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Perú: ¿conservación marina versus actividad petrolera?

  • Actualización. El Ministerio de Energía y Minas derogó los decretos supremos que permitían la exploración y explotación de cinco lotes petroleros en el mar del norte de Perú.
  • Expertos alertaron sobre posibles daños a especies marinas como tiburones, ballenas y peces y lamentan que se postergue la creación de zonas reservadas.

A dos meses de su cuestionada aprobación, los decretos supremos que autorizaban la exploración y explotación de cinco lotes petroleros en el mar de Tumbes, Piura, Lambayeque y Ancash fueron derogados hoy por el Ministerio de Energía y Minas.

Entre los considerandos expuestos en la norma se explica que la anulación de estos decretos responde a la necesidad de “diseñar y materializar mecanismos que garanticen los derechos de acceso a la información y de participación ciudadana en la toma de decisiones vinculados a los asuntos públicos, como es el caso del aprovechamiento sostenible de los hidrocarburos”.

Por ello, el decreto también establece un plazo de 120 días, contados a partir de mañana jueves 24 de mayo, para que se apruebe un reglamento de participación ciudadana para la realización de actividades de hidrocarburos.

En sus dos meses de vigencia, esta norma había generado polémicas y protestas de los pescadores de las regiones del norte, además de duras críticas por haber sido aprobada por el ex presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, el mismo día que firmó su renuncia. Aquí explicamos por qué fueron tan criticados.

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Antes de partir

 

El mismo día que Pedro Pablo Kuczynski firmó su renuncia a la presidencia del Perú, firmó también cinco decretos supremos que autorizan contratos de exploración y explotación de cinco lotes petroleros en el mar del norte del Perú con la empresa Tullow Peru Limited Sucursal del Perú.

La decisión tomada por el ahora expresidente del Perú fue cuestionada por diversos especialistas, quienes alertan sobre los riesgos ambientales que significaría la instalación de pozos petroleros en una zona marina tan biodiversa y sensible. Por otro lado, se critica el momento y las características de la entrega de los lotes Z-64, Z-65, Z-66, Z-67 y Z-68 que representan 2 320 000 hectáreas de mar ubicados frente a las costas de las regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque y Ancash.

La pesca artesanal y el ecoturismo del norte están afectados por la explotación petrolera. Foto: Oceana
Pescadores artesanales del norte del Perú están preocupados por los riesgos de las actividades petroleras sobre la biodiversidad. Foto: Sandra Otoya /Oceana

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Riesgos  que no se han tomado en cuenta  

 

Para Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana, la explotación petrolera en el mar es controversial debido a las perforaciones y al movimiento de toneladas de sedimentos marinos profundos que implica esta actividad.

“Una operación petrolera en el mar del norte, entre Tumbes y Piura, representa un gran riesgo para la biodiversidad que esperamos conservar. Se debe reflexionar si es conveniente para el país que exploten una zona en la que se pone en riesgo la sostenibilidad de la pesquería más importante del país y una actividad turística que mueve en parte la economía de estas regiones”, señala Riveros. Según el director científico de Oceana, el sector del mar de Tumbes y Piura es una zona de explotación de especies pelágicas que sustentan a la industria pesquera del país y que mueve entre 1.8 a 2 millones de dólares al año.

Yuri Hooker, coordinador del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, precisa que, efectivamente, los lotes otorgados por el Estado peruano se ubican en áreas de intensa actividad pesquera artesanal e industrial y por lo tanto la preocupación del impacto en las pesquerías está más que justificada.

El Lote Z-65 se encuentra rente a las costas de Paita y Sechura de la región Piura. Fuente: El Peruano.
El Lote Z-65 se encuentra rente a las costas de Paita y Sechura de la región Piura. Fuente: El Peruano.

Hooker explica que, por ejemplo, el lote Z-65  se ubica frente a la bahía de Sechura, donde se desarrolla acuicultura de moluscos, así como frente a la Isla Foca, una zona única que también se ha propuesto como área protegida. “Al sur está la península de Illescas, rica en pesca y acuicultura de alta tecnología; y las islas Lobos de Tierra, que alberga el banco natural más grande de conchas de abanico del país. Este lote, sumado a otros que ya existen en aguas costeras, supone un incremento sustancial de riesgos de un derrame de petróleo que, en un área tan sensible, sería una tragedia ambiental de gran magnitud y pérdidas inimaginables para la acuicultura y la pesca nacional”. Similares característica —dice el experto— tiene el lote Z-64, ubicado en el mar de Tumbes, frente a Punta Sal.

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Conservación marina en el olvido

 

La decisión en entregar estos lotes petroleros el mismo día que el presidente firmaba su renuncia ha causado desconfianza sobre la transparencia de la negociación. Gabriel Quijandría, director Regional de Andes-Amazonía Norte en Conservation Strategy Fund y exviceministro del Ambiente, considera que esta decisión debió dejarse a la nueva administración que acaba de asumir el gobierno.

Quijandría manifiesta que esta decisión fue un mensaje evidente de la gestión anterior sobre la priorización de  la explotación de hidrocarburos sobre la conservación marina. “Durante años han pedido evidencia científica que asegure que no se dañará el material productivo de las áreas petroleras cuando se establezca la reserva Mar Pacífico Tropical y, la entrega de estos lotes lo hicieron en poco tiempo”, agrega con referencia al proyecto de creación de una zona reservada en el mar del norte del Perú, cuyo destino es actualmente incierto. La primera propuesta fue oficialmente archivada pero desde el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) se ha reiterado el propósito de crear una área natural protegida en la zona.

Las ondas sonoras que  se producen durante la prospección sísmica afecta la biodiversidad marina. Foto. Mario Gomi /Oceana
Las ondas sonoras que  se producen durante la prospección sísmica afecta la biodiversidad marina. Foto. Mario Gomi /Oceana

La primera propuesta de creación de una zona reservada llamada Mar Pacífico Tropical incluía cinco zonas de gran biodiversidad marina. Cuatro de ellas ubicadas dentro de las cinco millas marinas del mar peruano, y una quinta, el Banco de Máncora, a 40 millas de la costa. Este último sector está superpuesto con el lote petrolero Z-38, entregado con anterioridad a la empresa Karoon, de capitales australianos.

Hasta el momento, Karoon no ha iniciado operaciones. En junio de 2014, anunció que se había acogido a la denominada “fuerza mayor”, un mecanismo legal que permite a las concesiones de los sectores de energía e hidrocarburos suspender sus actividades por factores externos que les impiden cumplir con sus compromisos con el Estado.

“Karoon no ha sido capaz de avanzar el proyecto cuando el barril de petróleo estaba a 100 dólares, ¿cómo lo hará ahora que el petróleo bajó a la tercera parte de su precio? Es engañarnos, no van a desarrollar el proyecto, no puede”, cuestiona Quijandría.

La empresa Karoon tiene suspendidas sus operaciones del lote Z-38 en el mar del norte del Perú, frente a las costas de Tumbes. Foto: Internet
La empresa Karoon aún no ha iniciado operaciones en el lote Z-38 del mar del norte del Perú, frente a las costas de Tumbes. Foto: Internet

De acuerdo con el biólogo Yuri Hooker “el Estado no ha tenido interés en crear el área marina protegida. ¿El motivo?, intereses de explotación petrolera en lotes ya adjudicados años antes”. Hooker señala que durante más de 20 años se ha estudiado esa área costera, comprobándose que alberga una increíble biodiversidad y representa más del 70 % de la variedad biológica del mar peruano con un enorme número de especies endémicas, únicas en el mundo.

Agrega que prácticamente todo el litoral peruano, hasta los 200 metros de profundidad, está concesionado a las petroleras. “Estos nuevos lotes solo están parchando zonas de mar aún sin adjudicar, pero prácticamente todo el resto, hasta la orilla, ya tiene concesiones anteriores”.

Ronald Ruiz, gerente regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, de la región Piura, también manifiesta su preocupación sobre las nuevas concesiones. “Hemos seguido un proceso con el gobierno para el reconocimiento de cuatro áreas en el mar de Piura, que corresponden a la zona reservada de Mar Pacífico Tropical. Esperamos que el Sernanp (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas) logre nuevamente ponerla en agenda pues se trata de una apuesta para conservar y proteger los ecosistemas marinos”. Ruiz menciona que durante el proceso de solicitud de creación de la reserva marina existió oposición de una parte del sector de hidrocarburos que consideraba el área natural protegida como una amenaza a sus operaciones. Mencionó además que la empresa Karoon sigue inactiva en el lote Z-38, y que, según su apreciación, no parecen tener planes inmediatos de continuar.

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Actividades paralizadas

 

Vale mencionar un aspecto importante sobre la relación de Karoon y Tullow Peru Limited Sucursal del Perú. En enero de este año, la empresa Karoon y Tullow Perú —que acaba de recibir en adjudicación los cinco lotes petroleros en el norte— llegaron a un acuerdo de arrendamiento por el 35 % de la participación de Karoon en el lote Z-38.

Esta asociación ha despertado más dudas sobre el desarrollo del proyecto que se acaba de entregar en el norte. Para Gabriel Quijandría se trata de empresas que especulan con estas concesiones. “Son empresas que no tienen capacidad de desarrollar los proyectos y esperan hasta que los precios suban para venderla a un operador con capacidad para realizar las operaciones. Inmovilizan el territorio para cualquier beneficio y tienen un respaldo legal por la normatividad vigente”.

El Lote Z-64 se encuentra ubicado en el zócalo continental frente a las costas de la región Tumbes. Fuente: El Peruano.
El Lote Z-64 se encuentra ubicado en el zócalo continental frente a las costas de la región Tumbes. Fuente: El Peruano.

Agrega que la política de desarrollo de hidrocarburos en Perú debería tener más cuidado en la búsqueda de operadores que puedan desarrollar los potenciales proyectos y no aceptar empresas de mediana o pequeña escala que se dedican a  especular.

Juan Carlos Riveros, de Oceana, agrega: “Karoon tiene un lote que se superpone con la propuesta de reserva del mar tropical, tiene casi cinco años y no ha movido un dólar, eso es especulación. Maneja un capital muerto pero lo tiene en sus archivos contables”. Riveros teme que en cinco o diez años existan lotes por todos lados con compañías que especulan, impidiendo la creación de áreas protegidas.

Mongabay Latam se comunicó con Tullow Oil con sede en el Reino Unido, casa matriz de Tullow Perú, para tener su versión del tema, pero hasta el cierre de esta edición no respondieron a las preguntas que pidieron se les envíe por correo electrónico. De igual forma, contactamos con la oficina de Karoon en Lima, cuyo representante manifestó que la gerencia de la empresa se comunicaría con nosotros. No obstante, confirmó que las operaciones en el lote Z-38 continúan suspendidas.

El mar del norte del Perú alberga el 70% de la biodiversidad marina del país. Foto: Mario Gomi / Oceana
El mar del norte del Perú alberga el 70 % de la biodiversidad marina del país. Foto: Mario Gomi / Oceana

En tanto, los integrantes del grupo parlamentario Nuevo Perú han preparado un proyecto de ley para derogar los cinco decretos supremos que entregan los lotes petroleros a la empresa Tullow Perú. En el documento se señala que se ha “entregado ilegalmente 2 319 802.041 hectáreas del mar peruano, en una de las zonas estratégicas de reproducción de la riqueza mundial de especies marinas y eje de la actividad pesquera nacional”.

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Los riesgos de la actividad petrolera en el mar

 

El director científico de Oceana explica los riesgos de la prospección sísmica, una técnica que utiliza el sonido para ubicar el hidrocarburo en las rocas marinas. “Está demostrado que la sísmica impacta en la vida marina, pues genera ondas que afecta a ballenas, delfines y cardúmenes de peces. En el caso de los cetáceos, las ondas causadas por la sísmica afectan sus órganos auditivos y puedan destruirlos e, incluso, producir su muerte”.

Agrega que a diferencia de los que ocurre en tierra, donde es posible ahuyentar a los animales que habitan en la zona de exploración petrolera; en el mar no es posible hacerlo, pues las excavaciones se realizan a grandes profundidades de 300 o 400 metros y no se puede ver directamente qué está sucediendo en ese sector marino.

Aldo Pacheco, investigador del Instituto de Ciencias Naturales Alexander von Humboldt, de Chile, se refiere a la exploración sísmica como la etapa más preocupante para los cetáceos, puesto que ballenas y delfines dependen de la transmisión de sonido en el mar para llevar a cabo actividades de socialización, conformación de grupos para apareamiento y busca de presas. “Las ondas sonoras de gran magnitud perturban estos procesos. En los delfines pueden romper sus huesillos auditivos, causando la pérdida del sentido de orientación, y podría ocasionar la muerte. Las especies de delfines de superficie pueden escapar porque la onda sísmica se proyecta hacia el fondo del mar, sin embargo, especies como los Ziphios, que son de profundidad, estarían inmediatamente afectados”.

Actividades económicas como la pesca y el turismo resultarían afectadas por la explotación petrolera, según los expertos. Foto. Oceana
Actividades económicas como la pesca y el turismo resultarían afectadas por la explotación petrolera, según los expertos. Foto. Oceana.

Por otro lado, al biólogo Yuri Hooker le preocupa también la situación de los peces e invertebrados que viven en los arrecifes rocosos de áreas profundas sobre los que la prospección sísmica también opera. “Esos peces, además de crustáceos, moluscos, corales y otros, no pueden huir pues viven en lugares específicos y los parámetros que exige el Estado para los estudios de impacto ambiental son insuficientes, pues no hay absolutamente nada para evaluar este tema. En la mayoría de los casos solo analiza los fondos marinos blandos (fango o arena), pero sobre fondos rocosos no se evalúa nada”.

Hooker menciona también que los pescadores advierten la ausencia de pesca después de una prospección, pero que ello debe probarse científicamente para que los datos y resultados puedan ser considerados legalmente.

Además de los riesgos de la etapa de exploración, Hooker explica los problemas de la explotación. En ese período —señala el biólogo— las plataformas petroleras se convierten en enormes arrecifes artificiales llenos de vida, donde se refugian hasta peces amenazados. Sin embargo, el peligro de accidentes y derrames está presente y en caso de ocurrir, la respuesta no siempre es la adecuada, como sucedió cuando explotó una plataforma frente a Zorritos, recuerda el experto. “Se usó dispersantes para eliminar el petróleo de la superficie. Eso es como esconder la basura bajo la alfombra. El dispersante aglomera el combustible y lo hace pesado, por tanto, se va al fondo del mar donde se acumula y mata todo”.

La Islilla, en Paita, Piura, está cerca de la isla Foca, que ha sido propuesta como área protegida. Foto: Oceana
La Islilla, en Paita, Piura, está cerca de la isla Foca, que ha sido propuesta como área protegida. Foto: Oceana

Por su parte, Juan Carlos Riveros, de Oceana, se refiere al problema que genera el traslado de los sedimentos del mar durante la etapa de explotación. Explica que estos pueden ser transportados a tierra firme, o pulverizados y dejados en el mar. “Si se deja en el mar, son miles de toneladas de sedimentos que las corrientes en el norte arrastrarán hacia las conchas de abanico y otras especies. Los impactos pueden ser muy serios”, asegura.

También manifiesta su preocupación sobre el control y vigilancia de las operaciones por parte del Estado. “Si como país no tenemos la capacidad de controlar las 200 millas de manera sistemática, ¿cómo vamos a vigilar una operación a más de 100 kilómetros de la costa?. Lo que se está haciendo es dar un pedazo del país a una compañía para que lo administre alejada de los ojos de todo el mundo y que hará lo que pueda o lo que crea conveniente en los próximos años. Esto no tiene sentido”.

“Tenemos una nueva ministra del Ambiente —Fabiola Muñoz— que conoce muy bien temas de conservación y uso sostenible de recursos, por lo que esperamos se pueda mejorar los procedimientos en los estudios de impacto ambiental marinos”, finaliza Hooker.

Foto portada: Hiroshi Ogino / Oceana

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