- En 2016, el orangután de Borneo (Pongo pygmaeus) se declaró Especie en peligro crítico de extinción por la UICN. El hábitat del orangután está desapareciendo rápidamente debido a la deforestación provocada por la agricultura industrial, los incendios forestales, la agricultura de corta y quema y la tala.
- Una de las poblaciones más importantes de P. pygmaeus que aún se conserva, con aproximadamente 2000 animales, está en el Parque Nacional Gunnung Palong en Indonesia. Alam Sehat Lestari (o ASRI) se ha asociado con la organización estadounidense no gubernamental Health in Harmony (Salud en Armonía) y está reduciendo con eficacia la tala ilegal en el parque a través de la asistencia médica única que ofrecen.
- Cuando les preguntaron a las comunidades qué se precisaba para que detengan la tala del bosque en estado de conservación, la gente respondió: asistencia médica económica y agricultura ecológica. Los elevados gastos médicos forzaban a la gente a recurrir a la tala para pagar las cuentas, mientras que las prácticas agrícolas insostenibles agotaban el suelo, por lo que se necesitaba la utilización de fertilizantes costosos.
- Dos organizaciones no gubernamentales inauguraron una clínica médica accesible y luego un hospital que ofrece servicio médico con descuento para las comunidades que detengan la tala. Los guardianes del bosque, reclutados en cada pueblo, alientan a la gente para frenar la deforestación. También controlan la actividad ilegal y la reforestación al mismo tiempo que ofrecen formación en métodos para la agricultura ecológica. ¡Y funciona!
“Soy dentista especializada”, dice Monica Nirmala, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Alam Sehat Lestari. El nombre se traduce como “Eterna Naturaleza Saludable”, la organización conocida por la sigla ASRI, es una pionera destacada en la conservación comunitaria centrada en proteger el hábitat forestal de los orangutanes de Borneo.
Sin embargo, ¿una dentista? La experiencia de Nirmala no es tan incongruente como puede parecer en un principio: ASRI y la organización radicada en Estados Unidos asociada Health in Harmony dieron un hábil e intuitivo salto y están conectando con éxito la salud humana con la conservación del bosque tropical o, como dicen, “están salvando el bosque tropical con un estetoscopio”.
Su labor se necesita con urgencia: el año pasado, el orangután de Borneo (Pongo pygmaeus) se unió al orangután de Sumatra (Pongo abelii) en la declaración de especie en peligro crítico de extinción por la UICN. El hábitat del orangután está desapareciendo rápidamente debido a la deforestación generalizada motivo de la expansión de la agricultura industrial, especialmente la producción de aceite de palma. A esta amenaza se suman los riesgos de incendios forestales en Borneo, la agricultura de corta y quema y la tala, por lo que es fácil ver por qué el P. pygmaeus se encuentra al borde de la extinción.
La clasificación revisada de la UICN se basó en estudios que mostraban la pérdida de 98 730 kilómetros cuadrados (38 120 millas cuadradas) del hábitat entre 1973 y 2010, con una predicción de mayores pérdidas de unos 57 140 kilómetros cuadrados (22 062 millas cuadradas) para el 2025, que es el total de una superficie terrestre mayor al estado de Georgia, Estados Unidos.
Lo que es peor, más de la mitad del hábitat de los orangutanes restantes ha sido destruido por la tala, con miles de animales cazados cada año, principalmente por la carne. Si no se hace nada al respecto, la población disminuirá a más del 80 por ciento entre 1950 y 2025, un período que representa solo tres generaciones, según cálculos de la UICN.
Esperanza para lo humano y lo salvaje
Una de las poblaciones más importantes restantes, con aproximadamente 2000 animales, está en el Parque Nacional Gunung Palung en Indonesia, al sur del ecuador en la provincia de Borneo Occidental.
Aunque la reserva está formalmente protegida bajo ley federal, la aplicación de la ley está en gran parte ausente, de manera que el parque de 900 kilómetros cuadrados (347 millas cuadradas) sufre una invasión por parte de los leñadores y la agricultura local. Es aquí donde ASRI y Health in Harmony se unen para asegurar un futuro más próspero para los grandes simios de Borneo.
La fundadora de Health in Harmony, Kinari Webb, atribuye como catalizador de su trabajo el año universitario que pasó estudiando a los orangutanes de Indonesia en una estación remota del bosque tropical. Fue en esta época, en 1993, expresa, cuando fue consciente de que “la salud humana y ambiental están inextricablemente entrelazadas”.
Webb decidió estudiar medicina para regresar a Indonesia para “crear una combinación de asistencia médica y un programa de conservación. Aunque no sabía en ese momento exactamente como sería [ese programa], lo que sí sabía era que las comunidades locales sabrían mejor que yo cuáles eran las soluciones para proteger el bosque”.
Las siguientes experiencias trabajando como médica en Aceh luego del tsunami de 2004 “me confirmaron cuán fundamental era escuchar a las comunidades [en las que estaba trabajando] y preguntarles cuáles consideran que son las mejores soluciones”, dice Webb.
Cuando Health in Harmony le preguntó a las comunidades que rodean Gunung Palung qué los lleva a talar el bosque en estado de conservación y qué se necesitaría para que dejaran de hacerlo, las respuestas fueron sorprendentes pero convincentes: asistencia médica económica y agricultura ecológica. Los gastos médicos sumamente elevados forzaban a la gente a recurrir a la tala para costear las facturas médicas. Lo que empeora el problema son: las prácticas agrícolas actuales que agotan el suelo, la necesidad de la utilización de fertilizantes costosos, que conllevan a la agricultura de corta y quema en los alrededores del parque.
Este acercamiento de “escucha radical”, primero aplicado por Health in Harmony en su participación anterior en Borneo, es actualmente una estrategia fundamental para el trabajo de la organización no gubernamental. “Lo increíble es que hemos descubierto una coherencia impresionante en las soluciones a las que llegan las comunidades en un ecosistema determinado. Y lo hacen independientemente”, informa Webb. “Y lo que descubrimos es que, cuando realmente hacemos lo que sugieren, ¡funciona! La tala ha disminuido extremadamente en Gunung Palung y los habitantes se han enriquecido y mejorado su salud”.
Árboles para los tratamientos
Una vez que detectó la raíz del problema de la deforestación, Health in Harmony se dispuso a encontrar la solución. En 2007 la organización no gubernamental fundó una clínica médica en la ciudad de Sukadana al oeste del parque nacional. ASRI se creó para administrar el proyecto localmente encabezado por Monica Nirmala.
Hoy en día, la clínica no solo provee asistencia médica de alta calidad que es accesible para todos, también recompensa a las comunidades que reducen la tala o detienen la práctica completamente, con mayores reducciones de los costos de tratamientos. Los guardianes del bosque, reclutados en cada población, alientan a otros en sus comunidades a reducir la tala. También controlan la actividad ilegal, los esfuerzos de reforestación y ofrecen formación en técnicas de agricultura ecológica.
“Los guardianes del bosque están muy orgullosos de su labor y muchos elaboran formas muy creativas de ayudar a la gente a detener las prácticas que son destructivas para el bosque”, expresa Webb. “Lo que se debe comprender es que estos guardianes vienen de cada una de las estas poblaciones y conocen a los leñadores de toda la vida”. De hecho, muchos guardianes son antiguos leñadores.
Esta iniciativa liderada localmente está dando sus frutos, para el bosque y para los pacientes que visitan la clínica.
“Las comunidades que no practican la tala durante un período determinado de 3 meses [tendrán] un 70 por ciento de descuento en sus facturas [médicas]”, manifiesta Webb. “Los pueblos que bordean el parque y aún practican la tala, reciben un 30 por ciento de descuento, solo por acceder a intentar disminuir la actividad. Las poblaciones que han reducido radicalmente esta práctica obtienen un 50 por ciento de descuento [en asistencia médica]”.
Es más, los pacientes pueden permutar por un tratamiento con plantones de semillas de árboles, semillas y abono que actúen como parte de la paga admitida. Estos pagos se utilizan a su vez para fundar otro proyecto de ASRI: la reforestación de los corredores ecológicos de los orangutanes en estado crítico.
“La opción preferida de pago sin efectivo es con las plantas de semillero”, expresa Nirmala. “Los pacientes también pueden [crear] una “cuenta de ahorros” en la clínica de ASRI depositando sus plantas de semillero para futuras necesidades asistenciales”. Esta opción de no tener que pagar en efectivo condujo a Nirmala hacia ASRI, porque “se adaptaba a mi deseo de brindar un acceso a la asistencia médica para la comunidad con carencias en la Indonesia rural”.
Beneficios para todos
Los impactos positivos en la conservación son claros: el número de familias que tala en el parque ha disminuido aproximadamente diez veces, de 1350 cuando el proyecto comenzó en 2007 a solo 180 en la actualidad.
La reforestación de los corredores en deterioro que se conectan con la áreas principales del hábitat de los orangutanes ya está dando buenos resultados. Las cámaras trampa confirman que los simios aprovechan este nuevo y restablecido hábitat. Y no son los únicos: una variedad de otras especies fueron captadas por la cámara utilizando el corredor ecológico, incluidos el jabalí barbudo (Sus barbatus), el oso malayo (Helarctos malayanus) y el tarsero oriental (Tarsius bancanus), un pequeño primate nocturno
“Pudimos hacer uso del capital social adquirido a través de los servicios de salud y la confianza que ganamos salvando las vidas de las personas para educar, explorar y a veces alterar las percepciones y comportamientos locales para la conservación del bosque”, explica Bethany Kois, directora de investigación de Health in Harmony. “De hecho, redujimos la necesidad del cumplimiento formal de la prohibición de la tala y la caza furtiva dentro del Parque Nacional Gunung Palung, proveyendo un incentivo personalizado y voluntario en conformidad con la prohibición”. Este método novedoso, señala Kois, ha tenido éxito en un país con una de las más altas tasas de deforestación del mundo.
Al mismo tiempo, más de 100 000 personas de la región reciben beneficios de salud mensurables: “Las muertes de los niños por cada 100 hogares disminuyó del 3.4 al 1.1 en los primeros cinco años de trabajo”, dice Webb. Los pacientes que acuden a la clínica de ASRI también “tienen más posibilidades de inmunizar a sus hijos, utilizar métodos anticonceptivos y hay menos probabilidades que defequen en el río”, expresa Kois.
Otra iniciativa es el programa Kids ASRI, cuyo fin es concientizar y mejorar los conocimientos básicos sobre el bosque y la salud humana en las nuevas generaciones. “Los resultados previos y posteriores a los exámenes son increíbles para estas clases”, expresa Webb; todos los niños aprenden por primera vez que los orangutanes solo existen en Borneo y Sumatra, por ejemplo. Es probable que el conocimiento incremente el orgullo en el país y el cuidado del medioambiente.
El programa también expande el horizonte de los niños. “Lo más significativo que noté de los niños que comenzaron en estas clases cinco años atrás es que ahora tienen una mejor idea de lo que quieran hacer con sus vidas, [lo que aspiran ser]: arquitectos, biólogos marinos, doctores, enfermeros o guías de campo”.
Un trabajo significativo
Webb menciona que el haber transferido el liderazgo de ASRI al 99 por ciento del equipo de Indonesia —casi todas mujeres— es uno de los tantos éxitos del programa. Tan fuerte fue el atractivo de su labor que pudieron atraer empleados desde Borneo y más allá, al igual que localmente.
Uno de los empleados es Fransciscus Xaverius, conocido como Pak Frans, coordinador de reforestación de ASRI. Pak Frans trabajó previamente en proyectos de conservación en Borneo Central, pero le atrajo el enfoque combinado de ASRI en asistencia médica económica y conservación, al igual que los desafíos técnicos presentados por la reforestación de varios tipos de terrenos degradados adyacentes al parque nacional.
“Disfruto del proceso de planificación, implementación y evaluación con respecto a la actividad de reforestación, al igual que la cooperación con varios interesados”, dice Pak Frans. “Me siento satisfecho cuando las semillas que plantamos crecen bien”, transformamos la tierra quemada y talada previamente en un bosque y ofrecemos beneficios a la comunidad circundante.
Pak Frans nunca ha visto a un orangután en terrenos de reforestación, pero ha presenciado algo que puede ser más sugerente: “Vi un nido de orangután en el área de reforestación, lo que indica que los orangutanes han estado en el sitio e hicieron su nido para quedarse durante la noche”, en lugar de estar solo de paso.
Muhammad Yusuf, conocido como Jili, es un exleñador de Sukadana que ahora es facilitador de agricultura ecológica en ASRI. “La tala es un trabajo muy arriesgado”, explicaba cuando le preguntamos por qué cambió la tala por la conservación. “Además, como ser humano, mi conciencia se cuestionaba si hacía lo correcto o no [cuando talaba]”. Ahora que enseña agricultura ecológica, Jili menciona que la participación de su comunidad —que reduce la tala al mismo tiempo que hace más productiva la agricultura— es la razón por la cual nunca “se enfrentó al rechazo de esta… El programa es muy simple, prometedor y sostenible”.
Para el coordinador y guardián del bosque nacido en Sukadana, Hendriadi, conocido como Hen, trabajar para enriquecer la vida en la comunidad es lo más importante. Él valora los proyectos basados en la comunidad por la posibilidad de compartir el conocimiento y la experiencia. “Especialmente cuando los guardianes del bosque y yo [visitamos] casa por casa, había nuevas cosas por aprender. Escuchamos historias y notamos la comprensión sobre la importancia de la conservación y la experiencia de vida de la comunidad misma”.
Crecimiento
Webb observa la réplica y la expansión del éxito de ASRI como una prioridad. Un hospital y centro de formación recientemente construido, que abrió a fines del año pasado, posibilita que ASRI provea un cuidado más extensivo, incluso un mejor tratamiento quirúrgico y de emergencia.
Nirmala, la directora de ASRI, dice que le gustaría ver al programa compartir su “modelo, método y valores a la mayor cantidad de gente [posible] que esté interesada en realizar un trabajo similar. La idea es ver situaciones prósperas donde todos salgan beneficiados entre las comunidades y el medioambiente, especialmente en áreas pobres y medioambientalmente amenazadas”.
Webb imagina un modelo de distribución y enlace como una vía productiva de exploración: “Por ejemplo, estamos considerando un radio en el Parque Nacional Bukit Baka Buit Raya en el límite entre Borneo Occidental y Borneo Central. La población allí no es lo suficientemente amplia para una clínica (solo tiene unos pocos miles de habitantes), pero estas personas a menudo practican la tala para pagar la asistencia médica (tanto el costo de transporte como las tarifas). Nuestra idea es poder brindar clínicas móviles desde ASRI a esta ubiación y de este modo reducir el estrés para el parque nacional y la importante población de orangutanes que vive allí”.
“Hasta ahora, hemos identificado un puñado de bosques protegidos y en conservación de Indonesia que tienen una biodiversidad en estado crítico, donde la salud humana y medioambiental son deficientes y se relacionan con la pobreza”, expresa Kois. “Estamos trabajando para entender si, o a hasta qué punto, los costos por los servicios medioambientales —como los incentivos asistenciales, las patrullas policiales de áreas protegidas, las oportunidades de ecoturismo y la agricultura sostenible— podrían actuar como un sistema de estímulo eficiente en estas localidades”.
Aprender de los tantos logros de ASRI será una estrategia primordial para determinar futuras actividades, dice Kois. En 2016, “reconocimos que, mientras que sabíamos que nuestros proyectos servían para generar un cambio positivo, no entendíamos verdaderamente cómo estaban funcionando. Debido a que el objetivo es ampliar nuestro modelo en otras localidades dentro de Indonesia en los próximos cinco años, es imperativo que aprendamos la ‘manera’ en que lo hacemos”. Con este fin, Health in Harmony se ha embarcado en una evaluación de los mecanismos detrás de los impactos positivos de ASRI.
Promesa de un mañana
“Los habitantes verdaderamente parecen tener esperanza y eso es algo maravilloso”, concluye Webb. “Ahora notan que la vida puede mejorar. Hace poco estuve hablando con un granjero que me dijo que el 80 por ciento de los granjeros en su pueblo se cambiaron al método ecológico”.
“Al principio pensé que no podía ser verdad, pero cuanto más hablaba, [más] me daba cuenta de que probablemente lo era. Decía que ganaban mucho más dinero también” y atribuyó el mérito a la formación de ASRI por el cambio de comportamiento y por un suelo más saludable del que la comunidad ahora se beneficia.
Cuando se trata de los orangutanes, Webb es igual de optimista en perspectiva: “No hay dudas de que la protección del hábitat es la clave absoluta. Con tanta pérdida de los bosques, los parques nacionales (que son seriamente amenazados) tienen un estado aún más crítico. Lo esencial es que las soluciones que nos benefician a todos son totalmente posibles, solo tenemos que escuchar lo que las comunidades [consideran] soluciones para detener la tala”.
Agradecemos a Syufra Malina, la secretaria ejecutiva de ASRI, las traducciones de las entrevistas con Pak Frans, Jili y Hen.
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