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Balance ambiental: lo bueno, lo malo y lo feo que dejó el 2017 para Chile

Se movilizaron cientos de efectivos del Cuerpo de Bomberos, además de aviones, entre ellos el Supertanker (EEUU - 72 mil litros) y el Ilyushin II - 76 (Rusia - 42 mil litros). Créditos: Fundación Terram.

Chile vivió un año con sucesos alentadores para la conservación ambiental, como la histórica donación de más de 400 000 hectáreas realizada por la Tompkins Conservation para la creación de nuevas áreas protegidas y el anuncio de la creación de un parque nacional en territorio Kawésqar, la región más austral del país. De hecho Michelle Bachelet es la primera presidenta sudamericana que ha recibido uno de los máximos reconocimientos medioambientales de las Naciones Unidas, el premio “Campeones de la Tierra”, por su labor en la creación de nuevas áreas marinas protegidas y por dar un impulso al uso de energías renovables.

Pero también fue un año en el que los proyectos industriales siguieron preocupando a pueblos indígenas y defensores del medio ambiente. Como han señalado expertos, el gobierno de Chile no tiene un marco legal fortalecido ni herramientas administrativas para garantizar la conservación de sus ecosistemas.

Mongabay Latam buscó la opinión de expertos del sector ambiental para resumir lo bueno, lo malo y lo feo del 2017.

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Lo bueno del 2017

 

Kristine McDivitt, viuda del millonario estadounidense Douglas Tompkins, donó miles de hectáreas de terreno con la condición de que sean destinadas a la conservación ambiental. Esta vasta extensión de tierra enclavada dentro del Parque Pumalín, sumada a otros espacios aportados por el Estado, se convertirán en una nueva área protegida de más de 4 millones de hectáreas. A esta buena noticia, hay que sumarle las declaratorias para la protección de otros ecosistemas en Chile, en especial de las áreas marinas.

Foto de Oceana I Manu San Félix

NUEVAS ÁREAS PROTEGIDAS

Para Liberona la donación de 407 625 hectáreas  fue uno de los sucesos “claramente destacables” junto con la creación de varios Santuarios de Naturaleza en el centro del país, “lo cual también es un avance en materia de áreas protegidas y conservación”, sostuvo.

Cuenca, tomó como una buena noticia el aumento de la declaratoria de áreas protegidas, pero matizó que ese incremento está aún opacado por el rezago en la promulgación de la Ley de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que sería la herramienta que colocaría el cerrojo a la realización de proyectos industriales en las zonas que se busca proteger.

“Aquí en Chile se han declarado bastantes áreas protegidas, sobre todo en el área marina”, con lo cual, la especialista afirma que se puede hablar ya de una “red de parques” que aumenta la protección al medio ambiente en Chile.

Asun destacó que “se concretó finalmente un conjunto de anuncios que deberían terminar con la concreción de una red de parques nacionales de la Patagonia a propósito de la donación de los terrenos que tenían Douglas Tompkins y su esposa”. Y añadió que es necesario respaldar esos anuncios con una ley adecuada y que aún no existe porque no ha podido ser tramitada en los dos últimos gobiernos de Chile.

LA RESISTENCIA DE LOS BOSQUES

Para Liberona es complicado hablar de algo positivo cuando en el 2017 se perdieron más de 600 000 hectáreas, entre bosques nativos y plantaciones forestales, debido a los enormes incendios ocurridos durante un verano que Chile recordará por mucho tiempo. Sin embargo, Liberona rescata la capacidad de respuesta mostrada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Es un “punto positivo” que tuvo su reconocimiento en un aumento de presupuesto para el manejo de incendios para esa dependencia. En ese mismo sentido, durante 2017 el Consejo de Política Forestal continuó con la aplicación de un plan de políticas ambientales 2015-2035 que incluye protocolos para prevención de incendios.

Para Lucio Cuenca también fue difícil destacar aspectos positivos dentro del tema de bosques y reforestación salvo “algunas medidas paliativas, franjas de seguridad y esas cosas” para intentar frenar los monocultivos forestales “pero que son insuficientes para dar un giro en la manera como se ha expandido” esa práctica agrícola.

La dirigente Kawésqar, Leticia Caro, fue más tajante cuando se le preguntó sobre lo “bueno” en materia forestal. “Que yo conozca, no. En cuanto a deforestación y reforestación, no”, sentenció.

Matías Asun destacó un logro de Greenpeace en Chile: la campaña ciudadana ¡Reforesta ya!, que buscó “obligar” a la empresa La Moraleja, proveedora de limón de la Coca Cola en Sudamérica, a reforestar 3000 hectáreas que usó en Argentina, específicamente, para sembrar y cultivar los limones que le requirió la transnacional.

Greenpeace reunió 54 000 firmas en Chile que ayudaron a presionar a las empresas “y es claro que más temprano que tarde Coca Cola tendrá que comprometerse a reforestar las hectáreas que vino degradando”, señaló Asun.

APUESTA POR LA BIODIVERSIDAD

A Liberona le parece que la donación de Tompkins Conservation en la Patagonia con la que se creará una Red de Parques abre la posibilidad de establecer una nueva forma de desarrollo en esa región de Chile “que puede ser exportable a otros lugares del país”. Es decir, un modelo de trabajo con turismo a pequeña escala basado en la conservación ambiental, “un modelo mucho más virtuoso que seguir sacando en las mismas cantidades cobre. Pensar que tenemos que hacer otras cosas como país”, dijo la especialista.

Cuenca destacó como una buena noticia la cancelación del proyecto minero de hierro y cobre, Dominga, un hecho que trajo consigo la renuncia de dos ministros que criticaron esta acción: el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y el de Economía, Felipe Céspedes. Dominga fue cancelado por su impacto ambiental y su cercanía (30 kilómetros) a una área natural protegida de pingüinos Humboldt. “Es un avance respecto al cuidado de las áreas protegidas”, consideró.

Leticia Caro resaltó la próxima creación de un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas pero se mostró con reservas hasta no verlo funcionar con suficientes recursos. “Las políticas en Chile en cuanto a conservación no son muy buenas, carecen de recursos”. Por lo tanto –dijo- las organizaciones que cuidan la biodiversidad prefieren acudir a instancias internacionales.

En el balance sobre las amenazas a la biodiversidad Matías Asun cree “por lejos” lo mejor que dejó 2017 es el anuncio de la creación de una red de parques en la Patagonia chilena, puesto que hubo mucho trabajo detrás de organizaciones de la sociedad civil para lograrlo.

PUEBLOS INDÍGENAS

Leticia Caro recién ha sido parte de un hecho importante para el reconocimiento de la defensa del territorio de su pueblo y que –dijo- tiene una gran carga de significado. Se trata del anuncio de la creación del parque nacional en mares de la región de Magallanes, donde sus antepasados navegaron.

“Los hermanos están todos muy contentos porque en esta zona se vivió el genocidio más brutal de Chile en los canales australes. Desaparecieron dos pueblos indígenas muy importantes y nosotros pudimos sobrevivir, fuimos asimilados y en este minuto nos estamos levantando y reivindicando por los antiguos, por los que sufrieron, por los que navegaron libres. Ese es el gran significado, todo dedicado y en honra a nuestros antiguos”, expresó Leticia Caro.

Para Asun la creación del parque nacional en Magallanes es un logro del pueblo Kawésqar, que representa una fracción del territorio marítimo que a ellos les gustaría preservar y “alejar de la industria”.

“Es un territorio favorecido para resguardar la diversidad de ballenas, delfines endémicos que existen en Chile, de los que nos visitan pero que pertenecen a los océanos del mundo”.

Para Liberona los pueblos originarios están logrando poner en valor su percepción sobre su relación con la tierra y el medio ambiente, “por tanto se abre una oportunidad en términos de un trabajo más colectivo y más inclusivo entre distintos habitantes del territorio” para conservar ecosistemas nativos e incluso ayudar a administrar áreas naturales protegidas.

Cuenca declaró que no encuentra nada positivo que destacar en cuanto a la posibles avances de los pueblos indígenas y sus luchas para cuidar el medio ambiente. “Creo que se mantiene una situación de deuda, hay criminalización y en algunos casos militarización”, sentenció.

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Lo malo del 2017

 

La industria del salmón en Chile sigue siendo la mayor preocupación para los especialistas en conservación ambiental en Chile, y aún más con el precedente de la crisis de mortandad de especies marinas ocurrida en Chiloé en 2016. Es un tema que, en opinión de las personas entrevistadas, no tuvo resoluciones alentadores en 2017.

Foto: Radio Villa Francia.

ÁREAS PROTEGIDAS SIN RECURSOS SUFICIENTES

“Al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Chile le redujeron el presupuesto en un 10,5 % en 2017. Esta disminución ocurre en un contexto en el que de por sí los recursos para cuidar el medio ambiente era insuficiente”, según Flavia Liberona.

La directora de Terram enfatizó además que el Estado chileno ni siquiera alcanza a cubrir los sueldos del personal que labora en las áreas protegidas. “En el caso de las áreas marinas, tanto las creadas en 2016 como este año, no tienen presupuesto para su implementación”.

Para Cuenca  debería existir un organismo que garantice el funcionamiento de las áreas naturales protegidas pero también que se encargue de cuidar el patrimonio natural en general, con una “estrategia general para abordar la problemática”.“Aquí hay patrimonio natural que se debe cuidar y que no está en áreas protegidas. Eso tiene que ver con la protección de la biodiversidad y los ecosistemas”, insistió Cuenca.

En opinión de Leticia Caro, “lo malo” en cuanto a las áreas naturales ha sido la escalada de contaminación por turismo en el Parque Nacional Torres del Paine, al sur de Chile. Aquí, una vez más, incide la falta de recursos económicos. “Los órganos fiscalizadores tienen muy poca plata para fiscalizar. En vías de conservación es súper difícil ejercer la conservación sin dinero en parte del estado”, señaló.  

Para Matías Asun, “lo malo” del 2017 se remonta a 2016, pues tiene relación con hechos ocurridos en ese año cuando se registró una “catástrofe ambiental” en la isla de Chiloé, al sur del país, por el derrame de miles de toneladas de salmón muerto que –según habitantes de la zona- causó una histórica mortandad de peces.

Según Asun, después de la crisis de Chiloé, las empresas salmoneras han intentado duplicar sus operaciones en el mar de Magallanes, es decir, más al sur de Chile, “justamente en la zona que deberían ser parques nacionales”.

“De hecho ya existen operaciones de salmonicultura repletas de antibióticos, con pésimos estándares medioambientales, violando la legislación vigente en Chile”, manifestó el director de Greenpeace Chile. “Ese conjunto de concesiones debe cancelarse, debe suspenderse, y en esto el gobierno ha tenido una posición muy tibia”, agregó.

BOSQUES SIN GARANTÍA

Para la  directora de Terram Chile cierra el 2017 encerrado en un marco legal que no le sirve para garantizar la conservación de su medio ambiente. Existe, por un lado, el “desafío” de crear un Servicio Nacional Forestal, y en otros frentes es necesaria tener una Ley de Protección de Suelos y modernizar la Ley de Bosque Nativo.

“Mientras no tengamos un Servicio Nacional Forestal público, queda todo medio entrampado por temas legislativos técnicos y cuestionamientos que ha hecho el Tribunal Constitucional. Por lo tanto, el primer paso es el servicio, y luego avanzar a una ley de protección de suelos, obviamente a una ley de prevención y combate de incendios, porque lo que hay hoy es insuficiente”, señaló Liberona.

Hay en Chile una “tendencia” a transferir terrenos de patrimonio natural a privados, lo cual, según el director de OLCA, abre el camino a cambiar la conservación por la actividad económica. “Esas cosas deberían estar claramente delimitadas” para ayudar a frenar la deforestación de los bosques.

Leticia Caro prefiere apuntar hacia la convulsa región de la Araucanía, donde “hay un grave problema de deforestación y plantación de especies exóticas que van desgastando el suelo. También las especies nativas van desapareciendo y eso influye mucho en lo que es la cosmovisión indígena del pueblo Mapuche, ellos son los que han estado más afectados por la deforestación”.

Lucio Cuenca destacó como una amenaza importante hacia el bosque nativo, el desarrollo de los monocultivos forestales y agrícolas en la zona centro del país y las falencias en su regulación, a pesar de que sí existen organismos que en teoría deberían hacer ese trabajo.

¿AMENAZA A LA BIODIVERSIDAD?

Liberona cree que hay “grandes amenazas que son veladas y son tremendas”: una de ellas es una modificación al reglamento del Servicio de Evaluación Ambiental que crea un panorama más permisivo para la salmonicultura. “Es una amenaza para algunas actividades de la pesca artesanal o de cultivo ya sea de algas o choritos u otro tipo de molusco a pequeña escala. Sin embargo, una vez más las autoridades, y en este caso el Ministerio del Medio Ambiente, en vez de regular y hacer que las actividades sean más sustentables, abre la puerta para que sea más insustentable y le da paso al gran empresariado”, argumentó Liberona.

Para Cuenca, lo malo está en que “hay una tendencia a buscar transferencia de administración de patrimonio natural a privados, pero también a áreas de uso múltiple”, lo cual abre la puerta a que en las áreas naturales protegidas puedan desarrollarse actividades económicas extractivas. Cuenca explicó que existen normas en Chile que permiten el plan de manejo de los predios sin cuidar los posibles daños ambientales y que “finalmente hacen que se constituya pérdida de biodiversidad por esa vía”.

Por lejos el aspecto más deficitario en materia de protección de la biodiversidad es el nulo avance en materia de legislación de biodiversidad y áreas marinas protegidas”, aseguró el director de Greenpeace en Chile. “El no contar con un servicio de biodiversidad que sea capaz de funcionar de manera autónoma es un problema”, agregó Matías Asun.

PUEBLOS INDÍGENAS AÚN SIN VOZ

Con relación a  la situación del pueblo Mapuche y al constante conflicto que mantienen con las empresas privadas y los Carabineros de Chile, quienes ejecutan acciones en su contra, Cuenca sólo uso una palabra: “retroceso”. “Es un retroceso porque justamente se ha dispuesto el territorio mapuche en favor de ciertos proyectos extractivistas que tensionan más la situación. Lo que pasa con los tendidos eléctricos, con la masiva presencia de proyecto hidroeléctricos, de pequeños, medianos o de gran tamaño”, señaló. “No solo hay una deuda de reconocimiento constitucional y reparación respecto de la devolución de territorio, sino una ausencia permanente de voluntad política para respetar el convenio 169 de la OIT. Se están dictando normas que afectan a los pueblos indígenas y no se les consulta”, afirmó Cuenca.

La instalación de proyectos industriales en territorios indígenas sigue y sin consultar a los pueblos originarios afectados. Eso, la falta de consulta siguió convulsionando principalmente regiones del sur de Chile donde se extienden diversas cosmovisiones que están encontradas con el desarrollo económico que buscan empresas chilenas.

Leticia Caro, dirigente indígena, señaló que la industria salmonera ha afectado a regiones donde ancestralmente han habitado los pueblos Wimiche y Kawésqar. “Hoy en día se vive una etapa pic de instalación de empresas de salmonicultura”.

La opinión de Matías Asun sobre pueblos indígenas y territorios también apunta a las circunstancias de la Araucanía y la “violencia recrudecida” que “no ha permitido que el país reflexione adecuadamente respecto de cómo resolver las demandas ancestrales y legítimas”.

En síntesis, los especialistas creen que no hay congruencia entre los anuncios que hace el gobierno de Chile y los hechos reales. Sin embargo, hay una sensación positiva por la promoción de la conservación con “gestos” como la donación de Tompkins Conservation, y en el caso de las áreas marinas oceánicas, está el trabajo es de dos ong internacionales como Oceana y Nat Geo que influyeron en la decisión de proteger tramos de mar en Chile.

Foto por portada: Fundación Terram.

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