Los incendios han arrasado el estado mexicano de Campeche. Los satélites de la NASA han detectado casi 10 000 alertas de incendios en lo que va del 2019, aproximadamente el doble de lo que se registró en 2018.De estos incendios, el 15 por ciento tuvieron lugar en zonas protegidas y varios afectaron a la Reserva de la Biosfera de Calakmul, en Yucatán: uno de ellos quemó 3087 hectáreas antes de ser extinguido. La causa principal de los fuegos en Campeche es la agricultura de roza y quema. CAMPECHE, México — Cuando en junio se desató un incendio en la Reserva de la Biosfera de Calakmul al sur de México, más de 2000 bomberos voluntarios y especialistas se desplegaron para ayudar a contenerlo. El equipo se enfrentó a un acceso limitado por carretera y a un terreno pantanoso, por lo que tardaron casi tres días en llegar al incendio y empezar a controlar las llamas. Para ese momento, ya se habían destruido 3087 hectáreas de selva protegida. Las autoridades siguen sin saber cuál fue la causa exacta del incendio, pero se especula que seguramente empezó como consecuencia de prácticas de roza y quema aplicadas con poco cuidado por algún agricultor, ya que este es el motivo de deforestación más habitual en la zona protegida más grande de la península del Yucatán. Las selvas de Calakmul, situadas en el estado de Campeche, se suelen incendiar durante un periodo de 90 días entre abril y junio, aunque a veces los incendios empiezan en febrero y pueden durar hasta julio según el año. Lee más | Perú: policía comunal usa cámaras trampa para monitorear fauna y detectar actividades ilícitas Los datos satelitales de la NASA muestran que, aunque los incendios en Calakmul han seguido el patrón habitual entre abril y junio de 2019, la actividad alrededor de Campeche empezó a escalar a mediados de febrero. En total, los satélites de la NASA han detectado casi 10 000 alertas de incendios en Campeche en lo que va de año, aproximadamente el doble que en 2018. Eso sitúa al 2019 en tercer lugar (por detrás de 2003 y 2013) en la lista de mayor incidencia de incendios en el estado desde que empezaran a recopilarse datos en 2001. De esos incendios, el 15 por ciento tuvo lugar en zonas protegidas. Los paisajes forestales intactos (IFL por sus siglas en inglés) son grandes zonas de cubierta terrestre nativa intacta hasta el punto de poder mantener sus niveles de biodiversidad originales. En Yucatán solo queda un IFL y la Reserva de la Biosfera de Calakmul protege una gran porción de este. Aunque los incendios se han apagado en las últimas semanas alrededor de Calakmul, se han intensificado en otras zonas. Fuente: GLAD/UMD; NASA FIRMS. “VIIRS Active Fires”. Con acceso a través de Global Forest Watch el 12 de septiembre de 2019. Aunque todos los incendios son causa de preocupación, las autoridades han expresado satisfacción ante la reducción de los casos en los últimos años y ante su respuesta efectiva a los que han surgido como consecuencia del despeje de tierras para ganadería y otras prácticas agrícolas. Sin embargo, existe preocupación ante la posibilidad de que la temporada de incendios más intensa de este año sea solo el principio de una tendencia, ya que más gente se está trasladando a la zona para dedicarse a la agricultura. “Calakmul es uno de los municipios más protegidos a nivel estatal e internacional”, dijo Martha San Román, directora de política ambiental y economía en la secretaría de ambiente y recursos naturales de Campeche. No obstante, añadió que “lo que nos preocupa en estos momentos es el aumento de la población”. Las comunidades en Calakmul y sus alrededores se están expandiendo, en parte porque residentes de zonas menos prósperas de México llegan en busca de territorios disponibles. A la vez, los agricultores están empezando a hacer la transición de prácticas manuales de agricultura a prácticas mecanizadas, lo cual les permite trabajar zonas más grandes de tierra. Estos factores combinados presagian un futuro difícil para la reserva. “Si no conseguimos encontrar el equilibrio entre el desarrollo económico y social y el medioambiente, no podemos avanzar”, dijo San Román. Controlar la roza y quema La Reserva de Calakmul se extiende en el centro de la península de Yucatán hasta la frontera con Guatemala, y junto con las reservas estatales Balamkú y Balamkin contiguas a esta, abarca más de 1.2 millones de hectáreas de selva. Las reservas albergan algunas de las especies más impresionantes del país y ofrecen un hábitat vital para animales como el tatabro (Tayassu pecari), el mono araña (Ateles Geoffroyi) y el jaguar (Panthera onca). En gran parte de la reserva también se encuentra el ciricote, un árbol que tarda años en alcanzar la madurez y cuya valiosa madera suele ser objetivo de los traficantes. En esta selva se encuentran esparcidas ruinas mayas. La ciudad de Calakmul, nombrada Patrimonio de UNESCO en 2002, fue uno de los centros urbanos maya más poderosos hace más de mil años. Hoy en día, muchos de los cerca de 27 000 residentes de la reserva o su alrededor hablan la lengua tradicional maya cuando están en casa o trabajan en el campo. También utilizan técnicas agrícolas tradicionales, plantan semillas a mano con estacas y atan una cuerda en las hileras para mantenerlas rectas. Un hacendado debe saber cómo medir la fuerza y la dirección del viento antes de decidir encender un fuego en su propiedad. Foto de Max Radwin para Mongabay. Estas técnicas tradicionales también incluyen la agricultura de roza y quema (conocida como “itinerante”), en la que los agricultores hacen rotaciones en sus cultivos cada cinco años de una sección de tierra a otra mientras dejan que los nutrientes de la tierra se repongan. Aunque es ilegal quemar territorios en la reserva, la ley no se aplica a los residentes que vivían allí antes de que esta se fundara en 1989. Ellos pueden provocar incendios siempre y cuando se mantengan en su propiedad y se utilicen solo con fines agrícolas. Más que persuadir a los residentes de que abandonen el método de roza y quema, las autoridades han decidido centrar sus esfuerzos en ayudar a los agricultores a encender el fuego de forma segura y en el momento adecuado. “El trabajo con los municipios es esencial”, dijo San Román. “El uso de incendios en la actividad agrícola es una de las causas principales de deforestación. Lo que hemos empezado a hacer es promover estrategias para evitar los incendios”.