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La deforestación en el mundo aumenta en la zona intertropical

  • Un análisis de datos satelitales desvela que la proporción de deforestación tropical (compuesta de desmontes de tamaño medio, grande y muy grande) aumentó entre 2001 y 2012.
  • América del Sur y el Sudeste Asiático experimentaron los mayores aumentos, con la excepción de Brasil, donde hubo un receso en grandes desmontes durante el período de referencia.

Mientras las naciones corren para mantener los bosques a pie y evitar el calentamiento global, los científicos están intentando averiguar qué actividades humanas están causando la deforestación, así como cuál es la mejor estrategia para pararlas. Un estudio publicado el pasado noviembre en la revista Environmental Research Letters aporta nuevas ideas: el estudio halla que la mayoría de la pérdida forestal en la zona intertropical se debe al desmonte de media y gran escala, sello distintivo de la agroindustria. Los investigadores que redactaron el estudio dicen que hay que hacer cambios en las políticas con el fin de reducir la deforestación para los cultivos básicos como el aceite de palma.

Para su estudio, los investigadores de la Universidad de Duke en EE. UU. analizaron los datos satelitales acerca de la pérdida de cubierta arbórea entre 2001 y 2012, datos compilados por la Universidad de Maryland. Limitaron su análisis a la zona intertropical, según la define la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Después analizaron las tendencias de cubierta arbórea con respeto a cuatro clases de deforestación: menos de 10 hectáreas, entre 10 y 100 hectáreas, entre 100 y 1000 hectáreas y más de 1000 hectáreas. Según la FAO, las chacras pequeñas y familiares en los países tropicales en desarrollo suelen talar menos de 10 hectáreas, así que los autores utilizaron este número para definir las operaciones minifundistas.

Deforestación en la Amazonía colombiana. Foto Diana Rey Melo
Revista Semana

Los datos indican generalmente que en la zona intertropical la deforestación aumentó en un 53 % entre 2001 y 2012, o sea de una media de 69 000 kilómetros cuadrados al año durante la primera mitad del período de referencia a 79 000 kilómetros cuadrados al año durante la segunda mitad.

Cuando miraron al número de casos de deforestación específicos los investigadores encontraron que más de la mitad se trataba de más de 10 hectáreas.

Esta tendencia, según escriben, se notaba más en América de Sur y en el Sudeste Asiático donde ocurrió el 79 % de la deforestación tropical. En América del Sur los investigadores hallaron que los pequeños desmontes contribuyeron al 42 % de la deforestación total en América del Sur y al 67 % en el Sudeste Asiático. En comparación los casos de desmontes pequeños contaron con más del 80 % de la deforestación total en otras regiones.

Globalmente los investigadores descubrieron que la proporción de la deforestación compuesta de desmontes “medianos”, “grandes” y “muy grandes” aumentó entre 2001 y 2012. En el Sudeste Asiático, esta cifra incrementó en un 16 %.

Ejemplo de desmonte entre 2001 y 2012 en Kalimantan, Indonesia. Imagen: Austin et al., 2007
Los cambios en la deforestación tropical entre 2001 y 2012 por país: (a) el cambio en la tasa de deforestación y (b) el cambio en la proporción de pequeños desmontes forestales (menos de 10 hectáreas). Imagen: Austin et al., 2007
la primera y la segunda mitad del período de referencia (2001-2012) para los países con más de 10 000 hectáreas de deforestación anual en (a) América del Sur y (c) el Sudeste Asiático, desglosados por tamaño del desmonte. El valor negativo para Brasil indica un descenso en la deforestación anual media. La proporción del cambio en la tasa de deforestación entre las dos mitades del período de referencia se atribuyen a cambios en cada clase de desmonte en (b) América del Sur y en (d) el Sudeste Asiático. Imagen: Austin et al., 2007

Redactan que sus conclusiones sugieren un cambio sostenido de una deforestación a pequeña escala a una a gran escala. Efectivamente los dos países con mayor proporción de grandes desmontes, a saber Indonesia y Malasia, producen el mayor pedazo del suministro mundial del aceite de palma. A medida que la industria de aceite de palma sigue expandiéndose a nuevas fronteras como África central y América del Sur, los conservacionistas se preocupan por las posibles consecuencias para los bosques y la fauna que hay dentro de ellos. Sin embargo, la expansión del aceite de palma no ha llevado necesariamente a mayor deforestación donde se puede cultivar en tierra previamente degradada.

Un posible detalle positivo que el estudio desveló es Brasil. Los investigadores hallaron que la deforestación brasileña cayó en picado entre 2001 y 2012, en gran parte debido a la reducción en los grandes desmontes. Mientras que los datos de 2016 y 2017 indican que tal vez la pérdida forestal está de nuevo aumentando, los investigadores de la Universidad de Duke declaran que las políticas de reducción de la deforestación en Brasil han sido exitosas y que estas ofrecen buenos augurios y un modelo a otros países tropicales.

“Otras palancas políticas similares pueden mostrarse efectivas para la reducción de grandes desmontes en otras regiones y en otros países, incluyendo por ejemplo los compromisos voluntarios de sostenibilidad emergentes que aspiran eliminar la deforestación de la cadena de suministro de mercancías comercializados a escala mundial como el aceite de palma”, escriben los autores.

Tala para una plantación de aceite de palma en Aceh, Indonesia.

Mientras que este estudio sirve para ilustrar los impactos y tendencias de la deforestación industrial a gran escala, los investigadores dicen que también es importante abordar los pequeños desmontes.

“Hay muchas regiones donde los pequeños desmontes siguen siendo la fuente principal de la deforestación, como la mayoría de los países centroamericanos y africanos,” añaden. “Como la conversión a pequeña escala suele hallarse dispersada en múltiples comunidades con motivaciones y principios rectores diversos, las palancas políticas para abordar este tipo de conversión son más variadas, y tienen que estar hechas a medida de los contextos locales específicos”.

Los investigadores reconocen que su estudio se centraba únicamente en el análisis del tamaño de los casos de deforestación y urgen un estudio más riguroso de sus causas específicas. Es igualmente importante destacar que el conjunto de datos que usaron no diferencia entre la deforestación natural y la tala de plantaciones de árboles, lo que quiere decir que es posible que la deforestación sea menos de lo que sus datos indican, sobre todo con respeto a los países que tienen muchas plantaciones como Indonesia. Sin embargo, los autores recalcan que verificaron este conjunto de datos de Indonesia con otro y que no se reveló ninguna discrepancia importante.

A la larga, los autores esperan que las conclusiones de su estudio ayuden a informar a los responsables políticos y allanen el camino para un mejor entendimiento de la deforestación tropical y sus efectos dañinos, como la pérdida de hábitat para la especies silvestres como los orangutanes.

“La deforestación está aumentando a través la zona intertropical, culminando en unas consecuencias bien documentadas para las funciones y los servicios de los ecosistemas”, escriben. “Para abordar de manera eficaz esta deforestación hay que respaldar las intervenciones con un mejor comprensión de lo que lleva a la pérdida forestal.

 

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