- Con la declaratoria de Cinaruco como área protegida, bajo la figura de Distrito Nacional de Manejo Integrado, se incluye un ecosistema de sabanas inundables, bosques de galería y bosques riparios que no estaban protegidos antes en el país.
- Las sabanas inundables de Arauca son ecosistemas estratégicos en la regulación de cuerpos de agua como ríos y lagunas, así como en el clima de la Orinoquia. Esta área protegida permitirá el uso sostenible del ecosistema por parte de las comunidades que habitan allí.
Desde el 1 de agosto Colombia cuenta con una nueva área protegida en la región de la Orinoquía, también conocida como los llanos orientales. Cinaruco es un ecosistema de sabanas inundables, bosques de galería y bosques riparios ─que protegen las riberas de los ríos─ y su importancia radica en que, hasta el momento, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) no contaba con este tipo de ecosistemas.
La nueva área protegida funciona bajo la figura de Distrito Nacional de Manejo Integrado. Este tipo de protección hace referencia a un espacio geográfico en el que los paisajes y ecosistemas mantienen su composición y función, aunque su estructura haya sido modificada, y cuyos valores naturales y culturales asociados se ponen al alcance de la población para destinarlos a su uso sostenible, preservación, restauración, conocimiento y disfrute. En otras palabras, permite el uso sostenible como una estrategia para la conservación del territorio, de la mano con las comunidades locales.
Cinaruco se encuentra ubicado en la zona oriental del departamento de Arauca en límites con Venezuela y abarca un área de 332 000 hectáreas entre los municipios de Arauca y Cravo Norte. Alberga gran biodiversidad de la Orinoquia, contando más de 68 especies de mamíferos, 178 de aves, 176 de peces, 74 de reptiles y 670 de plantas. Además, sus ecosistemas de humedal son estratégicos en la regulación hídrica y climática de la Orinoquia.
“Es la última área protegida que declaramos en este periodo de gobierno”, dijo Julia Miranda, directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia, refiriéndose al final del mandato del hoy ya expresidente Juan Manuel Santos. “En el área convive una comunidad local muy activa que durante muchos años ha logrado preservar el área, al tiempo que hacen uso de ella. También hay un resguardo indígena que transita constantemente por este territorio. Será un gran reto para Parques Nacionales poder administrar esta área de la mano con la comunidad”, comentó Miranda.
Estas sabanas inundables se caracterizan por ser zonas de transición entre los bosques y las estepas ─zonas desérticas de climas extremos y escasas lluvias─. Funcionan como corredores biológicos y como sitios de permanencia para una gran variedad de especies, debido a que el departamento de Arauca presenta una extensa zona de planicie inundable y una dinámica de inundación-sequía a lo largo del año.
Carolina Jarro, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas de Parques Nacionales Naturales de Colombia le dijo a Mongabay Latam que la declaratoria de Cinaruco es muy importante para el país ya que “integra al SINAP dos ecosistemas que actualmente no se encontraban protegidos y que son muy importantes en el marco de las metas internacionales de conservación. Al ser un Distrito de Manejo Integrado se permite la ganadería y la agricultura siempre y cuando no sea a gran escala, no interfiera con los objetivos de conservación del área protegida y estén en el marco del ordenamiento que se acuerde en el plan de manejo”.
Jarro asegura que este ecosistema se encuentra conservado en más de un 95% y que los usos que los pobladores le han dado han permitido su conservación. “Esta zona es bien interesante porque los vientos también permiten en las sabanas unas formaciones especiales, similares a unas dunas, que no se encuentran en ninguna otra parte del país. Adicionalmente, los suelos, al estar inundados gran parte el año hacen que lleguen una gran cantidad de aves migratorias. También hay grandes mamíferos como el jaguar, el puma, la danta, la lapa, entre otros”, comenta.
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La importancia de las sabanas inundables de Cinaruco
Al proteger las sabanas inundables de Arauca es posible mantener la dinámica natural de los ecosistemas inundables y cuerpos de agua como raudales, lagunas y ríos de Cinaruco y Capanaparo, cuencas binacionales de Colombia y Venezuela. Esta dinámica garantiza los medios de subsistencia de las comunidades campesinas e indígenas asentadas ahí. Asimismo, se preserva la cultura pues la relación entre la comunidad y la naturaleza es uno de los pilares sociales de este territorio.
Los pobladores son en su mayoría campesinos procedentes de Casanare y Arauca, que adquirieron sus predios a través de procesos de colonización de tierras baldías. Además, es un territorio ancestral de los pueblos indígenas Wamonae, Yaruro, Yamalero, Maiben-Masiware y Sáliva pertenecientes al resguardo indígena de Caño Mochuelo.
Con la declaratoria como área protegida se minimizan las presiones sobre este territorio, como la extracción ilegal de flora y fauna con fines de comercialización, las quemas, tala selectiva, pesca y cacería no reguladas y la pérdida de la identidad llanera e indígena.
De acuerdo con WWF Colombia ─una de las organizaciones que desde 2016 apoya al gobierno colombiano en el cumplimiento de su meta en materia de creación y ampliación de áreas protegidas─ lo más importante es que el distrito biogeográfico Arauca – Apure que actualmente se encontraba en omisión en el SINAP pasa a estar representado en un 1,62%, protegiendo sabanas inundables, bosques de galería tropicales y cuerpos de agua únicos en el país.
“La comunidad está a la expectativa de que, con la declaratoria, el Estado le ponga los ojos a esta región que estaba muy olvidada. Esto es un paraíso natural, los animales, la flora, las reservas de agua, todo hace que cualquier persona aquí se desconecte del mundo”, afirma Luis Enrique Bonilla Torres, poblador de la vereda Lejanías de Juriepe.
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Los inicios
Según le contó Martha Jhoven Plazas, directora de Corporinoquia, a Mongabay Latam, la posibilidad de declarar Cinaruco como área protegida surgió en 2013. En ese año la corporación saca un contrato para la caracterización de los ecosistemas en el departamento de Arauca y una vez hecha se identificó una zona inundable estratégica. “Se inició un trabajo con Parques Nacionales y diferentes ONG para seguir con la idea de proteger el potencial de las sabanas inundables. En 2015 se avanzó con la caracterización social y la evaluación de diversas variables que mostrarían si era posible la declaratoria o no”, comenta Plazas.
La directora de Corporinoquia asegura que en grandes extensiones de tierra se desarrolla ganadería ─una tradición de la cultura llanera─ y encontraron que a pesar de esto había una gran riqueza en flora y fauna que podía seguirse conservando con el desarrollo de proyectos sostenibles.
“El principal problema de la comunidad es que piensan que todo se les va a prohibir. El reto es permitirles el desarrollo de su economía pero a través de proyectos sostenibles, buscar el equilibrio entre ganadería y protección de los suelos”, agrega Martha Plazas.
Dentro de los diálogos previos a la creación de Cinaruco como Distrito Nacional de Manejo Integrado, la comunidad le dio prioridad a ciertos puntos, entre los que destacan: crear una instancia de diálogo con las comunidades llaneras para su participación en el diseño
del plan de manejo y la zonificación del área protegida; generar espacios para la planeación conjunta del área protegida; apoyar la formalización de la propiedad de la tierra por parte de la Agencia Nacional de Tierras; regular la actividad de exploración y explotación de hidrocarburos para garantizar el cumplimiento de los objetivos de conservación del área protegida y regular la actividad minera para uso en reparación de vías terciarias y uso local.
Finalmente, “lo más importante es definir rápido el plan de manejo ambiental, lo que nos dará ciertas estrategias para proceder de ahora en adelante. Eso tiene que ser en total concertación y socialización con las personas” asegura Martha Plazas de Corporinoquia. En eso también coincide Carolina Jarro de Parques Nacionales: “lo que viene ahora son las acciones para poder tener el plan de manejo, el ordenamiento del área, así como la zonificación y la reglamentación clara. También se necesita un plan de acción para los próximos cinco años que permita garantizar la conservación del área que se declaró”.