- El presidente Juan Manuel Santos afirmó que el parque natural más grande de país, ubicado en el corazón de la Amazonía, tendrá 1.5 millones de hectáreas más.
- La destrucción acelerada de los bosques aledaños a esta área protegida amenaza gravemente su conservación.
(Este artículo es una colaboración periodística entre Mongabay Latam y Semana Sostenible de Colombia)
“Le ordené al ministro Murillo que regrese mañana al Guaviare con Mindefensa (Ministerio de Defensa) y Fiscalía para controlar brotes de deforestación”, escribió el presidente Juan Manuel Santos en su cuenta de twitter al regreso del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, en donde acababa de hacer un anuncio fundamental para el futuro de ese santuario ubicado en el corazón de la Amazonía colombiana.
En una rueda de prensa improvisada encima de las rocas tapizadas con arbustos y con una impresionante cadena de montañas de piedra como fondo bordeadas por un precipicio lleno de árboles, Santos dijo que están listos los estudios para la ampliación del Chiribiquete en 1.5 millones de hectáreas, lo que convertirá a esta joya de la naturaleza, que aún permanece intacta, en una de las áreas protegidas más importantes del mundo con una extensión de 4.3 millones de hectáreas.
Pero la noticia perdió relevancia frente al panorama que pudo verse en el recorrido desde San José del Guaviare hasta el Chiribiquete. Desde el helicóptero el presidente y su comitiva, en la que estuvieron el Ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo; la directora de Parques Naturales, Julia Miranda; el empresario Alejandro Santo Domingo y el duque de Wellington acompañado de su esposa, observaron la destrucción de las selvas amazónicas en vivo y en directo.
Enormes parches sin árboles y en la mayoría de los casos convertidos en potreros vacíos y abiertos en medio del tapete boscoso dominaban el paisaje. Pero lo más impresionante fue el humo denso de por lo menos 40 incendios, que delataba que la tragedia estaba ocurriendo en tiempo real. Mientras el presidente anunciaba la ampliación del Chiribiquete, un monstruo avanzaba paralelamente devorando las selvas a su alrededor.
En este video se puede observar lo que está ocurriendo actualmente en la vereda Tierra Alta, en el municipio de El Retorno, cerca de San José del Guaviare, la capital del departamento. Esta zona está ubicada al norte del Parque Nacional Chiribiquete.
Las selvas del Guaviare están ardiendo. Cientos de incendios están devorando esa parte de la Amazonia colombiana por la acción de personas que encienden el fuego para ‘limpiar’ los terrenos de árboles y convertirlos en potreros. Muchas veces, como dice el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, con el único propósito de acaparar la tierra y esperar a que se valorice.
San José del Guaviare está ubicado al norte del Chiribiquete y es la ciudad más cercana al área protegida. La capital del Guaviare, junto a municipios cercanos como Calamar y Miraflores, figura en las alertas tempranas por deforestación que emitió cada trimestre del 2017 el Instituto de Hidrología, Metereología y Estudios Ambientales (Ideam). En el 2016, ese departamento fue el sexto más deforestado con 11 456 de las 178 597 hectáreas de bosque primario que desaparecieron en el país.
Según Omar Franco, director de esa entidad, una de las principales causas de la deforestación en esa zona es la construcción de la carretera entre Calamar y Miraflores, “que aunque es incipiente, puede constituirse en un nuevo frente de ampliación de la frontera agropecuaria”. Sin embargo, el acaparamiento ilegal de grandes extensiones se ha convertido en el verdadero motor de la destrucción acelerada de la selva.
Así lo reconoció el propio ministro Murillo cuando se le preguntó sobre el tema durante el evento en Chiribiquete, antes de que el presidente Santos le ordenara por twitter que regresara a atender el tema. “Estamos trabajando con Fiscalía y Mindefensa porque la deforestación se está dando por apropiación ilegal de tierras con gente dedicada a tumbar el bosque esperando el momento en que se valorice la tierra”, dijo.
En eso también coincide Rodrigo Botero, director de la Fundación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonía, que prestó la asesoría técnica para los estudios de ampliación del Chiribiquete. “Hay un fenómeno descontrolado de apropiación de tierras que es casi puramente especulativo porque ni siquiera las ponen a producir, pero las carreteras, la coca, la ganadería y los cultivos de cacao y de palma también están causando un gran impacto en esa zona”.
Sin embargo, Botero dice que la ampliación del Chiribiquete es un avance en el propósito de proteger los ecosistemas de todo el país. “En la nueva área ampliada, el Chiribiquete estará conectado con el Parque La Macarena y con el Sumapaz, es decir, con esto logramos que la región amazónica esté integrada con los Andes, es como tener un corredor entre el sur de Bogotá y el corazón de la Amazonía”, dice.
La noticia de la ampliación estuvo acompañada del anuncio de una inversión por 1.5 billones de pesos (500 millones de dólares) para conservación, restauración y recuperación ambiental del país provenientes de las compensaciones ambientales que pagan las empresas. Además de los recursos y las ampliaciones, que sin duda son importantes, hace falta que el Estado sea capaz de asegurar la gobernabilidad de los territorios. Sin eso, coinciden varios expertos, Chiribiquete será un paraíso protegido rodeado de tierra arrasada.
Foto de portada: Semana Sostenible.
