Ya sea buscando tiburones ballena en México, observando jaguares en la selva peruana o calculando escenarios sobre el futuro de nuestra humanidad, los científicos que entrevistamos están obsesionados con el conocimiento. Para ello no dudan en pasar 20 horas marcando peces en los ríos o en instalar cientos de cámaras trampa para observar la fauna amazónica y conocer más de nuestros ecosistemas. ¿Cómo lo lograron? Estas son sus historias
Perú: José Luis Mena
El año pasado, un equipo científico liderado por José Luis Mena, instaló 72 estaciones de monitoreo en uno de los ecosistemas más fascinantes de la Amazonía peruana, el bosque tropical de Tahuamanu. Cada estación de monitoreo tenía una cámara trampa y un grabador de audio que registraron ininterrumpidamente durante dos meses la vida íntima de los animales. Los resultados fueron extraordinarios: majestuosos jaguares aparecían tomando una siesta frente a la cámara, venados colorados andaban distraídos frente a las estaciones y pintorescos tapires y sus crías se dejaban ver mientras caminaban tranquilamente.
México: Dení Ramírez Macías
Cada uno de los puntos que tienen los tiburones ballena en su cuerpo forman un patrón único, son como una huella digital que no se repite nunca. “Es como si cada tiburón ballena tuviera un rostro diferente”, dice Dení Ramírez, una experimentada bióloga marina dedicada a estudiarlos desde hace más de 15 años. Por eso, cuando nada junto a ellos en la bahía de La Paz, en México, no solo los marca con un código científico, sino que además les da un nombre, los bautiza.
Bolivia: Soraya Barrera Maure
Imagine pasar 20 horas continuas, sin dormir ni descansar, marcando peces en medio de la noche en el río Pilcomayo. O ir a hacer investigación a pueblos alejados y que las comunidades la confundan con funcionarios del gobierno que quieren subir los impuestos. Así es la vida de un científico, así es la vida de Soraya Barrera Maure, una experimentada ictióloga boliviana que se ha dedicado a conocer, al derecho y al revés, los ríos, las cuencas y los peces de la Amazonía de su país.
Chile: Pablo Marquet Iturriaga
El científico chileno Pablo Marquet Iturriaga afirma que llegó a la ciencia por un afortunado ‘accidente’, pues su vocación la descubrió apenas cuando estaba en el colegio gracias a un profesor de biología. El accidente fortuito se convirtió en una carrera en el mundo de la biología marina, y el joven escolar se convirtió en un reconocido científico. De hecho, el último trabajo de Marquet, fue publicado en la Philosophical Transactions of the Royal Society, una de las revistas científicas más importantes del mundo.