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Deforestación tropical: la necesidad de un ajuste de estrategia

  • El ecologista Dan Nepstad es el fundador y director ejecutivo del Earth Innovation Institute.
  • En este comentario, Nepstad defiende la creación de un apoyo gubernamental más fuerte para acabar con la deforestación en los países tropicales.
  • Sin este apoyo, puede que no sea posible frenar aún más la deforestación tropical.
  • Esta publicación es un comentario. Las opiniones expresadas son las del autor, no necesariamente Mongabay.

Nos encontramos en medio del mayor esfuerzo mundial en la historia para poner fin a la deforestación tropical, impulsado en gran medida por la importancia de los bosques tropicales para hacer frente al cambio climático. Una nueva y emocionante dimensión de este esfuerzo es el anuncio por parte de cientos de empresas sobre su intención de abastecerse únicamente de productos básicos con “deforestación cero” en lo que se refiere a las importaciones de los trópicos[i].

Lamentablemente, no se ha avanzado tan rápido como se esperaba; y como resultado, las posibilidades de evitar un catastrófico cambio climático son menores[ii],[iii].

Por un lado, estamos ganando batallas pero perdiendo la guerra. En los dos países con mega deforestación, Indonesia y Brasil, la pérdida de bosques asociada con la expansión de la producción de aceite de palma y soya ha disminuido. Sin embargo, las tasas regionales de pérdida de bosques se mantienen al mismo nivel o han aumentado (Figura 1). La deforestación en la región amazónica brasileña en 2017 fue 64 % más baja que su promedio de 1996 a 2005, pero alcanzó su nivel más bajo en 2012 y ha aumentado de manera constante desde entonces. En Indonesia, todavía no hay una tendencia descendente en la deforestación nacional o en la deforestación en Kalimantan.

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Tal como concluimos anteriormente[iv], se necesita urgentemente realizar ajustes a la estrategia. El objetivo de terminar y revertir la deforestación tropical debe integrarse en una agenda y una narrativa más amplias que puedan ganar votos para los líderes políticos más audaces que sean defensores del desarrollo sostenible en sus regiones forestales tropicales. También debe reconocer y recompensar a los agricultores, las comunidades y las empresas que están migrando a sistemas de producción sostenible en el campo. Finalmente, debe abordar la reacción antiambiental de los sectores agrícolas en las naciones de bosques tropicales, especialmente el Frente Parlamentar da Agropecuaria (también conocido como Bancada Ruralista), el bloque político más poderoso en el parlamento brasileño. Evidentemente, estos tres cambios son interdependientes. Este ensayo se centra en lo que se necesita de la acción gubernamental.

Comenzamos con una advertencia: el número de líderes políticos que se han comprometido a encaminar sus jurisdicciones de bosques tropicales hacia un desarrollo verde sostenible es aún muy pequeño y sus estrategias son aún bastante frágiles. Una de las suposiciones de este ensayo es que si los líderes políticos que están comprometidos tienen éxito, otros seguirán sus pasos.

¿Qué estrategias para desacelerar la deforestación han funcionado?

La historia de éxito más grande del mundo en la reducción de la deforestación es la de la Amazonía brasileña, donde la deforestación se ha mantenido entre 60 y 80 % por debajo de su promedio histórico a partir de 2009 (Figura 1). La disminución no se debe a que la Amazonía se esté quedando sin bosques. El 80 % del bosque todavía está en pie. El gobierno brasileño desarrolló un sistema de desempeño jurisdiccional para lograr esta reducción[v]. Se establecieron objetivos de reducción de la deforestación, 80 % hasta el 2020, para toda la región amazónica brasileña. Se desarrollaron incentivos para alcanzar esos objetivos, y se supervisó, informó y verificó el avance hacia esos objetivos con un sistema confiable y transparente. La estrategia está lejos de ser perfecta. Ha sido fuerte en lo que se refiere a los castigos pero débil en cuanto a los incentivos, lo cual es una de las razones por las que la deforestación está aumentando (Figura 1)[vi]. Las intervenciones voluntarias en la cadena de suministro, como la Moratoria de la soya de Brasil, contribuyeron a los programas y políticas implementados por los gobiernos nacionales y estatales brasileños, pero no fueron la razón principal por la cual la deforestación disminuyóiii.

El éxito de Brasil demuestra cuáles son los mayores factores que influyen en la decisión que toman millones de personas que viven o trabajan en los bosques tropicales todos los años: talar o no los árboles. Los reglamentos, las áreas protegidas y la zonificación del uso del suelo pueden influir en esta decisión, y en muchos casos lo hacen. El financiamiento público para la agricultura y la silvicultura puede determinar los tipos de actividades que son financieramente viables. Los incentivos fiscales, incluidas las políticas fiscales y comerciales, pueden favorecer un tipo de uso del suelo con respecto a otro. La ubicación y la calidad del transporte y la infraestructura energética a menudo están influenciadas por el gobierno, si es que no controladas completamente. Los gobiernos también suelen ser los únicos administradores del poder en la aplicación de la ley y la acción militar.

Todos estos poderosos factores pueden usarse para favorecer modelos de desarrollo “destructores del bosque” o “sostenibles”. Y ese es el meollo del desafío de la deforestación tropical. ¿Cómo es que más líderes políticos y gobiernos en las regiones forestales tropicales elegirán el camino de la sostenibilidad?

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La respuesta es engañosamente simple: enmarcando el desafío de la deforestación tropical de tal manera que se pueda obtener el apoyo de la mayoría de votantes.

El éxito político de los líderes del gobierno en los sistemas políticos democráticos está determinado por los votantes y los intereses especiales. En todo el mundo, los ciudadanos generalmente emiten sus votos a favor de los candidatos políticos y los partidos políticos que creen que representan y defienden mejor sus intereses. Sucede lo mismo en las regiones forestales tropicales.

Uno de nuestros desafíos clave en la actualidad es que la mayoría de los votantes en las regiones forestales tropicales creen que les irá mejor con más deforestación, en lugar de menos. La abrumadora evidencia científica de que los bosques tropicales son cruciales para la estabilidad del clima global y regional, el control de las inundaciones, la filtración del agua, la conservación de los suelos, la polinización y otros servicios ambientales que mejoran las vidas de los residentes de las regiones de bosques tropicales es menos convincente y “real” que la simple métrica que cualquier persona que posee o pretende poseer tierras sabe muy bien: la tierra forestal tiene menos valor que la tierra deforestada.

Deforestación en el departamento de Chocó, Colombia. Foto: Rhett A. Butler
Deforestación en el departamento de Chocó, Colombia. Foto: Rhett A. Butler

Veamos el ejemplo del dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más importante. El valor del carbono de los bosques tropicales es enorme, pero aún no está monetizado, y como resultado, los bosques tropicales en pie no compiten con los beneficios económicos inmediatos de la conversión de los bosques a la producción agrícola y ganadera. Las ~300 toneladas de carbono (1100 toneladas de CO2eq) almacenadas en la madera de una sola hectárea de bosque amazónico valen $33 000 en daños evitados a la economía global causados por el cambio climático[vii]. Por el contrario, una hectárea de tierra de pastoreo en la Amazonía que admite una sola vaca vale $500 aproximadamente; una hectárea de bosque vale mucho menos.

La agricultura y la ganadería son solo algunos de los intereses económicos que buscan abrir las regiones de bosque tropical al desarrollo. Ya sea que el recurso utilizado se refiera al suelo, la madera, los minerales o hidrocarburos, el grupo de presión que anuncia “deforestación = desarrollo” es grande y poderoso, y muy activo durante las elecciones presionando a los gobiernos a atender sus intereses.

Entonces, si el desarrollo sostenible y la agenda de los bosques tropicales deben competir con la abrumadora propaganda con la que los grupos de presión “destructores” llegan a los hogares de los votantes y con la influencia directa de estos grupos de presión en los líderes políticos, ¿hay alguna esperanza?

Sí.

Peru. Por Rhett A.Butler / Mongabay
Peru. Por Rhett A.Butler / Mongabay

Construir un caso para la acción gubernamental: cuatro pasos

A continuación, se presentan cuatro maneras de desarrollar el caso para la acción gubernamental para terminar con la deforestación tropical. Todos estos cambios están en marcha y forman parte de un nuevo paradigma emergente en la conservación de los bosques tropicales y el desarrollo sostenible e inclusivo llamado “sostenibilidad jurisdiccional”, descrito en un reciente “manual básico para profesionales”.

1. A la comunidad internacional: encuentren una narrativa de las estrategias para poner fin a la deforestación tropical que pueda ganar votos en las regiones forestales tropicales.

El grito de batalla de una facción puede significar la ruina para otra.

La “deforestación cero” se ha convertido en un grito de batalla internacional para abordar la deforestación tropical. Fuimos uno de los primeros colaboradores de este grito con nuestro artículo titulado “The end of deforestation in the Amazon”[viii].

Desde entonces, hemos aprendido cómo la frase “deforestación cero” puede alejar a aliados cruciales. Para lograr la “deforestación cero” quizás sea necesario hablar de ello de una forma distinta.

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Para los agricultores brasileños que se preocupan por la conservación y que han conservado más bosque de lo que exige la ley, la “deforestación cero” significa que sus tierras valen menos dinero que las de sus vecinos que talaron más de lo que la ley les permitía, generalmente sin ninguna consecuencia negativa.

Para las familias y comunidades de las regiones forestales tropicales de todo el mundo que dependen de la agricultura de tala y quema y de barbecho para sobrevivir, las palabras “deforestación cero” pueden significar la exclusión de los mercados, la marginación económica y un mayor riesgo de quedarse sin alimentos.

Para los gobiernos y los líderes políticos de las regiones de bosques tropicales, el apoyar la “deforestación cero” podría ser visto por sus electores como haber cedido a la presión internacional de renunciar a la prosperidad que fluye del “abrir las tierras”, prosperidad que la mayoría de las naciones industrializadas disfrutan en sus propios territorios nacionales.

Deforestación registrada al pide de la Carretera Interoceánica en Perú. Foto: Rochi León.

La narrativa más poderosa para que los líderes políticos que están decididos a desacelerar, terminar y eventualmente revertir la deforestación ganen votos en las regiones forestales tropicales es bastante simple en un nivel: “Tendremos más trabajos, más oportunidades de educación y prosperidad económica, mejores servicios de salud, una mayor justicia social, aire más limpio y agua más limpia a través de nuevas economías verdes que sanan la tierra, sus bosques, sus pesquerías”.

Esta narración no es un sueño imposible. Está siendo usada hoy. Por citar un ejemplo, en 1998, el gobernador Jorge Viana lanzó el concepto de “Florestania (Ciudadanía forestal)” en el estado de Acre en la Amazonía brasileña, el cual fue moldeado y desarrollado por dos administraciones posteriores, incluido el hermano de Jorge, Tião, el actual gobernador[ix]. La mayoría de los votantes de Acre creen que les va mejor con esta vía de desarrollo verde que con la alternativa, aunque las elecciones de octubre de 2018 serán una nueva prueba. Los ciudadanos y negocios de Acre ahora están conectados a Perú a través de la nueva carretera interoceánica, se enorgullecen de que su estado esté a punto de acabar con el analfabetismo, los servicios de salud estén mejorando, el PIB esté aumentando, los escolares obtengan mejores calificaciones en pruebas educativas y las comunidades forestales tengan mayores ingresos. El éxito del Estado en la desaceleración de la deforestación está integrado con esta visión más amplia de desarrollo verde.

Y sectores clave del gigante estado agrícola de Mato Grosso de la Amazonía brasileña, descubrieron que en pocos meses es posible lograr una definición compartida de éxito a nivel estatal para enfrentar la deforestación, cultivar más alimentos y apoyar a los pequeños agricultores. La falta de una definición compartida de éxito es una barrera sorprendentemente importante para avanzar en el campo. Si Mato Grosso alcanza sus objetivos, la “Estrategia de Producir, Conservar e Incluir” (PCI), que apenas comienza a atraer inversiones, alcanzaría una deforestación neta cero para el año 2030, manteniendo 6 mil millones de toneladas de dióxido de carbono fuera de la atmósfera. La viabilidad política de la apuesta del gobernador Pedro Taques sobre el PCI también será puesta a prueba durante las elecciones de octubre.

En Perú, la “Coalición Público-Privada por un Desarrollo Rural Bajo en Emisiones” se lanzó en el departamento de San Martín en agosto pasado con más de 45 organizaciones, entre ellas empresas, federaciones de agricultores, gobiernos regionales y organizaciones no gubernamentales. Esta coalición se ha comprometido a resolver la deforestación tropical y, al mismo tiempo, a aumentar la producción agrícola y reconocer los derechos de las comunidades forestales.

2. A las empresas comprometidas con la sostenibilidad: vayan más allá de las promesas unilaterales de “deforestación cero” para desarrollar alianzas con las autoridades regionales y los sectores agrícolas

La oleada de compromisos corporativos de “deforestación cero” y planes de implementación es una oportunidad enorme para fomentar disminuciones en gran escala en la deforestación tropical, pero también conlleva riesgos considerables, tal como lo revisamos en una publicación de 2016 titulada “Making corporate deforestation pledges work” y que ha sido reportada recientementeii. Para traducir estos compromisos en impactos positivos para los bosques tropicales y proporcionar el capital que los líderes políticos progresistas necesitan para lograr sus objetivos de sostenibilidad, se necesitan alianzas de colaboración con los gobiernos regionales y los sectores agrícolas de las regiones productoras.

En las primeras etapas de una colaboración, una reunión entre un gobernador y un líder empresarial que genere una foto, un titular y una narrativa de “sostenibilidad es igual a nuevas oportunidades” puede contribuir a este capital político. Con el tiempo, las sesiones fotográficas deben mostrar las asociaciones reales que están llegando a buen término y los beneficios de estas asociaciones para los ciudadanos de un estado o provincia.

Las asociaciones en sí mismas no dependen de grandes cantidades de dinero. Por ejemplo, la asociación de Unilever con el Distrito de Kotawaringin Barat en Kalimantan Central, Indonesia, intermediada por el instituto de investigación sin fines de lucro INOBU, ayudó a mapear las granjas de miles de pequeños agricultores mediante una inversión modesta, permitiendo que estos agricultores ingresen a la economía formal y accedan a programas agrícolas del gobierno. Un bloque de estos agricultores recientemente obtuvo la certificación de aceite de palma sostenible bajo la RSPO, y vendió sus certificados RSPO, proporcionando una importante inyección de capital. Los beneficios tangibles de la sostenibilidad se dejan sentir en un creciente número de residentes de Kotawaringin Barat.

La ganadería ha incrementado la deforestación, como sucede en la Reserva Indio Maíz de Nicaragua. Foto: Onda Local

Asociarse con los gobiernos de los bosques tropicales es cada vez más fácil. Algunas de las oportunidades para asociarse con gobiernos en regiones de bosques tropicales que son miembros del Grupo de Trabajo de Gobernadores sobre el Clima y los Bosques (GCF) pueden consultarse en la plataforma GCFImpact.org, junto con los volúmenes de producción de más de sesenta cultivos agrícolas y forestales, y las políticas, programas, compromisos y otras innovaciones emprendidas por el gobierno. A finales de este año, la Secretaría del GCF pondrá en marcha el “Fondo de Innovación del GCF” en colaboración con el PNUD y Noruega, proporcionando financiación crítica a los gobiernos miembros del GCF para mejorar e implementar estrategias para el crecimiento verde y proporcionar un medio eficiente y responsable para que las empresas hagan donaciones a las regiones de donde obtienen suministros, mostrando su compromiso con la sostenibilidad.

3. A los gobiernos forestales tropicales: creen la claridad normativa y la eficiencia administrativa que atraerá a los inversores y socios comerciales

Las señales del mercado de compradores de productos básicos agrícolas, por sí solas, no son suficientes para llevar a cabo la transición al desarrollo sostenible. Para atraer a los votantes a la conservación de los bosques tropicales, es esencial mostrar evidencia tangible de que el camino hacia la sostenibilidad también es el camino hacia la prosperidad, una mejor educación y una mejor atención de la salud. En las regiones de bosques tropicales, esto significa dar rienda suelta a la creatividad y al poder de la economía verde para crear nuevas empresas que generen riqueza y empleos de una manera que refuerce el progreso.

Pero, ¿cómo influye la deforestación en la inversión verde?

Los inversionistas verdes evitan las regiones de bosques tropicales donde los riesgos de estar asociados con deforestación desenfrenada, regímenes de incendios forestales descontrolados, abusos contra los derechos humanos, trabajo forzado o extracción destructiva de minerales son altos. También evitan las regiones con exceso de formalidades burocráticas o corrupción.

Por otro lado, los inversionistas verdes se sienten atraídos por las regiones y los proyectos con bajo riesgo, alta eficiencia y rendimientos potencialmente altos de la inversión. Se sienten atraídos por las regiones que tienen gobiernos fuertes comprometidos con la conservación del medio ambiente, la justicia social y la transparencia. Se sienten atraídos por las regiones donde los incentivos fiscales y administrativos favorecen el establecimiento de nuevas empresas comerciales sostenibles. Buscan reglas claras que sean aplicadas de manera justa. Quieren ser capaces de contar una historia de esperanza y optimismo sobre los impactos de sus inversiones.

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4. A las ONGs y donantes: no se olviden de los incentivos

Es extraordinariamente difícil ser un agricultor, un administrador forestal o un pescador comprometido con las prácticas de producción sostenible en una frontera de deforestación tropical activa. Primero, estos productores deben enfrentar los obstáculos de la burocracia regional. El cumplimiento de regulaciones gubernamentales complejas a menudo es difícil y costoso; los productores que logran cumplir con las regulaciones pueden ser vistos como objeto de sanciones por parte de los agentes encargados de hacer cumplir la ley. Las presiones externas pueden presentar barreras adicionales. Cuando las definiciones internacionales de sistemas de producción “sostenible” son prohibitivamente caras de alcanzar o prohibitivamente riesgosas si se es un agricultor pobre del margen forestal que depende de la agricultura migratoria, muchos productores optan por el camino de menor resistencia: las prácticas insostenibles.

Una estrategia de bosques tropicales positiva y que atraiga votos superaría este desafío central de dos maneras. En primer lugar, buscaría soluciones regionales a gran escala para la deforestación tropical que proporcionen caminos viables para que las familias y las comunidades que dependen de la agricultura migratoria puedan superar su dependencia de la deforestación. Reconocería y celebraría a los productores que han dado pasos audaces hacia el cumplimiento legal (que es algo que la Moratoria de la soya de Brasil de 2006 no hizo). Abordaría las diferentes circunstancias de los actores del paisaje actual para desarrollar mecanismos con un matiz cultural para encaminarlos hacia el mantenimiento de los bosques y la restauración de la gestión del suelo. El éxito de Brasil para desacelerar la deforestación en la Amazonía se logró principalmente a través del miedo de los agricultores: de ser excluidos de los mercados y del crédito, o de ser multados o encarcelados (ver reseña sobre Scienceiii). El siguiente paso debe ser construir el orgullo de los agricultores.

Cuando respetan la ley, los productores orientados a la sostenibilidad se dan cuenta que sus esfuerzos son reconocidos, que hay beneficios tangibles de su adopción de prácticas de producción sostenible y de conservación forestal, y cuando comprenden que sus comunidades y regiones gozarán de mayor prosperidad, mejor educación y mejores servicios de salud a través de una agenda de sostenibilidad, persistirán.

Y otros seguirán su camino.

Sarawak. Por Rhett A. Butler / Mongabay.

Conclusión

Los bosques tropicales podrían asumir la cuarta parte de las reducciones de emisiones necesarias hasta el 2030 para evitar un cambio climático catastróficoi. Para hacer realidad este potencial, se necesita urgentemente una revisión de las estrategias prevalecientes para desacelerar y eventualmente revertir la deforestación. La deforestación tropical debe integrarse en una visión más amplia de desarrollo verde, que se convierta en una fuente de orgullo regional y sea ampliamente reconocida como el mejor camino hacia la prosperidad, el crecimiento económico y una mejor calidad de vida. Debe ser parte de una visión que pueda ganar elecciones.

Agradecimientos: Este ensayo fue apoyado por una subvención de Norad para el Earth Innovation Institute. João Shimada, Silvia Irawan, Juan Ardila, Triyoga Widiastomo, John Watts, David McGrath, William Boyd, Claudia Stickler, Mónica de los Ríos Leal, Charlotta Chan y Danielle Knight aportaron importantes sugerencias e ideas.

[i] Lambin, E. et al. 2018. The role of supply-chain initiatives in reducing deforestation. Nature Climate Change https://doi.org/10.1038/s41558-017-0061-1

[ii] Griscom, B. et al. 2017. Natural climate solutions. PNAS www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1710465114

[iii] Nepstad, D et al. 2014. Slowing deforestation in the Amazon through public policies and interventions in beef and soy supply chains. Science 344:1118-1123.

[iv] Nepstad, D. et al. 2014. Slowing Amazon deforestation through public policy and interventions in beef and soy supply chains. Science 344:1118-1123; Nepstad, D. C., W. Boyd, C. M. Stickler, T. Bezerra, and A. A. Azevedo. 2013. Responding to climate change and the global land crisis: REDD+, market transformation and low-emissions rural development. Philosophical Transactions of the Royal Society B-Biological Sciences 368

[v] El sistema de desempeño jurisdiccional o el sistema de desempeño territorial fue presentado por primera vez en Nepstad et al. 2014 Carbon Management. Véase también Nepstad et al. 2014, Science.

[vi] Nepstad, McGrath, Stickler, Alencar, et al. 2014 Science.

[vii] Asumiendo, conservadoramente, que una tonelada de CO2 causa alrededor de $30 en daños a la economía global. Consulte “The Social Cost of Carbon”, Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU., 2017.

[viii] Nepstad et al. 2009. The end of deforestation in the Brazilian Amazon. Science 326:1350-1351.

[ix] Aunque Acre es pequeño para los estándares brasileños, tiene apenas 160,000 kilómetros cuadrados, es tres veces el tamaño de Costa Rica.

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