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Chile: los ‘choritos’ pueden salvar la biodiversidad marina de Antofagasta

Hace más de 150 años, el piure llegó desde Australia hasta las costas del norte de Chile y se asentó en la ribera de la bahía de Antofagasta.

Hace más de 150 años, el piure llegó desde Australia hasta las costas del norte de Chile y se asentó en la ribera de la bahía de Antofagasta.

  • El piure de la bahía de Antofagasta, una especie introducida pero de extraordinario aporte a la biodiversidad, ha retrocedido de manera preocupante por la sobreexplotación.
  • Científicos investigaron si es que el chorito nativo puede compensar la pérdida de diversidad asociada a la desaparición del piure.

Hace más de 150 años, el piure (Pyura praeputialis), un animal marino que vive adosado a las rocas, llegó desde Australia hasta las costas del norte de Chile y se asentó en la ribera de la bahía de la ciudad de Antofagasta. Con el paso del tiempo, esta especie introducida desplazó a los nativos choritos (Perumytilus purpuratus) y se expandió como un manto sobre las rocas.

Desde entonces, para los habitantes de Antofagasta, jugar y caminar sobre los piures, ‘las tetas’, como les llaman, se convirtió en un clásico de los días de playa. Pero desde hace algunos años, esta especie ha comenzado a retroceder significativamente y los nativos choritos han vuelto a colonizar los espacios que alguna vez ocuparon.

El piure es un animal marino que vive adosado a las rocas.Foto: Aldo Pacheco.

Aunque a primera vista la recuperación del territorio por parte de la especie nativa podría parecer una buena noticia, lo cierto es que la disminución del piure preocupa a los científicos. Esta especie, aunque exótica, ha contribuido de manera importante a la construcción de una extraordinaria diversidad biológica y se teme que su desaparición acarree consecuencias ecológicas negativas.

¿Se perderá biodiversidad si es que retrocede la cobertura de piure?, ¿pueden los choritos mantener niveles altos de diversidad? Fueron las dos preguntas que el científico Aldo Pacheco se hizo y que responde en un paper recientemente publicado en Marine biodiversity.

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No todas las especies invasoras son perjudiciales

 

El biólogo marino, Juan Carlos Castilla, lleva 20 años estudiando a los Pyura praeputialis. En sus investigaciones ha podido comprobar el origen australiano de esta especie y aunque no se sabe con certeza cómo ni cuándo llegó a la bahía de Antofagasta, el experto asegura que es probable que lo haya hecho “a través de los buques en la época del salitre entre los años 1850, 60 o 70”.

Al asentarse el piure en la franja intermareal, el lugar de la rompiente que es transición entre el mar y la tierra, el chorito, que también es una ascidia, es decir, un animal que permanece fijo en las rocas, comenzó a perder terreno. Castilla advierte, sin embargo, que lo anterior “no quiere decir que el chorito haya desaparecido”. Tampoco significa que haya provocado una disminución en la diversidad, sino todo lo contrario.

Los piures, al igual que los choritos, son bioingenieros, es decir, que crean hábitat. Foto: Aldo Pacheco.

En efecto, los piures, al igual que los choritos, son bioingenieros: “Especies que se agregan y generan una complejidad estructural y oportunidades de colonización generando condiciones para que se albergue una gran biodiversidad”, explica Pacheco.

Dentro de la lista de bioingenieros se encuentran también los corales y los bosques de macroalgas.

“Hay una cosa muy sesgada de pensar que todas las especies invasoras tienen efectos negativos. Algunas sí, otras no. Meter a todas las especies invasoras en un saco es un error”, dice Castilla.

De hecho, sus estudios han demostrado que en los espacios colonizados por  P. praeputialis existe hasta un 57 % más de especies que en áreas libres de ascidias.

Según señala una de las publicaciones del experto, los P. praeputialis “alcanzan los niveles de biomasa más altos jamás reportados en rocas […] y cuando son invasivos, pueden transformar fundamentalmente ecosistemas enteros”.

Piure (Pyura praeputialis). Foto: Aldo Pacheco

Entre las especies más destacadas que se asientan en los mantos del piure está el loco (Concholepas concholepas), un apetecido molusco presente en las costas de Chile y Perú en estado de sobreexplotación y bajo constantes restricciones y controles por parte de las autoridades. “El loco va comiendo dentro de las matrices del piure, crece, se sale del piure y se desplaza hacia la zona sumergida donde luego es capturado por los pescadores”, cuenta Pacheco.

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En peligro de desaparecer

 

En su nativa Australia, el Pyura praeputialis se extiende a lo largo de 2000 kilómetros de costa mientras que en Chile se encuentra única y exclusivamente en la bahía de Antofagasta, también conocida como San Jorge.

Los resultados indican, según Castilla, que la limitada distribución del piure se debe a condiciones oceanográficas y biológicas muy particulares.

Las aguas frías que emergen desde el fondo marino a la superficie del océano, fenómeno conocido como surgencia, no penetran en la bahía de Antofagasta. Por ello, el agua al interior de esta “tiene entre tres y cuatro grados más de temperatura”, asegura Castilla. Además, debido al viento, el agua es retenida dentro de la bahía por 10 a 15 días.

El piure ha contribuido de manera importante a la construcción de una extraordinaria diversidad biológica. Foto: Aldo Pacheco.

Por otra parte, “el piure tiene una larva que dura dos horas en el agua antes de pegarse en las rocas”, explica el experto. Y no solo eso, sino que cuando el piure lanza los espermios y los óvulos en forma simultánea al agua para reproducirse, “se produce una espuma que es retenida dentro de la costa”, agrega Castilla.

Es así como existe una conjunción de condiciones oceanográficas y biológicas que retienen al piure dentro de la bahía impidiendo que se propague hacia otras zonas.

El limitado espacio de distribución de esta especie hace que la preocupación por su retroceso sea mayor. “Es muy frecuente escuchar a los antofagastinos quejarse de que ya no hay piures”, cuenta Pachecho y agrega que se suele culpar a la contaminación. Castilla asegura que no poseen “ninguna de evidencia de que haya problemas genéticos en la población y ninguna evidencia de que haya contaminación. Por el contrario, tenemos mucha evidencia de que hay sobrextracción”.

El piure, al contrario del chorito, es un recurso que se extrae para el autoconsumo pero también para la comercialización y, según Castilla, hasta 400 metros cuadrados han sido eliminados por la sobrepesca.

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La recolonización de los choritos 

 

A medida que el piure ha ido retrocediendo, el chorito nativo ha recolonizado los espacios liberados, reconquistando el territorio perdido hace más de 100 años. “Esto último es una cuestión que se ha comprobado científicamente muy pocas veces en el mundo”, asegura Castilla. Agrega que comprobarlo les ha costado 15 años de investigación.

Tomando esto en cuenta, Aldo Pacheco quiso comprobar si es que efectivamente el retroceso del piure implica una disminución importante de la biodiversidad o si es que el chorito es capaz de salvar al menos parte de ella. Para hacerlo, él y un equipo de científicos compararon la estructura de las comunidades de piures y choritos en cinco sitios de la bahía.

Los nativos choritos han vuelto a colonizar los espacios que alguna vez ocuparon. Foto: Aldo Pacheco.

Lo que descubrieron fue que si bien la diversidad registrada en los mantos de piure es mayor que la presente en las de los choritos, existen varias especies que habitan en ambos ecosistemas. El restablecimiento de la especie nativa podría así evitar una caída importante en la diversidad si es que el piure continúa disminuyendo o si es que llegara a desaparecer.

En conclusión, “si bien son malas noticias para el piure y la diversidad que este alberga, por lo menos la recolonización del chorito puede mantener un nivel alto de biodiversidad”, asegura Pacheco.

Aun así, el científico realza la importancia de crear medidas de protección para detener el retroceso de esta especie. Una medida más inmediata sería asegurar que la protección de las dos reservas donde actualmente las poblaciones de piure se mantienen altas, sea efectiva.

Se trata de las reservas La Rinconada y La Portada, ahí el piure aún es abundante como lo era hace 20 años. Sin embargo, debido a la disminución del recurso en otros lugares de la bahía, “hay pescadores que se meten a la mala a sacar piure”, asegura Castilla.

Esta especie no cuenta actualmente con un plan de manejo que permita controlar su extracción. Crear uno, en conjunto con los pescadores, sería para los expertos la mejor manera de resguardar esta especie clave para la biodiversidad marina de Antofagasta.

Foto principal: Aldo Pacheco

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Citación

Pacheco, A. S., & Andrade, D. G. (2020). Decline of a non-native ecosystem engineer and its replacement with a native on rocky shores: effects on the diversity and structure of benthic communities. Marine Biodiversity, 50(1), 2.

Castilla, J. C., Manríquez, P. H., Delgado, A., Ortiz, V., Jara, M. E., & Varas, M. (2014). Rocky intertidal zonation pattern in Antofagasta, Chile: invasive species and shellfish gathering. PLoS one, 9(10).

Manríquez, P. H., Castilla, J. C., Ortiz, V., & Jara, M. E. (2016). Empirical evidence for large‐scale human impact on intertidal aggregations, larval supply and recruitment of Pyura praeputialis around the Bay of Antofagasta, Chile. Austral Ecology, 41(6), 701-714.

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