Gobierno busca sembrar 100 000 hectáreas en Campeche que tiene la mitad de su territorio sujeto a conservación ambiental.Incidentes causados por empresas ponen en alerta a organizaciones ambientales y expertos que advierten sobre los riesgos de este polémico plan. En Campeche, México, aún quedan comunidades mayas que siembran y cosechan sus alimentos por un tiempo razonable y después dejan que la tierra se recupere durante 25 años. Es por eso que quedan parajes escondidos de humedales que tienen una belleza que ya es muy difícil encontrar. En la península de Yucatán, al sur de México, la presencia maya es emblemática por sus vestigios arqueológicos construidos en medio de inmensos territorios selváticos, que atraen a millones de turistas. Pocos saben que está en marcha un proceso de destrucción de los ecosistemas que las comunidades denuncian por los efectos negativos que causa. En este territorio, que cuenta con el mayor porcentaje de espacios destinados a la conservación ambiental, el gobierno de México quiere poner en marcha uno de sus planes económicos más ambiciosos: sembrar miles de hectáreas de palma africana para satisfacer la demanda interna y colocar los derivados de este monocultivo en el mercado internacional. Lo que preocupa a pobladores, autoridades locales y expertos es que si estos planes llegan a concretarse, el estado de Campeche, ubicado en la región maya de la Península de Yucatán, se convertiría en el primer productor de aceite, por encima de Chiapas, un estado que ha sido testigo de cómo la palma ha penetrado en la selva Lacandona. ¿Qué es lo que le espera a uno de los estados mexicanos con más territorio bajo protección ambiental?