- Un herpetólogo que se ha especializado en los anfibios endémicos de los andes tropicales de Venezuela ha creado el único centro de conservación de ranas del país.
- Las carencias de un país en crisis han llevado a Enrique La Marca y su equipo a simular hábitats y crear alimentos artesanales para ranas endémicas en medio de apagones y aislamiento.
- El centro de conservación tiene un éxito sin precedentes en criar, reproducir y reintroducir varias especies en peligro de extinción en sus hábitats naturales con el apoyo de las comunidades.
Pareciera que las ranas merideñas eligieron al biólogo Enrique La Marca para ser su protector. Siendo apenas un estudiante de la Universidad de Los Andes, paseando por el páramo andino en el Estado de Mérida, acompañado por un amigo y su perro, La Marca encontró de pronto sin siquiera buscarla una especie de rana que no había sido descrita hasta entonces.
La nombró originalmente Eleutherodactylus colostichos, aunque estudios posteriores cambiaron su nombre científico a Pristimantis colostichos, la conocida rana de Las Canalejas, una especie que figura en la categoría de Vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Poco tiempo después, La Marca encontró, a más de 3000 metros de altura, otra especie de rana sin clasificar. La llamó Aromobates molinarii, conocida comúnmente como la ranita de Bailadores, Amenazada, según la UICN.
La Marca convirtió la coincidencia en oportunidad e inició la búsqueda concienzuda de anfibios en las montañas andinas venezolanas.
En 2018, tras una larga trayectoria académica y varias especies descubiertas, el científico creó el único centro de conservación de anfibios de Venezuela. Un espacio que no supera los 50 metros cuadrados, ubicado en el primer piso de una casa sin número ni nombre del centro de Mérida. Desde ahí, y a pesar de todas las dificultades y escasez de un país en crisis, los científicos han logrado recuperar las poblaciones de la ranita de Mucuchíes (Aromobates zippeli), la más amenazada del país, y la ranita con collar de Mérida (Mannohryne collaris).
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El recorrido de La Marca
Apenas siete meses después del primer descubrimiento que hizo, ya tenía 20 especímenes recolectados de tres taxones desconocidos —o grupo de organismos emparentados—, y al cabo de un año ya había descrito cinco especies distintas.
La Marca se fue entonces a la Universidad de Colorado donde se graduó de biólogo en 1982, tres semestres antes de culminar los estudios que había iniciado en la Universidad de Los Andes de Venezuela (ULA). En Estados Unidos obtuvo también una maestría en Sistemática y Biogeografía por la Universidad de Nebraska–Lincoln en 1984.