron por adquirir ambientes seguros para sus comunidades, a menudo con gran riesgo personal.
Los ganadores recibirán el premio hoy en la Ópera de San Francisco, seguido por una ceremonia en el Edificio Ronald Reagan y el Centro de Comercio Internacional en Washington, DC el 26 de abril.
Aquí están los ganadores del Premio Ambiental Goldman 2017.
Uroš Macerl (Eslovenia)
En el 2003, Lafarge Cement, una de las mayores compañías de cemento del mundo, se apoderó de una planta de cemento que lleva más de 130 años operando en Trbovlje, Eslovenia, y comenzó a quemar coque de petróleo —un subproducto rico en carbono del proceso de refinación de petróleo. Uroš Macerl, agricultor orgánico y presidente de un grupo ecologista local que vivía en las afueras de la fábrica de Lafarge, preocupado por que la contaminación de la planta de cemento hiciera que el agua se vuelva inutilizable y el suelo estéril, reunió a los agricultores, residentes y grupos locales de su comunidad para hallar datos sobre la calidad del aire. Macerl encontró que hubo un fuerte aumento de los contaminantes desde que Lafarge comenzó a quemar coque de petróleo.
En el 2009 cuando Lafarge solicitó un permiso ambiental para coincinerar residuos industriales peligrosos con coque de petróleo, Macerl presentó y ganó una demanda que canceló el permiso. Sin embargo, cuando la compañía continuó quemando coque de petróleo y desperdicios, Macerl organizó protestas y condujo las manifestaciones de oposición de la comunidad hasta que ordenaron el cierre de la planta en el 2015.
Prafulla Samantara (India)
En el estado de Odisha en India, un pueblo indígena de 8000 años de antigüedad —Dongri Kondh— habita en las colinas de Niyamgiri, una región boscosa rica en biodiversidad. Para el pueblo las colinas de Niyamgiri son sagradas y ellos se consideran los protectores de sus bosques. Durante muchos años, el pueblo ha estado en desacuerdo con la Odisha State Mining Company (OMC), que en el 2004 firmó un acuerdo con la compañía Vedanta Resources, basada en Reino Unido, para explotar bauxita —un mineral de aluminio— en las colinas.
Prafulla Samantara, activista de justicia social que creció en una familia de agricultores, ha luchado por los derechos de los Dongri Kondh por más de 12 años. Ante el proyecto minero propuesto, Samantara hizo que se tomen en cuenta las opiniones del pueblo indígena, ya que el proyecto se situaba en tierra donde han vivido durante años. Además, presentó una petición ante la Corte Suprema para detener el desarrollo de la mina. En mayo del 2016, la Corte Suprema de India rechazó una petición de la OMC que buscaba revocar los votos del consejo y explotar la bauxita como una empresa individual.
Mark López (Estados Unidos)
En el 2000, la compañía Exide, con sede en Georgia, se hizo cargo de una antigua planta de reciclaje de baterías en Los Ángeles, y aumentó el volumen de baterías procesadas en la planta. Se cree que los niveles de emisión de contaminantes, como el plomo y el arsénico, se dispararon como resultado. Después de una investigación de un gran jurado federal sobre sus operaciones, Exide acordó cerrar la planta; sin embargo, nadie parecía tratar la contaminación más allá del sitio de fundición.
Mark López, nacido en una familia de activistas en Los Ángeles, fue de puerta en puerta para informar a la comunidad sobre los peligros de la contaminación por plomo y reunió a los residentes para presionar al Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California a examinar las casas alrededor de la zona de fundición. Cuando las pruebas mostraron que la mayoría de los hogares estaban contaminados y requerían remediación, López y su equipo persuadieron al estado de California a aprobar $176.6 millones para la prueba y limpieza de los hogares afectados.
Rodrigo Tot (Guatemala)
En el 2006, el gobierno de Guatemala emitió un permiso para reiniciar la mina Fénix, una mina de níquel que operó entre los años 60 y 80. Los indígenas Q’eqchi que vivían alrededor de la mina afirmaron que la empresa los había sacado de su tierra sin su consentimiento.
Para saber si la comunidad tenía derechos legales sobre la tierra, Rodrigo Tot, líder indígena en Agua Caliente, Guatemala, pasó años reuniendo evidencia de la propiedad de la tierra de los Q’eqchi. En base a la evidencia que recogió, el Tribunal Constitucional de Guatemala ordenó al gobierno a emitir títulos de propiedad de tierras a la población de Agua Caliente en el 2011.
La batalla por la propiedad de la tierra está en curso; sin embargo, Tot y la comunidad continúan luchando por los títulos de propiedad de los pueblos indígenas.
Rodrigue Mugaruka Katembo (República Democrática del Congo)
En el 2010, la República Democrática del Congo permitió a SOCO International, una compañía petrolera británica, explorar petróleo en un área que se extiende hasta el Parque Nacional Virunga. Virunga es el parque nacional más antiguo de África y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
SOCO le ofreció dinero a Rodrigue Katembo, guardaparques de 41 años, para que dejara a sus vehículos pasar por el Parque Nacional de Virunga y así establecer una base de exploración de petróleo cerca del río. A raíz de ese evento, Katembo decidió examinar las transacciones de la compañía. Junto con el director del parque, Emmanuel De Merode, Katembo comenzó a documentar evidencia de corrupción por SOCO, sus contratistas y otros. Incluso, usaron cámaras encubiertas para grabar imágenes de SOCO y sus contratistas ofreciendo sobornos y discutiendo actividades ilegales.
Sus imágenes fueron presentadas en el documental Virunga que se popularizó a través de Netflix y generó indignación internacional por la conducta de SOCO en Virunga. La Iglesia de Inglaterra, en el 2016, anunció que desinvertiría su participación de 1.8 millones de dólares en la compañía, y unos meses después SOCO anunció que renunciaría a su licencia de petróleo. Katembo continúa protegiendo Virunga y a su fauna de los cazadores furtivos, milicias e industrias extractivas.
Wendy Bowman (Australia)
Casi dos tercios de Hunter Valley en Nueva Gales del Sur, Australia, son concesiones de carbón las cuales producen 145 millones de toneladas de carbón cada año. Como resultado de la extensa minería, innumerables propietarios de tierra se han mudado. Y para los que se quedaron, el polvo de carbón se ha convertido en una parte de sus vidas, la cual afecta sus hogares, tierras de cultivo, fuentes de agua y salud.
Ahora Wendy Bowman, 83 años y una de las últimas residentes en Camberwell —una pequeña aldea en Hunter Valley rodeada de minas de carbón— logró combatir a una poderosa compañía minera multinacional. Bowman no solo impidió que se apoderen de su granja familiar, sino que también protegió a su comunidad de la contaminación y la degradación ambiental.
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 24 de abril de 2017.
* Traducido por Romina Castagnino