- En el evento, que duró tres días y tuvo lugar en Oslo, Noruega, hubo debates entre ONG, agencias gubernamentales, universidades y grupos indígenas y religiosos.
- El evento significó el lanzamiento de la Iniciativa Interreligiosa de Bosques Lluviosos, que busca proteger los bosques lluviosos desde el costado moral, con métricas y metas tangibles.
- Líderes indígenas y religiosos provenientes de veintiún países asistieron al evento organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la ONG Rainforest Foundation Norway y la Iniciativa Internacional de Noruega sobre el Clima y los Bosques.
Los líderes religiosos de todo el mundo se reunieron por primera vez con conservacionistas y científicos en Noruega, con el fin de abogar por la protección de los bosques tropicales desde un costado moral.
“Esta lucha tiene una dimensión que requerirá un cambio de valores global y radical”, declaró en un comunicado Vidar Helgesen, ministro de Clima y Ambiente de Noruega. “No hablamos del dominio de la política, el comercio o la ciencia, sino del espíritu, la fe y la convicción moral”.
El evento significó el lanzamiento de la Iniciativa Interreligiosa de Bosques Lluviosos. Del 19 al 21 de junio, los líderes de diversas religiones (judaísmo, islamismo, cristianismo e hinduismo) se sentaron a la mesa junto con funcionarios de gobierno, líderes indígenas y representantes de ONG con el fin de trazar una hoja de ruta para la conservación de los bosques lluviosos, en el Centro del Premio Nobel de la Paz. El objetivo fue debatir la pérdida masiva de bosques que viene ocurriendo año tras año —de un área equivalente al tamaño de Austria, según los organizadores de la conferencia—, al apelar al creciente sentimiento de muchas comunidades religiosas y espirituales del mundo de que todos tenemos la obligación de proteger estas áreas.
“Las religiones del mundo, cada una a su propia manera, hacen un llamado moral a la acción con el fin de proteger los bosques tropicales”, comentó William F. Vendley, secretario general de Religiones por la Paz en un comunicado de prensa. “Mediante una asociación multirreligiosa, la sabiduría de cada tradición religiosa puede convertirse en un recurso que ayude a cultivar los valores y las virtudes esenciales para lograr interacciones armoniosas entre unos y otros, y con nuestro hogar común, [la Tierra]”.
Los bosques lluviosos tienen un papel esencial en la vida diaria de 1600 millones de personas de todo el mundo, sostienen estas organizaciones, lo que evidencia la clara necesidad, desde el punto de vista de la justicia social, de garantizar que esos bosques sigan estando de pie en el futuro.
“Las religiones y comunidades de fe de todo el mundo tienen la capacidad única de generar conciencia y comprensión de la responsabilidad que tenemos de proteger estos ecosistemas vitales”, dijo en el comunicado Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “y por ende, su voz es importante en esta coalición cada vez más grande de gobiernos, empresas, grupos indígenas y ONG que se han comprometido a poner fin a la deforestación para 2030”.
La reunión fue organizada por el PNUD, la ONG Rainforest Foundation Norway y la Iniciativa Internacional de Noruega sobre el Clima y los Bosques, y se extendió hasta el 21 de junio. Noruega ha dado un gran respaldo a los esfuerzos de reducción de las emisiones causadas por la deforestación y la degradación forestal (conocidos como REDD+) en los países en desarrollo al donar 3000 millones de dólares de financiación en los últimos diez años.
Los expertos han notado un reciente crecimiento a nivel mundial de la conciencia sobre cuestiones ambientales. Un ejemplo es el Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica Romana, quien ha manifestado su apoyo a la protección del ambiente, con base en la fe. La encíclica papal Laudato Si del año 2015, codificó el argumento espiritual para tratar el cambio climático, debido al impacto que tiene sobre los pobres de todo el mundo. Otros líderes señalan que sus creencias también abogan por la custodia de la Tierra.
“El islamismo enseña el principio de unidad de la existencia, que habla de un triángulo de armonía entre Dios, el Hombre y la Naturaleza”, explicó Din Syamsuddin, presidente del Centro para el Diálogo y la Cooperación entre Civilizaciones, ubicado en Indonesia. “Conservar los bosques lluviosos forma parte de mantener ese equilibrio, para el bienestar tanto de la Naturaleza como de la Humanidad”.
El rabino David Rosen, director internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Estadounidense, recordó el Jardín del Edén, mencionado en el libro del Génesis de la Biblia judía, el cual también es el primer libro del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana.
“No poder garantizar la salud y la fortaleza de los bosques no solo pone en peligro el futuro de la humanidad”, dijo Rosen. “Significa fracasar en cumplir la carga Divina de la humanidad de proteger el Jardín de nuestro mundo”.
Los participantes de la reunión de Oslo señalaron que el lugar destacado que tiene la naturaleza en las creencias de los pueblos no es nada nuevo, y que los líderes mundiales harían bien en apoyar los esfuerzos que las comunidades vienen realizando hace años para salvaguardar su entorno.
“Los bosques tropicales ocupan un lugar sagrado en muchas creencias, religiones y tradiciones espirituales”, comentó Mary Evelyn Tucker, directora del Foro sobre Religión y Ecología de la Universidad de Yale. “La reverencia espiritual hacia la naturaleza y la vida toda puede encontrarse en todas las religiones del mundo, incluso entre los pueblos indígenas y otros habitantes de los bosques tropicales a lo ancho del mundo”.
Los líderes que representaban las comunidades indígenas de los bosques del sudeste de Asia, la Amazonia y África también se dieron cita en Oslo. Muchos expertos reconocieron la contribución especial que hacen a la salud de los bosques, el conocimiento que pueden ofrecer y la posición, muchas veces precaria, que tienen como defensores de los bosques en el frente de batalla.
“Nos gustaría dirigir la atención de este movimiento interreligioso que está surgiendo hacia las comunidades indígenas acosadas, que han protegido los bosques por miles de años”, manifestó en la declaración Lars Løvold, director de la ONG Rainforest Foundation Norway. “Con frecuencia, la destrucción sistemática de los bosques tropicales está acompañada de robo de tierras y hasta de asesinatos. Tenemos que garantizar los derechos de los pueblos de los bosques y escuchar sus voces en debates nacionales e internacionales”.
Los asistentes expresaron su esperanza de que las conversaciones en Oslo impulsen la cooperación con el objetivo de detener la deforestación, proteger la biodiversidad y asegurar que los bosques sigan allí para, por un lado, satisfacer las necesidades básicas de las comunidades locales y, por el otro, ser la fuerza mitigadora del cambio climático, de la que todos dependemos. Ya hay en marcha planes para realizar otra cumbre interreligiosa en Brasil en el año 2018.
“Los bosques lluviosos del mundo son un ejemplo sorprendente de la belleza vital del planeta; son espectaculares, esenciales para la vida, y están en grave peligro”, dijo el reverendo Fletcher Harper, director ejecutivo de la coalición interreligiosa GreenFaith. “Este encuentro representa el primer paso, tremendamente importante, de las comunidades religiosas hacia la unión con los Primeros Pueblos, y el compromiso con la salud y la restauración de los bosques lluviosos”.
Imagen principal: niños Ticana en Colombia. Fotografía cortesía de Rhett A. Butler.