- La especie está catalogada en Peligro de extinción. Desde 2011 se realiza un programa para su recuperación, en el que también participan habitantes de la zona.
- Al noroeste de Chihuahua, México, se han realizado 12 eventos de liberación de ejemplares de lobo gris mexicano. Desde 2014 se ha documentado el nacimiento de, por lo menos, ocho camadas.
Imágenes de un par de cachorros de lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi), nacidos en vida silvestre, fueron captadas por las cámaras trampa instaladas en la sierra madre de Chihuahua, como parte de un programa de monitoreo en el que participan habitantes de las comunidades que se localizan entre la Reserva de la Biosfera de Janos y en tres Áreas de Protección de Flora y Fauna: la de Campo Verde, de Tutuaca y de Papigochic.
El lobo gris mexicano se consideraba una especie Extinta en la vida silvestre; el pasado 15 de noviembre, cambió de categoría de riesgo y se ubicó en Peligro de Extinción en la actualización de la Norma Oficial mexicana NOM-059 que enlista a las especies protegidas en el país. Esta modificación se dio gracias a las acciones que se realizan para luchar contra su desaparición.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
Desde 2011 está en marcha el Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE): Lobo Gris Mexicano, en el cual participan instituciones públicas y privadas de México y Estados Unidos, entre ellas el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, los Departamentos de Casa y Pesca de Arizona y Nuevo México, y la Universidad Autónoma de Querétaro.
“El que hayan nacido cachorros en vida libre, como los captados con las cámaras, es un indicador de que la población va en buen camino”, señala el doctor Eduardo Ponce Guevara, responsable del Programa de Recuperación de Especies en Riesgo (Procer), de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
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Rescatar una especie
Las poblaciones de lobo gris mexicano en vida silvestre se redujeron en forma drástica a partir de mediados del siglo XX, como consecuencia de las “campañas de control” que se impulsaron para proteger al ganado y que consistían en poner trampas y matar a lobos. A finales de los años setenta la especie ya se consideraba extinta. Los pocos ejemplares en el medio natural se encontraban dispersos en el norte de México y sur de Estados Unidos. En los años noventa comenzaron los primeros intentos de recuperación de la especie con programas de reproducción y reintroducción.
En México, a partir de 2011 se comenzó a liberar ejemplares provenientes de Nuevo México, Estados Unidos, donde se encuentran algunas de las instancias que participan en el programa binacional para la recuperación de la especie.
Como etapa previa a la liberación, los grupos familiares seleccionados —parejas o individuos— pasan un tiempo en lugares donde se adaptan para la vida en libertad. En México existen dos predios, ubicados en Sonora y Nuevo León, que cumplen con los requisitos para funcionar como encierros de preliberación.
Los sitios donde se han liberado los lobos se encuentran en Sonora y Chihuahua, lugares seleccionados después de un profundo análisis en el que se tomó en cuenta el estado del hábitat, la disponibilidad de presas y el que existiera una percepción social favorable que permitiera reintroducir a la especie.