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Nueva forma de ver la salud de los arrecifes de coral abre vías para salvarlos

  • Una nueva investigación ha identificado 5 fases o “regímenes” potenciales en la salud de los arrecifes de coral.
  • Esto ayudará a los científicos y a quienes administran los ecosistemas a evaluar mejor la condición de los arrecifes.

Cuando un arrecife de coral vigoroso y repleto de vida se transforma en un esqueleto estéril en las aguas tropicales superficiales —como resultado, por ejemplo, de un blanqueamiento relacionado con el cambio climático—, podría parecer como si alguien hubiera accionado un interruptor. En un momento el arrecife está vivo y al otro muerto.

Así es como los científicos han tratado, típicamente, el decaimiento de los arrecifes de coral en todo el mundo, pero nuevas investigaciones sugieren que la salud del arrecife tiene más matices. “¿Y si los doctores creyeran que la gente está sana o muerta, sin estados intermedios?” dijo en una declaración Kendra Karr, científica veterana del Environmental Defense Fund. “Estarían perdiendo muchas oportunidades de evitar la muerte”.

El estudio remarca la importancia de evaluar la salud del ecosistema de los arrecifes de coral, lo que incluye sus poblaciones de peces. Imagen por Rhett A. Butler/Mongabay.

En lugar de ver nada más lo que constituye el arrecife por sí solo, Karr y sus colegas de instituciones de Australia, Suecia, el Reino Unido y los Estados Unidos también incluyeron análisis de las comunidades de peces que viven en torno a los arrecifes, lo que condujo a que el equipo identificara cinco fases o “regímenes” potenciales en los arrecifes de coral. Publicaron sus hallazgos el pasado 16 de noviembre en la revista Scientific Reports.

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“Así como necesitamos de diferentes tratamientos para atender nuestras enfermedades individuales como pacientes, cada fase de coral podría necesitar un enfoque distinto para [lograr] una recuperación”, dijo Karr. Los autores escriben que reconocer tales estados únicos ayudará a los científicos a identificar los puntos de inflexión en que se producen las convulsiones de cambios en los arrecifes como consecuencia de condiciones ambientales. Esa información podría ofrecer nuevas oportunidades de intervenir y mejorar la salud del ecosistema.

Un coral blanqueado (Acropora spp.) retratado en la Gran Barrera Arrecifal. Imagen por Acropora, vía via Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0).

El análisis de los investigadores implicó reunir información de programas de monitoreo llevados a cabo en las islas hawaianas; esta información estaba constituida por 3345 reconocimientos individuales en más de mil sitios. Los investigadores ahondaron en los datos para observar la salud de los arrecifes de coral e incorporaron el número de especies de coral y los tipos de algas que se encontró que vivían sobre ellas. También sacaron medidas de la biomasa de peces y de los diferentes grupos de peces presentes.

“Los hallazgos de estudios pasados, tales como la manera en que la reducción de las poblaciones de peces puede afectar los procesos básicos que mantienen a los arrecifes de coral sanos y que gestionar las pesquerías es crucial para el mantenimiento de comunidades de arrecifes de coral sanas, nos ayudaron a proveer información para este nuevo estudio”, escribió Karr en una entrada de blog.

Un mapa muestra los sitios de los reconocimientos que se incluyeron en el estudio. Imagen cortesía de Donovan et al., 2018.

Por ejemplo, la investigación ha mostrado que una caída en los números de peces herbívoros, como el pez loro, que viven en torno al arrecife podría permitir que algunas especies de algas crezcan y dañen el coral que sujeta el ecosistema.

El equipo encontró que hay dos fases con niveles bajos de coral en las islas hawaianas, una con niveles similarmente bajos de peces, y la otra con muchos peces. También halló que los arrecifes con alta densidad de coral pueden ser divididos a su vez en tres regímenes diferentes. Su trabajo reveló que era más probable que ciertas transiciones de una fase a otra se originaran de cambios en el océano inducidos por el hombre.

El pez loro princesa (Scarus taeniopterus), un pez herbívoro que ayuda a mantener las algas a raya en los ecosistemas de arrecife de coral. Imagen por Adona9, vía Wikimedia Commons (CC 3.0).

“Lo emocionante de este informe es que estas cinco fases tienen el potencial para ser usadas por quienes gestionan las pesquerías y por científicos ciudadanos de todo el mundo como una herramienta para entender los arrecifes de coral que dan soporte a las pesquerías locales”, escribió Karr en esa entrada de blog.

También señaló que el panorama para los arrecifes de coral a nivel global no era completamente lóbrego. De hecho, Karr dijo que muchos arrecifes están mejorando.

“Más aún”, añadió, “incluso los arrecifes que se identifican por estar siendo impactados negativamente por problemas como el blanqueamiento, la sobrepesca y los impactos de las tormentas pueden recuperarse”.

La imagen de cabecera es de Holobionics, vía via Wikimedia Commons (CC 4.0).

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Referencia

Donovan, M. K., Friedlander, A. M., Lecky, J., Jouffray, J. B., Williams, G. J., Wedding, L. M., … & Kappel, C. V. (2018). Combining fish and benthic communities into multiple regimes reveals complex reef dynamics. Scientific Reports, 8(1), 16943.

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