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“El momento de la verdad para la biodiversidad”: La agricultura y la caza empujan a miles de especies hacia la extinción

  • El 80 % de los animales en peligro están perdiendo terreno —literalmente, en forma de pérdida del hábitat— debido a la agricultura.
  • Hasta el 50 % de aves y mamíferos en peligro enfrentan la extinción a manos de los cazadores.
  • En un estudio publicado en la revista Nature, un grupo de científicos explora soluciones para evitar destruir los hábitats de estos animales, como aumentar las producciones en los países en desarrollo y minimizar el uso de fertilizantes.

A menos que resolvamos cómo alimentamos a la creciente población humana, miles de aves y mamíferos afrontarán el espectro de la extinción en las próximas décadas, de acuerdo con un nuevo estudio publicado el primero de junio en la revista Nature.

“Con tanta gente sobre la Tierra hoy, y el aumento de las cifras en otros tres o cuatro mil millones antes de que finalmente nos estabilicemos en nuestra capacidad poblacional, el impacto sobre las extinciones es realmente grande”, dijo el principal autor David Tilman.

La caza para conseguir carne y también la de las partes del cuerpo tales como los cuernos del rinoceronte, empuja a un 40-50 % de las especies en peligro aún más a la extinción. Foto por: Rhett A. Butler.

Tilman, ecologista de la Universidad de Minnesota, y sus colegas observaron los datos sobre las aves y mamíferos amenazados del mundo, los cuales definieron como animales Vulnerables, En Peligro o En Peligro Crítico en la Lista Roja de Especies en Peligro de la UICN. También identificaron dónde se daban estos animales, concentrándose principalmente en los biodiversos trópicos del sureste de Asia, del África subsahariana y de América del Sur. Estas regiones también están experimentando —o están a punto de experimentar— grandes repuntes en las poblaciones humanas y la riqueza.

El equipo encontró que el 80 % de estos animales debían el estado de amenaza a la pérdida de su hábitat a causa de la agricultura. Y la matanza de los animales ha puesto en duda la supervivencia del 40 al 50 % de estas especies. Generalmente, se caza por la carne, pero el comercio con las partes del cuerpo, como el cuerno del rinoceronte o el marfil de los elefantes, causa un daño sustancial.

No obstante, la idea del trabajo no era solo identificar estas tendencias, que, según Tilman, no son tan sorprendentes.

“No soy el único ecologista que advierte que estamos en medio de una extinción masiva”, dijo en una entrevista. Estudio tras estudio ha mostrado que estamos en medio de una sexta gran extinción. “Mi objetivo al comenzar a realizar estos análisis era tratar de encontrar caminos hacia algún tipo de solución”.

Sin un esfuerzo conjunto para dejar de despejar los bosques y otros hábitats de la fauna para satisfacer nuestras necesidades nutricionales, la tendencia hacia la extinción continuará, dijo, especialmente con un aumento de 3.2 mil millones de habitantes en la población de la Tierra para el 2060.

“Las personas saldrán victoriosas por encima de cualquier otro organismo”, dijo Tilman. “Es difícil para las grandes especies vivir en torno al ser humano porque los humanos ocupan gran parte del hábitat y lo destruyen en pedacitos”.

El Órix de Arabia (Oryx leucoryx) fue una vez erradicado de su hábitat natural, pero los esfuerzos para su conservación restablecieron poblaciones silvestres, y el animal hoy está solamente registrado como mayúscula por la UICN. Foto por: Charlesjsharp (Trabajo propio, desde Sharp Photography, sharpphotography) [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons

Sin embargo, modificar la manera en que producimos alimentos en masa para esas bocas extras, podría ser extremadamente beneficioso para la biodiversidad, sobre todo en el desarrollo de economías donde las producciones están muy por debajo de lo que podrían estar, argumentaron los investigadores en el artículo.

“Un dólar invertido en aumentar la producción en un típico país africano proporciona de $3 hasta $4 de más alimento”, comentaba Tilman.

De manera similar, las alteraciones de los hábitats, tal como la contaminación del agua, podrían evitarse en los países desarrollados como los Estados Unidos si pudiéramos cronometrar mejor las aplicaciones de algunos elementos, como el fertilizante. Si los agricultores disminuyesen el uso a un 25 %, acabarían produciendo más o menos la misma cantidad de alimentos, escriben los autores.

Ellos defienden la inclusión de estos asuntos en la conservación como forma de detener la necesidad de destruir hábitats, antes de que precipite el declive pronunciado de las poblaciones de animales salvajes, como se ha visto recientemente. Y Tilman dice que cambiar esa tendencia requeriría de un cambio en cómo lidiamos con las especies en peligro de extinción.

Actualmente, dijo, “Consideramos que nuestras acciones no tienen consecuencias hasta que finalmente empujamos a una especie al borde de la extinción, que luego se incluye en la lista de especies amenazadas, en ese entonces es cuando comenzamos a prestarle atención”, dijo.

El cóndor californiano (Gymnogyps californianus) ha recuperado un punto de apoyo en el hábitat natural, gracias a los esfuerzos Hercúleos de conservacionistas y científicos, pero los autores de un nuevo estudio en Nature argumentan que no tenemos los recursos para hacer lo mismo con miles de otras especies en peligro. Foto por: Stacy desde San Diego [CC BY 2.0], vía Wikimedia Commons

Los científicos han conseguido salvar animales de la extinción, tal como el cóndor californiano (Gymnogyps californianus), En Peligro Crítico, y han reintroducido con éxito al Órix de Arabia (Oryx leucoryx) el cual actualmente está listado como Vulnerable por la UICN, a su hábitat natural. Sin embargo, Tilman no ve esos tipos de aproximaciones como sustentables para todas las especies amenazadas del mundo.

“Todas [las especies] que hemos salvado han sido un logro maravilloso, pero ha costado muchísimo lograrlo”, dijo Tilman. “No tenemos el dinero para cuidar… decenas de miles de especies en todo el mundo”.

Los recursos limitados combinados con el nivel al que está aumentando el número de personas causan la necesidad de soluciones especialmente urgentes, agregó.

“Este es el último gran estallido de crecimiento e influencia del hombre sobre la Tierra, y lo que hagamos ahora definirá para siempre el tipo de mundo que tenemos”, dijo Tilman. “Es el momento de la verdad para la biodiversidad”.

CITAS

Imagen de cabecera: elefante africano en Tanzania. Fotografía de John C. Cannon.

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