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Balance ambiental: lo bueno, lo malo y lo feo que dejó el 2017 para Bolivia

Mientras se desarrollaba la sesión en el Senado, en los exteriores y en tres ciudades del país se realizaban marchas en contra de la nueva norma. Foto: Miriam Telma Jemio.

Finaliza el 2017 y en Mongabay Latam buscamos la opinión de cinco personalidades del sector ambiental para que desde su mirada y experiencia, comenten cuáles consideran que fueron los aspectos positivos y negativos que vivió Bolivia durante el año. Esta es la lista final de lo bueno, lo malo y lo feo del 2017.

Lo malo del 2017

La carretera que dividiría en dos el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) ha sido sin duda uno de los temás más polémicos para el sector ambiental, no solo de Bolivia sino de todo el mundo. Por otro, la deforestación y el incremento de focos de calor, el incendio en la Reserva Cordillera de Sama en Tarija, y la construcción de las Represas El Bala, Chepete y Rositas estuvieron también entre los temas negativos del año.

ÁREAS PROTEGIDAS: TIPNIS EN PELIGRO

La promulgación del decreto que elimina la intangibilidad del TIPNIS es uno de los puntos que más preocupa a la mayoría de expertos consultados por Mongabay Latam. Lo que pueda pasar a partir de la construcción de las represas El Bala y Chepete también ha sido motivo de alarma.

Vista del TIPNIS. Foto: ABI.

El atropello al TIPNIS para la construcción de la carretera que pasaría por el corazón del parque es para Díaz una de las peores noticias del 2017, según indica. El experto recalca que el gobierno no ha escuchado a las comunidades indígenas campesinas originarias y ha cedido ante las presiones de sindicatos cocaleros asentados de forma ilegal en este parque. Por otro lado, los intentos de llevar adelante las represas del Bala-Chepete y Rositas, desoyendo igualmente a los originarios del lugar y sustentados en gran mayoría en criterios económicos de dudosa rentabilidad son un aspecto negativo para el director ejecutivo de CLB.

Para Juan Fernando Reyes, la promulgación del decreto que suprime la intangibilidad del TIPNIS es sin duda un aspecto grave del 2017, sobre todo por el efecto que esta medida tendría en la alta biodiversidad del área natural. El especialista también menciona como un aspecto negativo a considerar los planes de prospección petrolera en la cuenca del Río Madre de Dios, una amenaza concreta a la Reserva Manuripi en el departamento de Pando. De la misma forma, menciona el peligro que existe para las áreas protegidas Madidi y la Reserva Pilón Lajas, ante la insistencia del gobierno en la construcción de las represas de El Bala y Chepete.

Según Bustillos, el 2017 fue un año de constante presión para las áreas protegidas del país en general, no solo por la carretera que partiría en dos al TIPNIS, sino por la amenaza hidroeléctrica al Parque Madidi con las represas de El Bala y Chepete, y la represa Rositas que amenaza el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Río Grande Valles Cruceños en el Departamento de Santa Cruz. “Existe una fuerte tendencia al megaextractivismo por parte del actual gobierno, lo cual es negativo para la conservación en general, las áreas protegidas y todo tipo de forma de vida”, añadió.

Para Wilma Mendoza, la aprobación de Leyes y Decretos que vulneran las áreas protegidas como el caso del TIPNIS no solo permiten la colonización por parte de grupos sociales para realizar actividades que cambian el uso del suelo, sino que también se da mal uso a la conservación.

Caballero destacó los resultados de un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Bolivia), que estableció que 12 parques nacionales, de los 22 que existen en Bolivia,  son vulnerables a los cambios climáticos. “Esto alteraría a la reproducción de la flora, y ocasionaría la migración de la fauna de estas áreas naturales’’.

BOSQUES: EXPANSIÓN DE FRONTERA AGRÍCOLA

La expansión de la frontera agrícola sigue siendo uno de los mayores drivers de deforestación en el país, aunque este año, además, los bosques se vieron afectados por graves sequías y serios incendios.

El incendio en la Reserva Cordillera de Sama, en Tarija, afectó a alrededor de 3000 familias y un área de más de 10 000 hectáreas de recursos forestales, un resultado preocupante para Juan Fernando Reyes. Otro aspecto que mencionó Reyes es la disminución en la producción de la castaña, la cual se presume pudo darse por la deforestación, sequía, aumento de temperaturas o quemas. Algunos productores hablan de una disminución de un 50 % o más de la producción promedio de años anteriores. Por otro lado, la construcción del camino entre el municipio de Ixiamas (La Paz) hasta Chivé (en Pando) ha generado que los focos de calor se incrementen de 596 en 2015 a 5697 hasta octubre de 2017, según Reyes. Finalmente, el experto recalcó el incremento de la deforestación en el municipio de San Buenaventura “debido a la plantación de caña de azúcar para el ingenio azucarero construido por el gobierno nacional en esa región”.

Huáscar Bustillos llama la atención sobre la amenaza que representa para los bosques el incremento en el cultivo de soya en el oriente de Bolivia y la presión de asentamientos para avanzar con cultivos en las reservas forestales. “Los bosques se ven cada vez más amenazados por la expansión de la frontera agrícola. Otro aspecto preocupante fue la movilización de colonos y campesinos en su búsqueda de revertir la categoría de la Reserva Forestal Guarayos, en la provincia Guarayos”, agregó.

La expansión de la frontera agrícola y el incremento del agronegocio que aplica el monocultivo e incrementa la deforestación para la ganadería son para Wilma Mendoza aspectos negativos para la conservación del los bosques en Bolivia. La apertura de vías camineras en zonas de bosques y la irresponsabilidad de la quema que no se logra controlar, recalca, han sido también graves problemas este 2017.

Según Marcel Caballero, las amenazas al bosque pueden resumirse en estos cuatro puntos: la tala y quema de los bosques por la agricultura migratoria, el incremento de la ganadería extensiva, los cultivos ilegales y las concesiones forestales mal planificadas.

Por otro lado, José Antonio Díaz, pone énfasis en lo que está sucediendo en el Beni, donde se viene trabajando en cambiar el Plan de Uso de Suelo (PLUS) con fines de expansión de la frontera agrícola y la apertura de nuevas vías de producción económica a nivel departamental. Según Díaz, esta propuesta quiere convertir a Beni en el futuro granero de Bolivia, conectado además con la hidrovía del Río Iténez hacia el Brasil, lo que representaría una amenaza a la conservación de los bosques de la zona.

INCERTIDUMBRE PARA LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Los expertos coincidieron en la falta de garantías jurídicas para varios pueblos indígenas que ven amenazados sus territorios por proyectos extractivos.

Para Huáscar Bustillos, el 2017 ha sido un año especialmente duro para la defensa de los territorios indígenas. Según él, el gobierno de Evo Morales ha consolidado un modelo megaextractivista que amenaza los territorios indígenas con la implementación de megaproyectos energéticos o carreteros.

Acto de la firma de contrato entre Ende y AAR para la construcción de la hidroeléctrica Rositas en Santa Cruz. Foto:Cortesía ABI.

De la misma forma, Juan Fernando Reyes, hace hincapié en los nuevos proyectos extractivos y sus consecuencias en la vida de los pueblos indígenas. “La prospección petrolera en el Norte de La Paz, que según información del Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), estaría afectando a pueblos no contactados que se mueven en esa región, como los Toromona, y también al Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC) Araona y la TIOC Tacana II” sostuvo el experto.

Para Wilma Mendoza, la ocupación de territorios indígenas “por otros grupos sociales es algo muy preocupante porque los títulos colectivos no dan seguridad jurídica. Hay varios grupos de la zona andina que están llegando a ocupar tierras del pueblo Guarayo y Chiquitano en Santa Cruz, poniendo en riesgo la integralidad de los territorios indígenas de tierras bajas”.

Por su parte, para Marcel Caballero, la influencia del desarrollo “está amenazando con extinguir a los pueblos indígenas, poseedores de valiosos saberes sobre el uso y conservación de la flora y fauna silvestre”.

José Antonio Díaz considera que uno de los aspectos negativos a lo largo del año fue el de “los atropellos a las comunidades indígenas del Madidi (Chepete-Bala) y a las del área de influencia de la represa Rositas, así como a las comunidades del TIPNIS”.

BIODIVERSIDAD: ESPECIES EN PELIGRO

El tráfico de fauna silvestre y los cambios en diversos ecosistemas fueron algunos de los puntos negativos de cara a lo que significa la protección de la biodiversidad de Bolivia.

Para José Antonio Díaz, el continuo tráfico de vida silvestre sigue siendo una enorme amenaza para la biodiversidad del país, sobre todo por el comercio de nuevas especies, así como las partes de jaguar, algo que está en crecimiento. Para Díaz esto además es preocupante ante la escasez de recursos económicos para la gestión de las áreas protegidas, tanto nacionales como municipales.

Para el biólogo Huascar Bustillos, los peligros para la biodiversidad se concentran en cambios en diversos ecosistemas. Por ejemplo, el incremento de la temperatura está ocasionando un aumento en la incidencia del hongo Batrachochytrium dendrobatidis que ha mermado las poblaciones de diferentes especies de anfibios, explica el experto. Por otro lado, la afectación de los sistemas agrícolas por los cambios, desplazamientos o la extinción local de poblaciones de especies polinizadoras y de controladores biológicos de plagas y enfermedades, ocasionaron brotes de plagas, como el de las langostas, que atacaron y causaron un perjuicio considerable a extensas zonas de cultivo en la región del Chaco boliviano.

El peligro contra la biodiversidad se concentra en los nuevos proyectos de explotación petrolera, sostiene Juan Fernando Reyes. “El gobierno insiste en la construcción de las represas de El Bala y Chepete, que afectarían áreas de gran biodiversidad como el Parque Nacional Madidi. Por otro lado, se ratificó la decisión de promover la exploración petrolera en la cuenca del Río Madre de Dios, que afectaría a pueblos indígenas del Norte de La Paz y Pando y a la Reserva Manuripi”, comentó.

Para Mendoza, un aspecto negativo fue “el aislamiento forzoso del hábitat por la implementación del modelo de desarrollo extractivo y las amenazas de pérdida de especies de la biodiversidad, tanto de la flora y fauna”.

Por su parte, Marcel Caballero indicó que “el tráfico de vida silvestre y la caza indiscriminada es un hecho que continúa amenazando la fauna silvestre”.

Lo bueno del 2017

La creación del área protegida municipal Gran Mojos, de 580 000 hectáreas, en el departamento del Beni, la implementación del sistema de cobros por turismo en áreas protegidas y la participación de la sociedad civil y pueblos indígenas en la defensa ambiental estuvieron entre los aspectos positivos del año.

NUEVAS ÁREAS PROTEGIDAS

La nueva área protegida municipal Gran Mojos fue uno de los temas destacados por expertos.

Huáscar Bustillos – biólogo, especialista en conflictos ecosociales

Para Bustillos, la creación en febrero de 2017 de la nueva área protegida municipal Gran Mojos, en el municipio de Loreto, departamento del Beni, es un aspecto que debe resaltarse. También destacó las mejoras en las gestiones del Parque Nacional Amboró, que a pesar de tener poco apoyo y grandes amenazas, se ha  venido fortaleciendo poco a poco en el manejo de sus actividades.

Para Díaz, la implementación del Sistema de Cobros por Turismo (SISCO) en el área protegida Amboró es una herramienta valiosa para ayudar a gestionar ingresos y mantenimiento del área, además de la rehabilitación de puntos de información y salas educativas, así como de puestos de guardaparques. Por otro lado, el experto resaltó la creación del área protegida municipal Gran Mojos, en el municipio de Loreto, Departamento del Beni, la que con 580 000 hectáreas conecta el TIPNIS con el Área Protegida Municipal Ibare-Mamoré, protegiendo especies en peligro como la paraba barba azul. De la misma forma, destacó la creación de las áreas de patrimonio natural de Bolivia Estación Biológica Abuná y Estación Biológica Tahuamanu, con aproximadamente 16 000 hectáreas en el Departamento de Pando y la designación de un nuevo comité de gestión para el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) municipal Lagarpampa – Mollepampa,  “algo que ayuda a reforzar la gestión”.

Según Mendoza, la sociedad civil se ha informado mejor sobre lo que está sucediendo en las áreas naturales protegidas, lo que ha permitido un mayor empoderamiento de los ciudadanos sobre este tema.

Río Ibare. Hacia el sur, Gran Mojos se conecta con otra área protegida municipal del Beni, que es el Ibare Mamoré. Foto: Eduardo Franco Berton

DEFENSA DE LOS BOSQUES

Expertos destacaron compromisos para evitar la deforestación, así como la mayor conciencia que hay en la sociedad civil para defender los bosques.

Para Juan Fernando Reyes, vale la pena destacar la firma de la Declaración de Tena (Ecuador) durante la XIII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los países de la OTCA. A través e este acuerdo, se reiteró el compromiso de combatir la tala y el comercio ilegal de madera y promover la cooperación entre países en la lucha contra esta actividad ilegal.

Caballero destaca que ha habido un avance en el manejo de la deforestación, sobre todo de aquella que se ha dado en áreas protegidas. “Esta se ha realizado bajo planes de manejo forestal, dado que los propietarios ya conocen mejor las normas”, afirmó.

Finalmente, Wilma Mendoza considera positivo que este año  haya  una mayor concientización de parte de la sociedad  civil  para  defender los bosques y la biodiversidad. Por ejemplo, las manifestaciones de la sociedad a favor de la protección del TIPNIS, luego de conocerse estudios y datos que demuestran el impacto ambiental que ocasionaría la construcción de la carretera.

BIODIVERSIDAD: LUCHA CONTRA AMENAZAS

Uno de los aspectos que resaltaron algunos de los expertos consultados es la participación de la sociedad civil para hacer frente a amenazas contra la biodiversidad.

Para Reyes el inicio del Proyecto Regional para la Gestión, Monitoreo y Control de Especies de Fauna y Flora Silvestres Amenazadas por el Comercio, financiado por KFW Developmentank, resulta auspicioso en la lucha por conservar la biodiversidad en Bolivia. ‘’Es importante que para temas de biodiversidad y amenazas haya un monitoreo. Esto es algo que se va a realizar a nivel regional en todos los países de la Panamazonía y fue adoptado en el marco de la reunión de la OTCA en Tena, Ecuador’’.

Según Caballero, es importante destacar el trabajo de los cuerpos de protección y de guardaparques, así como su trabajo para informar sobre la importancia de las distintas áreas protegidas que han realizado. “Esto ha permitido que estas aún se mantengan en buen estado de conservación”, añadió.

Bustillos destaca el valioso aporte de un estudio científico realizado por investigadores brasileños (Miranda et al, 2017) que revalidó una subespecie de ‘osito de oro’, el Cyclopes catellus, colectado originalmente por el biólogo alemán Herman Joseph Steimbach en el municipio de Buena Vista, departamento de Santa Cruz y descrito en 1928 por Oldfield Thomas. “Cabe mencionar que es muy posible que una especie nueva de este taxón habite los bosques de la Amazonía boliviana, necesitándose más estudios para ver su potencial ocurrencia en nuestro territorio”.

Mientras tanto, José Antonio Díaz considera que las luchas en contra de la construcción de las represas del Bala-Chepete y Rositas, así como la construcción de la carretera en el TIPNIS, se erigen como grandes demostraciones de la lucha de la sociedad civil contra las amenazas a la biodiversidad”.

Al igual que Díaz, Mendoza destaca que la población cuenta  con  mayor  información  sobre  las  políticas  ambientales internacionales, lo que ayuda a mitigar las amenazas.

La peta de agua (Podocnemis unifilis), amenazada por la presión de caza como la extracción de sus huevos, realiza su desove en el arroyo Pojige, uno de los más emblemáticos que tiene Gran Mojos. Foto: Eduardo Franco Berton

PUEBLOS INDÍGENAS

El papel de las mujeres indígenas en temas de territorio e indicios de pueblos en aislamiento fueron algunos de los temas destacados en el 2017 para expertos consultados.

Wilma Mendoza destaca que las mujeres indígenas cuentan con mayor empoderamiento y “están ayudando a visibilizar los temas de territorio y pueblos indígenas en el país”.

El experto destaca indicios de pueblos indígenas no contactados como los Toromona, dentro áreas protegidas de Bolivia. Sin embargo, dentro de esta noticia hay algo que le preocupa: “Estos pueblos están dentro de áreas donde se están realizando actividades hidrocarburíferas”.

Como parte del documento final del VIII Foro Social Panamazónico realizado en Tarapoto (Perú), que se realiza cada dos años y reúne a organizaciones indígenas, campesinas y sociedad civil, “una delegación indígena y campesina de Bolivia que participó en este foro demandó el reconocimiento del territorio integral ancestral de los pueblos indígenas u originarios, con titulación colectiva de sus territorios para el ejercicio de su autogobierno”.

Por su parte, Caballero indica que las comunidades de indígenas Chiquitanos que habitan dentro del ANMI San Matías aún mantienen sus tradiciones y viven de lo que les provee la naturaleza. “Se ha mantenido el conocimiento y costumbres de los pueblos indígenas que se encuentran dentro de un área protegida, quienes en su mayoría viven en armonía con la naturaleza”.

 

 

Portada: Protestas en defensa del  TIPNIS. Foto: Miriam Telma Jemio.

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