- La empresa Palmares de El Castillo S.A. (PALCASA) se estima se ha expandido, desde 2006, en casi el doble de las hectáreas asignadas por la autoridad ambiental de Nicaragua.
- Los pequeños productores se han visto presionados a vender y muchos de ellos han emigrado hacia la reserva biológica Indio Maíz provocando daños ambientales por deforestación.
(Este artículo es una colaboración periodística entre Mongabay Latam y Onda Local de Nicaragua)
“Estoy con ganas de vender la finca. No aguanto a PALCASA”, cuenta David Rocha, en tono de desesperación. Él vive en la comunidad de Marcelo, municipio de El Castillo, Río San Juan, desde hace 18 años. Es propietario de una finca de 112 hectáreas dedicada a la ganadería.
Desde que se instaló en la zona, en 2004, la empresa Palmares de El Castillo S.A. (PALCASA), empezaron los conflictos. “Cuando llueve, las aguas arrastran químicos. Las vacas beben agua contaminada, abortan o se mueren. En total, 32 animales se me han muerto. Es mejor vender e irme adonde no colinde con ninguna empresa”, piensa David. Pero luego reflexiona y cae en razón: “a ninguna empresa le vendo mi propiedad porque no quiero ser esclavo”.
Quienes han vendido sus tierras, ahora son peones de la empresa, han emigrado a Costa Rica o se han metido a desbaratar la Reserva Biológica Indio Maíz, una de las áreas de bosque tropical húmedo más importantes de Nicaragua y Centroamérica.
Con el planteamiento de David Rocha, coincide Matías Álvarez Oporta, extrabajador de PALCASA y exguardabosque del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA). “La expansión de la palma africana también ha provocado invasión a la Reserva Biológica Indio Maíz. El que anda comprando dice: ‘venda su finca, aquí está ese banco de tierra (la Reserva), nadie lo está trabajando’. Otros dicen: ‘dame 5 mil córdobas y te voy a dar 50 manzanas’ (35 hectáreas dentro de la Reserva).
Palmares del Castillo S.A (PALCASA), Maderas Cultivadas de Centroamérica S.A y Agroindustrial del Río S.A, son las tres principales empresas acaparadoras de tierra en el sureste de Nicaragua, según investigación realizada por Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río.