"La pesca dirigida de tiburones, tanto en el continente como en las Galápagos, es un secreto a voces".En la Asamblea Nacional del Ecuador reposan tres proyectos de reforma a esta ley, sin que ninguno haya prosperado. El Ecuador es un país con una singular relación con el océano: sus aguas territoriales abarcan un área cinco veces superior a su extensión terrestre. En esa amplísima superficie de cerca de un millón y medio de kilómetros cuadrados (un área más grande que el Perú), existen 24 ecosistemas marinos y costeros de los 27 reconocidos a nivel global. En las aguas del Ecuador, además, a mil kilómetros del continente, está uno de los santuarios naturales más importantes del planeta: las islas Galápagos, cuya preservación ha sido fundamental para comprender cómo funciona la vida en nuestro planeta. La existencia del archipiélago ha hecho que la administración, gestión y conservación de los mares ecuatorianos esté regida por la legislación general que abarca la costa continental, y un régimen especial aplicable únicamente a las Galápagos. La conservación de las especies y recursos marinos se ha convertido en un reto para el Estado ecuatoriano, no siempre con resultados satisfactorios. Este reporte revisa ciertas áreas de especial interés, y preocupación, de la situación de los mares del país. Lee más|El viaje de las larvas coralinas a través de la red interconectada de arrecifes Pesca ilegal y sobreexplotación En agosto de 2017, el barco carguero chino Fu Yuan Yu Leng 999 fue detenido cuando atravesaba las aguas de la reserva marina del parque nacional Galápagos con 300 toneladas de pesca, entre ellas especies protegidas. Los reportes de prensa iniciales hablaban de más de seis mil tiburones en la embarcación. La reserva marina de Galápagos es una especie de corona imaginaria de 40 millas náuticas que rodea las 330 islas, islotes y rocas que conforman el archipiélago en el que Charles Darwin encontró, a mediados del siglo XIX, las especies que evidenciaban su teoría de la evolución.