- Las retrógradas políticas climáticas de Donald Trump, incluidos sus nombramientos de escépticos del cambio climático para las agencias y el abandono de los EE.UU. del Plan de Energía Limpia, son perjudiciales para la economía de los EE.UU., la comunidad internacional y la lucha contra el cambio climático, dice este artículo de opinión de dos miembros de la Red de Especialistas en la Conservación de la Naturaleza, la directora ejecutiva de WRI Brasil y un veterano científico climático brasileño.
- Mientras el resto del mundo avanza hacia un futuro sostenible —con el desarrollo de tecnologías energéticas limpias punteras y la reducción de emisiones de combustibles fósiles— el nuevo presidente va hacia atrás al adoptar tecnologías energéticas sucias del siglo XIX.
- En un momento en que el mundo necesita centrar, urgentemente, todos sus esfuerzos en reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, en cambio, la comunidad internacional —incluidos el G7, el G20, los bancos y las agencias multilaterales— deben desviar su atención a los intentos de los EE.UU. por subvertir el Acuerdo de París.
- Para contrarrestar esta falta de liderazgo, naciones como Brasil, India e Indonesia, junto a los líderes de la sociedad civil, deben cubrir el vacío creado por los Estados Unidos para atraer inversiones hacia las economías con bajas emisiones de carbono y eliminar las ineficiencias de los modelos reguladores y de gobierno obsoletos.
Las promesas de campaña retrógradas realizadas por el Presidente de los EE.UU., Donald Trump, en lo que se refiere al cambio climático han empezado a materializarse con el nombramiento de escépticos del calentamiento global para posiciones clave en el gobierno de los EE.UU. La revocación de las regulaciones climáticas, que habrían ayudado a alcanzar los compromisos estadounidenses con el Acuerdo Climático de París, parece destinada a enviar al país de regreso al siglo XIX.
Es un inmenso revés que debilita el papel de los Estados Unidos en el orden mundial.
El decreto de Trump, que desmanteló el Plan de Energía Limpia, fue firmado junto a ejecutivos de corporaciones mineras e incluye sofismas como “vamos a tener carbón limpio, realmente carbón limpio”, y la aseveración de que “va a crear puestos de trabajo”. En realidad, debido a la automatización, la industria estadounidense del carbón produce un 50 por ciento más comparado con los años 40, pero emplea solo una octava parte de trabajadores.
La industria de la energía renovable ha sido mucho más competitiva y es probable que genere millones de puestos de trabajo y mantenga a los EE.UU. competitivos en el mercado global de la tecnología limpia. Un número de empresas estadounidenses están abandonando los combustibles fósiles y reduciendo sus emisiones de gas de efecto invernadero por su propio beneficio económico.
Descuidar el cambio climático hace un flaco favor a los ciudadanos estadounidenses. Las empresas sufrirán grandes impactos debido a los fenómenos meteorológicos extremos y otros riesgos económicos negativos causados por el cambio climático, sin mencionar el impacto en la salud humana asociado a la quema de combustibles fósiles.
El cambio climático ha sido un tema constante por todo el mundo y en reuniones internacionales. Es parte de la agenda en importantes mesas negociadoras, incluidas las conferencias internacionales, el G7, el G20, reuniones bancarias y de agencias multilaterales, así como en foros importantes como el Foro Económico Mundial en Davos.
El G7, que tendrá lugar a finales de mayo, es un momento en que puede ponerse de manifiesto que Trump está desajustado con el mundo. En este contexto, el comportamiento de Trump no solo indica un revés peligroso para alcanzar los objetivos de emisiones planetarios, sino que también pone en peligro el Acuerdo Climático de París.
De hecho, si los Estados Unidos dan un paso atrás como uno de los líderes mundiales en las negociaciones globales sobre el cambio climático, también habrá ramificaciones en las negociaciones por la paz, la seguridad y el comercio, ya que todas van de la mano. Los efectos domino de ser un solitario climático son muchos y profundos.
En un momento en que todos deberíamos estar haciendo grandes progresos hacia la implementación de tecnologías energéticas punteras y limpias para gestionar el calentamiento global, la comunidad internacional está en peligro de perder el tiempo por tener que lidiar con las políticas retrógradas de Trump.
El desmantelamiento de las políticas ambientales a través de decretos ejecutivos no quedará indiscutido. Las empresas, los gobiernos estatales y locales y las ONG amenazan con impugnar las medidas de la administración que violan las leyes vigentes, como la Ley del Aire Limpio.
Para naciones como Brasil, India e Indonesia, el vacío creado por la falta de liderazgo en los EE.UU. podría ofrecer oportunidades para tomar la delantera, atraer inversiones hacia las economías con bajas emisiones y ayudar a resolver las ineficiencias de los modelos reguladores y de gobierno obsoletos que alejan a los inversores. Ante todo, los gobiernos y los líderes de la sociedad civil deben asegurarse de utilizar el espacio vacío creado por la falta de liderazgo, ceguera y políticas absurdas del Presidente de los EE.UU.
Rachel Biderman: directora ejecutiva del Instituto de Investigación Mundial (WRI, por sus siglas en inglés) Brasil.
Carlos Nobre: científico climático, miembro de la Academia Brasileña de las Ciencias, miembro extranjero de la Academia Nacional de las Ciencias en los Estados Unidos, y alto miembro del WRI Brasil. Los dos son miembros de la Red de Especialistas en la Conservación de la Naturaleza.
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