- Poco más de dos mil ejidos y comunidades se han organizado para realizar un manejo forestal sustentable de los bosques que están en su territorio.
- En estados como Oaxaca, Michoacán, Durango, Chihuahua y Quintana Roo hay ejemplos de comunidades que han logrado conservar los bosques y su biodiversidad, al mismo tiempo que generan empleos y otros beneficios para la población.
- Concesiones mineras, crimen organizado, tráfico ilegal de madera y el régimen fiscal son solo algunos de los retos que enfrenta el manejo Forestal comunitario en México.
Laura Jiménez, Manuel Herrera y Elías Santiago crecieron en una tierra en donde los mayores contaban con orgullo cómo lograron recuperar sus bosques. Oyeron a esas voces narrar cómo el gobierno mexicano permitió durante dos décadas que compañías privadas aprovecharan la madera de los árboles que crecían en los territorios de las comunidades. Esto llegó a su fin a finales de los años setenta y principios de los ochenta, cuando los pueblos sacaron a las empresas y demostraron que podían hacerse cargo del manejo de sus recursos forestales.
Treinta y cinco años más tarde, Laura Jiménez es bióloga y maestra en desarrollo rural, Manuel Herrera es ingeniero forestal y Elías Santiago es maestro en ciencias forestales. Los tres, en diferentes comunidades, forman parte de una generación que continúa con el trabajo que empezaron sus abuelos, sus padres, sus vecinos: vivir del bosque y, al mismo tiempo, conservarlo.
México es pionero en lo que hoy ya se conoce como manejo forestal comunitario, un modelo que se basa en la organización de las comunidades para aprovechar, en forma sustentable, los bosques o selvas que están dentro de su territorio.
El investigador Salvador Anta, miembro del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), explica que este modelo se pudo desarrollar en el país gracias a que entre el 60 y 70 % de los bosques y selvas se encuentran dentro de territorios que pertenecen a ejidos o comunidades, en donde la propiedad de la tierra es comunitaria.