En el distrito puneño de Alto Inambari se han identificado 18 puntos de minería ilegal que colindan con la zona de amortiguamiento del parque.En Massiapo, la capital del distrito, se concentra la mayor cantidad de tráfico de combustible que está destinado, en su mayoría, a la extracción ilícita de oro.Comisión regional de Puno contra la minería ilegal evalúa declarar zona de exclusión minera al área de amortiguamiento del Bahuaja Sonene. Hay lugares que se mantienen mejor en nuestra memoria. Es lo que suele repetir David Araníbar, jefe del Parque Nacional Bahuaja Sonene, cuando piensa en Alto Inambari, un distrito que queda a siete horas de la ciudad de Puno, en Sandia. Araníbar creció en esa parte de la selva puneña y aún recuerda cómo veía a los bagres, a esos gigantes de agua dulce, bajando a grandes velocidades por el río Inambari y a las nutrias saliendo por las cuencas pequeñas para atraparlos, alimentarse y jugar. Han pasado muchos años desde la última vez que vio una nutria en la zona. Las orillas del Inambari, la ruta más usada por esta especie, ahora están ocupadas por rumas de arena, ruidosas retroexcavadoras y barriles de mercurio, un panorama transformado por la minería ilegal. Mientras la población de nutrias sigue cayendo, los puestos de venta ilegal de combustible van en ascenso, lo que facilita la actividad minera en la zona. En efecto, la fiscalía provincial especializada en Materia Ambiental de Puno identificó, en una inspección realizada a fines del año pasado, 36 puntos de minería ilegal en la cuenca del río Inambari, 18 de ellos en el distrito de Alto Inambari. Gran parte de estos focos de operación ilegal están ubicados en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, a dos kilómetros del área protegida. A simple vista, el ingreso de la minería ilegal al parque parece inminente.