Noticias ambientales

Las EIA de proyectos de infraestructura del Amazonas infravaloran la biodiversidad; científicos ofrecen soluciones

  • En un artículo nuevo, los científicos afirman que las evaluaciones de impacto ambiental (EIA) para los proyectos de infraestructura en la Amazonía brasileña con frecuencia fallan en la realización de evaluaciones exhaustivas de la biodiversidad y, por tanto, subestiman los riesgos para el ecosistema.
  • La solución que proponen es el desarrollo y uso dentro de las EIA de métodos múltiples, complementarios y científicos los cuales, dicen, serían rentables y harían posibles evaluaciones de biodiversidad más exhaustivas.
  • Estos métodos incluyen las imágenes satelitales, la espectroscopia de reflectancia en el infrarrojo cercano, y el metabarcoding de ADN (caracterización genética) para la detección de un rango más amplio de especies. Los científicos proponen que estos métodos sean implementados para mejorar los estudios de biodiversidad y las evaluaciones de impacto ambiental previas a las construcciones.
  • Una preocupación importante de los investigadores es que el congreso brasileño se encuentra considerando una legislación que acabaría con los procesos de licenciamiento ambiental existentes y que reduciría o eliminaría los requerimientos actuales de las EIA.
Mirando hacia el dosel de la selva del Amazonas. Hay numerosos y grandes proyectos de infraestructura en construcción o planeándose en la cuenca del Amazonas. Un nuevo estudio que examina el proceso de las evaluaciones de impacto ambiental (EIA) para tres de los más grandes de tales proyectos, encontraron que sus EIA, como fueron llevadas a cabo, son inadecuadas para la valoración de los impactos en la biodiversidad. Foto por Rhett. A. Butler / Mongabay

En años recientes, muchas docenas de proyectos de infraestructura —incluyendo carreteras, presas y minas— han obtenido luz verde en la Amazonía brasileña, y cientos más ya están cocinándose, pero, ¿qué tan bien han salido sus Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA)? ¿Son precisas sus proyecciones del daño y gestionan el riesgo lo suficiente?

Muchos proyectos, como el del complejo de presas del Tapajós, han llegado a los titulares debido al impacto social y ecológico que proyectan, el cual incluye deforestación, daño a especies acuáticas y terrestres, trastorno de los ciclos de inundación y de nutrición, incremento de emisiones de carbono, inundación de tierras sagradas y reasignaciones de comunidades ribereñas.

Como resguardo contra estas amenazas, es requisito que todos los grandes desarrollos en la Amazonía brasileña lleven a cabo una evaluación de impacto ambiental (EIA) como parte del proceso de licitación de los proyectos. Pero un artículo reciente que examina tres grandes proyectos de infraestructura en la región ha encontrado cuán inefectivos pueden ser los procesos existentes de las EIA.

Como resultado, los científicos detrás del estudio hacen un llamado a que se incorpore nueva tecnología dentro de las EIA brasileñas, de modo que se midan la biodiversidad y la calidad del hábitat con mayor precisión antes de la realización de las obras, para permitir así que se conduzca un análisis completo del costo y beneficio de los proyectos.

La carretera BR-319, que conecta las ciudades de Manaus y Porto Velho, fue uno de los tres grandes proyectos examinados por los científicos. La repavimentación de la carretera abriría a la deforestación áreas biológicamente importantes de bosque remoto, dicen, algo que no fue tomado en cuenta adecuadamente en la EIA del proyecto. Foto de la Agencia CNT de Noticias, bajo la licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica

EIA inadecuadas

El equipo de investigación, conducido por Camila Ritter, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, examinó una carretera ya existente, una presa hidroeléctrica y una mina:

Pavimentación de la BR-319: Esta carretera de la selva amazónica conecta las ciudades de Manaus y Porto Velho. Construida en los setenta, cayó en el deterioro para finales de los ochenta. Se rechazó una EIA para pavimentar una gran sección central en el 2008, pero se aprobó un trabajo de mantenimiento —el cual en efecto permite la reconstrucción de la BR-319, excepto por la pavimentación— en el 2016. Aunque en este caso la EIA contribuyó a que la licencia del proyecto fuera rechazada formalmente (por ahora), los científicos argumentan que la evaluación se quedó corta en el análisis preciso de las consecuencias ambientales de la pavimentación. La BR-319 probablemente causaría un daño vasto a la región altamente biodiversa que está entre los ríos Madeira y Purus, los cuales son ricos en especies endémicas. Las autopistas en el Amazonas, señalan los investigadores, son operadores clave en la deforestación, pues los otrora bosques remotos, ahora accesibles a orillas de los caminos, son un objetivo prioritario de la explotación.

Construcción de la presa Belo Monte: Cuando sea completamente funcional, la presa Belo Monte, en el río Xingú, será la tercera más grande en el mundo, con una capacidad de generación de 11 mil megavatios. Perseguido por la controversia y por las suspensiones de licencia, el embalse fue llenado en diciembre del 2015. Los científicos argumentan que su EIA pasó por alto los efectos sinérgicos del proyecto en combinación con otras presas hidroeléctricas dentro de la cuenca. La EIA, dicen, fracasó en evaluar completamente el disturbio de los ciclos naturales de inundación, las emisiones de carbono causadas por el embalse; y también subestimó el impulso que dio la presa al incremento de la población humana local, el cual causó impacto en el bosque circundante y la fauna. La EIA de Belo Monte “es descriptiva más que predictiva, y se queda corta en la propuesta de acciones de mitigación”, dicen los investigadores.

La mina de bauxita de Juruti: En el caso de la mina de bauxita de Juruti, un complejo industrial que incluye una mina, un puerto y una línea de ferrocarril en la ribera del río Amazonas, en el estado de Pará, los científicos se encontraron con que el muestreo biológico en la EIA no fue adecuado. No solo la biodiversidad fue subestimada significativamente, sino que también existe la probabilidad de que raras especies endémicas se hubieran inadvertido por completo. Esto queda al principio de la lista de los “cambios ambientales significativos y de larga duración” que el desarrollo probablemente lleve a la región.

Lo que estos tres proyectos tienen en común, dicen los científicos, es el fracaso de uno de los componentes principales de una buena EIA: evaluar la biodiversidad adecuadamente. “El aspecto más importante en la discusión de las EIA de la Amazonía brasileña es la necesidad que tenemos de obtener mejores estimaciones de la diversidad biológica, lo cual se traduce en mejores predicciones de los impactos biológicos y ecológicos de estos grandes proyectos de infraestructura”, dice Rytter.

La presa Belo Monte en construcción, en el 2015. Las grandes presas obstruyen el flujo de sedimentos y nutrientes de las cabezas de los ríos hacia las llanuras aluviales de las tierras bajas, interrumpen los ciclos de inundación naturales, impiden el desplazamiento y migración de los animales a lo largo de los canales del río, y conducen a la deforestación. Foto por Pascalg622, usada bajo una licencia Creative Commons Atribución 3.0 Genérica

La solución satelital

El equipo recomienda que los planificadores miren hacia el cielo y la tierra para obtener una imagen más completa de la biodiversidad existente, de tal modo que las EIA sean capaces de evaluar con mayor precisión el daño que los desarrollos planeados pudieran causar.

La solución que proponen es el desarrollo y uso de métodos científicos múltiples y complementarios los cuales, dicen, serían rentables y harían que fuesen posibles evaluaciones de biodiversidad más exhaustivas.

Esto incluiría técnicas como la teledetección, donde las imágenes satelitales son usadas para analizar el alcance y la calidad del hábitat, volviendo así posible “monitorear áreas grandes de una manera consistente”. Un método de teledetección llamado espectroscopia de reflectancia en el infrarrojo cercano, ofrece un “potencial enorme, pero en gran medida no llevado a cabo”, para identificar especies individuales de árboles por sus firmas espectrales —la manera en la que reflejan la luz.

Nathalie Pettorelli, quien lidera el equipo de Monitoreo Ambiental y Modelación de Conservación en la Sociedad Zoológica de Londres, en el Reino Unido, cree que “la teledetección satelital provee una oportunidad fantástica para refinar los procesos de las EIA”.

“De manera importante, esta información podría ser usada para aprender sobre los impactos probables de varios desarrollos antropogénicos, al monitorear cambios ambientales en el ambiente en lugares en los que esos desarrollos ya han ocurrido. Ello podría ayudar a mejorar las habilidades predictivas de EIA ulteriores; y esto podría ser particularmente cierto en áreas en las que esta información tiene que ser combinada con datos confiables en tierra”, agrega Pettorelli, quien no estuvo involucrada en el estudio.

Mina de bauxita en Brasil. De no ser gestionada propiamente, la minería a cielo abierto puede contaminar el manto freático, los arroyos y ríos; y sin importar cómo se gestione, resulta en deforestación. Foto de Norsk Hydro ASA, encontrada en flickr

Análisis de ADN

En tierra, podría ser el mismo suelo el que guardase la clave: el tercer método destacado por el equipo de Ritter para mejorar la precisión de una EIA es el metabarcoding de ADN —la secuencia del ADN encontrada en el suelo para identificar especies y construir una imagen de la biodiversidad en un área local—. Este método no solo tiene el potencial para la identificación de plantas, animales y microorganismos dentro un hábitat particular sin la necesidad de especímenes individuales, sino que también se presta al análisis repetible y comparable de las regiones y los impactos [en ellas].

Douglas Yu, de la Universidad de East Anglia, Reino Unido, dirige investigaciones en métodos de metabarcoding y es cofundador de NatureMetrics, una compañía del Reino Unido que provee servicios de metabarcoding a administradores de tierras. Coincide en que el uso de métodos múltiples es la forma de seguir adelante: “Creo que la combinación de estas fuentes independientes de datos podría dar un verdadero impulso a la capacidad informativa. Earth Observation provee una cobertura continua del medio ambiente, y el metabarcoding (y otra información genética) podría ayudar a interpretar estas imágenes remotas”.

Obstáculos políticos y científicos

Pero todavía quedan barreras antes de que estos métodos se vuelvan comunes. “Los datos satelitales más útiles para el monitoreo de la biodiversidad en Brasil, no están sistemáticamente disponibles por el momento”, explica Pettorelli. No obstante, los retos más importantes “están ligados a la capacidad, específicamente a la capacidad de analizar de un modo significativo los datos satelitales disponibles”, dice.

Un aullador colorado. De acuerdo al estudio, las EIA examinadas de los tres proyectos fracasaron en lograr una valoración completa de la biodiversidad. Los científicos indican que los avances tecnológicos ofrecen maneras rentables de mejorar las evaluaciones de la biodiversidad en los procesos de las EIA, incluyendo las imágenes satelitales y el metabarcoding de ADN de muestras de suelo. Foto por Rhett A. Butler / Mongabay

Para el metabarcoding, “el obstáculo principal sería construir una buena base de datos de referencia de secuencias de ADN de todos los organismos —o de tantos como sea posible— en Brasil y en el Amazonas”, dice Ritter. Mientras tanto, una aproximación simplificada podría emplear información de metabarcoding para medir y comparar la diversidad sin conocer la especie exacta, explica.

Existe una urgencia añadida a este debate: el marco legislativo que define las EIA en Brasil está bajo el ataque de la propuesta de enmiendas legales que “esencialmente, abolirían el licenciamiento ambiental, haciendo que la mera presentación de una declaración de impacto ambiental sea una aprobación automática para sacar adelante la construcción del proyecto en cuestión”, dice Philip Fearnside, del Instituto Nacional para la Investigación en la Amazonía y coautor del nuevo estudio.

Una vez que las enmiendas propuestas que evisceran el proceso de licenciamiento ambiental vayan a votación al congreso de Brasil —algo que Fearnside dice que es probable que suceda en cualquier momento— “es difícil detener su aprobación, debido al control ruralista”, explica refiriéndose a la bancada ruralista, el grupo de presión de la agroindustria y la minería que actualmente empuña un poder tremendo en la administración y legislación del presidente Michel Temer.

“La batalla se concentra en evitar que las regulaciones que tenemos sean abolidas”, agrega.

Pero Fearnside todavía ve la adopción de métodos innovadores de recolección de datos para las EIA como una posibilidad real. “Las mejoras técnicas como estas son incorporadas mucho más fácilmente que los cambios que requieren legislación”, dice, y apunta que se han hecho modificaciones similares en la metodología de las EIA en numerosas ocasiones a lo largo de los pasados 30 años.

Ritter también se muestra optimista respecto a la habilidad de Brasil para realizar estas mejoras necesarias.

“Creo que es de hecho posible combinar el progreso social y los grandes proyectos de infraestructura con una biodiversidad constante. El dinero está disponible, así como la pericia científica y el progreso metodológico”, concluye Ritter. “Lo que hace falta, me temo, es la voluntad para hacer que suceda”.

Citas:

Ritter, C. D., McCrate, G., Nilsson, R. H., Fearnside, P. M., Palme, U. and Antonelli, A. 2017. Environmental impact assessment in Brazilian Amazonia: Challenges and prospects to assess biodiversity. Biological Conservation, 206, 161-168

Salir de la versión móvil