- En menos de tres años, el gobierno de Lenín Moreno ha tenido cuatro ministros de ambiente. La mayoría no ha tenido una preparación y experiencia en el tema, uno incluso había trabajado antes en empresas petroleras.
- A inicios de marzo, el Ministerio del Ambiente se fusionó con la Secretaría del Agua y a este nuevo ministerio se adscribieron otras agencias e institutos. Este cambio se da tras la reducción del presupuesto para ambas instituciones. ¿Cuál es la política ambiental de Moreno?
Este reportaje es parte de la alianza entre Mongabay Latam y GK de Ecuador.
En menos de tres años de gobierno, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno ha tenido cuatro ministros de ambiente. El 4 de marzo de 2020, mediante el decreto ejecutivo 1007, Moreno ordenó la fusión del Ministerio del Ambiente (MAE) y la Secretaría del Agua (Senagua) creando el Ministerio de Ambiente y Agua. Juan DeHowitt es el primer ministro de esta cartera de Estado.
El Gobierno ya tenía la intención de que una sola institución pública se encargue del medio ambiente en Ecuador. El 3 de octubre de 2018, Moreno expidió el decreto ejecutivo 533 para la fusión de ambas instituciones pero, al cumplirse los 90 días para hacerlo, el MAE y la Senagua no se fusionaron. Sin embargo, la intención seguía vigente y, un año y cinco meses después, se concretó lo anunciado bajo el argumento de que se trata de una “optimización institucional”, según se lee en el nuevo decreto.
Esa optimización debe responder a las demandas sociales y económicas que son las prioridades del gobierno. Además, precisa la norma, con la fusión se fortalecerán las áreas de ambiente y agua. Lo que aún no se es sabe si la Senagua pasará o no a ser una subsecretaría en el nuevo ministerio o si se reducirá el personal de estas instituciones. Mongabay Latam contactó al Ministerio del Ambiente para resolver esta y otras preguntas, pero la respuesta que recibimos fue que esos aspectos están en revisión porque el ministro DeHowitt recién está tomando las riendas de la institución.
El nuevo ministerio tendrá que atender proyectos del Ministerio del Ambiente como el de adaptación al cambio climático, la regularización de las camaroneras, un proyecto de educación ambiental y la evaluación nacional forestal del Ecuador, entre muchos otros. Por el lado del la Senagua, heredará tareas como la elaboración del inventario participativo de los recursos hídricos, el control de inundaciones, la cobertura de agua potable, saneamiento y el tratamiento de aguas servidas.
El ministro Juan DeHowitt adelantó que “fortalecerá el cuidado del principal recurso natural del país y del planeta: el agua. Eso guiará mi gestión”, escribió en una publicación de Twitter el 4 de marzo. Además precisó que actuará “contra los que talan los árboles, contra los que desperdician o contaminan el agua, contra los que causan incendios forestales”.
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Un panorama incierto
Tarsicio Granizo, ex ministro de ambiente, fue el primero en asumir ese cargo en el gobierno de Lenín Moreno, en 2017. Granizo cree que no están muy claras las razones por las que el gobierno tomó esa decisión, y dice que hay dos aspectos que le causan dudas: si esa decisión es constitucional o no, y si la fusión es en realidad un pretexto para despedir empleados públicos.
Para Natalia Greene, presidenta del Comité Ecuatoriano para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (Cedenma), “el MAE ha venido de mal en peor”. La fusión del MAE y la Secretaria del Agua le parece compleja, “entiendo que es por temas de presupuesto”. Greene dice que tiene sentido que tal vez la Senagua se junte al Ministerio de Ambiente, porque significa que las dos carteras de Estado van a estar más dedicadas al tema ambiental. Sin embargo, al fusionarse, dice Greene, significa que se está disminuyendo la cantidad de recursos que van para el ambiente. Su otra preocupación es que con la fusión se facilite el otorgamiento de licencias ambientales para las actividades extractivas.
Juan DeHowitt no se ha pronunciado todavía al respecto, pero sí anunció, el 12 de marzo último, que retomará el Proyecto Reverdecer Ecuador, un proyecto de conservación, tratamiento de residuos y reforestación que se inició en 2017.
Tarsicio Granizo cree que es importante que el nuevo ministro atienda también el tema marino costero, la pesca ilegal no declarada y no reglamentada, la necesidad de que en Galápagos se desarrolle un proyecto de manejo integral de desechos, y que se ponga énfasis en la ampliación de la reserva marina Galápagos. Además, Granizo agrega que es importante que el nuevo ministro impulse la investigación en conjunto con el Inabio.
Otros expertos como Cristina Rosero, que trabaja en temas de conservación y desarrollo, creen que se debe fortalecer el control y monitoreo de áreas protegidas incluyendo áreas de conservación de fuentes de agua; trabajar con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) para la implementación de planes de ordenamiento territorial que fortalezcan las capacidades locales y evitar así la contaminación. Rosero agrega que la nueva autoridad debe priorizar también el trabajo comunitario, la socialización y capacidad técnica en áreas de licenciamiento ambiental, con el fin de reducir el impacto de los megaproyectos.
¿Un ministerio sin continuidad?
El exministro Granizo es biólogo, investigador y planificador en conservación ambiental. Fue Ministro de Ambiente desde el 24 de mayo de 2017 hasta el 22 de agosto de 2018. Ese día renunció cuando se enteró, mediante una cadena nacional, que el ejecutivo disponía la fusión del MAE con Senagua. Granizo dice que no renunció por la fusión en sí —planteada en octubre de 2018— sino porque “a mí como ministro de Estado no me habían preguntado sobre esta fusión”.
Luego de la salida de Granizo, Humberto Cholango estuvo como encargado del MAE. Cholango fue también Secretario Nacional del Agua, un cargo que ocupaba desde mayo de 2017. Después, Marcelo Mata Guerrero fue nombrado ministro. Antes del MAE trabajó para el Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables, y en las empresas petroleras Petroecuador y Repsol Ecuador S.A. El exministro Mata fue criticado por haber trabajado en el sector petrolero. En agosto de 2019, fue reemplazado por Raúl Ledesma, quien antes había sido Ministro de Trabajo y Gobernador de la provincia del Guayas. Ledesma dejó el cargo el 4 de marzo de 2020.
Granizo dice que la rotación tan grande de ministros de ambiente muestra la debilidad institucional del tema ambiental dentro del gobierno de Moreno. Demuestra la imposibilidad de tener una política pública de largo plazo en términos ambientales, precisa el exministro de Ambiente.
A Granizo le preocupa que se debilite más la gestión del Ministerio del Ambiente y de la Secretaría del Agua. Dice que estas dos instituciones tratan dos temas distintos: aunque el agua está muy relacionada con el ambiente, deben tener un enfoque distinto. “Yo no veo que el gobierno esté demasiado interesado en fortalecer la autoridad ambiental”, dice.
Esos constantes cambios de autoridad ambiental y el perfil de las personas elegidas para esos cargos dejan en claro, según Natalia Greene, que no hay una política transparente de parte del Gobierno sobre cómo tienen planeado manejar el tema ambiental. Agrega que los funcionarios que han estado al frente de este ministerio no tienen el conocimiento necesario —y sus hojas de vida revelan que tampoco tenían la experiencia— y recuerda que en octubre de 2019, por ejemplo, Ledesma fue criticado cuando dijo que intentaría tener contacto con los pueblos en aislamiento Tagaeri y Taromenane para consultarles sobre proyectos de extracción petrolera en el Parque Nacional Yasuní. El exministro no solo ignoraba las complejas dinámicas de los pueblos indígenas en aislamiento, sino los intercambios, a veces conflictivos, con indígenas de la nacionalidad waorani.
Natalia Greene dice que el ministro de ambiente debería ser una persona especializada en el tema ambiental, que conozca de ecología, de investigación sobre el cambio climático o que tenga conocimiento de derecho ambiental. Pero el perfil del nuevo ministro no cumple con ninguna de estas características. Juan DeHowitt es licenciado en Comercio Exterior, trabajó en el sector público como Consejero de Gobierno y antes de ser nombrado ministro, fue Gobernador de Tungurahua. Es decir, un área ajena a la ambiental.
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Más responsabilidades en una sola institución
Al nuevo Ministerio del Ambiente y Agua serán adscritas también la Agencia de Regulación y Control del Agua, la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) y el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). En dos meses se debe concretar esta fusión: el 4 de mayo de 2020 el Ministerio del Ambiente y la Secretaría del Agua, más las dos agencias y los dos institutos, serán una sola entidad encargada de los temas ambientales del Ecuador.
A Francisco Prieto, subdirector del Inabio, le preocupa que el MAE y la Senagua se fusionen. “Podría parecer que hacen algo similar, cuando su gestión es distinta. Veo que por el apuro no se pueda asegurar una adecuada gobernanza tanto ambiental como la gestión del agua porque el gobierno dio 60 días para unificar dos instancias complejas y estratégicas”.
El Inabio es un instituto público de investigación, con autonomía administrativa, jurídica y financiera. El Inabio realiza 55 proyectos, uno de sus proyectos más relevantes es la estandarización de datos sobre la biodiversidad del Ecuador, a través de un programa piloto trabajado con la información de la colección botánica del Instituto Nacional de Biodiversidad. “La fusión no debería afectar la gestión y operatividad del Instituto Nacional de la Biodiversidad”, dice Prieto. El 10 de marzo último, Lenín Moreno dijo que entre las nuevas medidas económicas se estaba contemplando eliminar tres institutos pero no mencionó cuáles. Prieto dice que no saben qué tipos de institutos van a eliminarse, “es muy prematuro conocer si el Inabio es uno de esos”.
Natalia Greene y Tarsicio Granizo coinciden en la preocupación que la fusión sea un pretexto para los despidos masivos en el sector público. “Que esta fusión no vaya a servir de justificación para la expulsión de funcionarios públicos, para debilitar aún más la gestión del Ministerio del Ambiente y la Senagua”, dice Granizo.
Lo cierto es que si bien en el decreto sobre la fusión de la Senagua y el MAE dice que los servidores públicos de ambas entidades formarán parte del nuevo ministerio, también se precisa que en tres meses el Ministerio del Ambiente y Agua y el Ministerio de Trabajo realizarán un proceso de evaluación, selección y racionalización del talento humano, “por lo que, de ser conveniente, suprimirá los puestos innecesarios” de acuerdo a la ley, escribe el ejecutivo en el decreto.
Esta decisión forma parte de lo que Lenín Moreno ya había anunciado en abril de 2018, cuando dijo que se reduciría el tamaño del Estado. Hasta el momento, de 40 ministerios que recibió el gobierno en 2017, el Ecuador tiene 22, dijo la ministra de gobierno María Paula Romo en una entrevista en Radio Centro.
Según el artículo 45 del Código Orgánico Administrativo, el Presidente de la República puede crear, reformar o suprimir los órganos o entidades de la administración pública central, cualquiera sea su origen, por lo que esa fusión es constitucional y legal. Esteban Falconí, abogado experto en derecho ambiental, confirma que fusionar ambas instituciones sí está dentro de la ley, porque el Presidente tiene la facultad de organizar la función ejecutiva según la Constitución. Esto, sin embargo, no ha librado al Gobierno de la ola de críticas que cuestiona la fusión de las dos únicas instituciones que velaban por el medio ambiente en el país.
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Al inicio, el ambiente era una prioridad
En el plan de gobierno que Moreno entregó al Consejo Nacional Electoral cuando era candidato, incluía una propuesta de trabajo que apuntaba al cuidado del medio ambiente, reducción de la deforestación, garantía de la conservación ambiental, mantenimiento del patrimonio natural, generación de emprendimientos verdes, estimulación de la biotecnología, entre otras propuestas en favor de la naturaleza y para enfrentar el cambio climático.
Pero para el exministro Granizo, el gobierno de Moreno ha ido perdiendo la transversalidad del tema ambiental, sobre todo la importancia que al principio sí tuvo.
Por lo pronto ha habido un reajuste al presupuesto asignado al sector. En el 2019, el MAE tuvo más de 24 millones de dólares distribuidos para el sistema nacional de control forestal, remediación ambiental, apoyo al sistema de área protegidas, conservación de bosques, programa nacional de reforestación, lucha contra el cambio climático, entre otras tareas. La Secretaría del Agua para ese mismo año tuvo de presupuesto un poco más de 19 millones de dólares para proyectos de riego y conservación de ríos, obras de agua potable y saneamiento de agua.
En el 2020, sin embargo, el panorama cambió. El Ministerio del Ambiente cuenta ahora con dos millones menos y a la Senagua el gobierno le redujo el presupuesto a la mitad del monto asignado el año previo, hoy cuenta con diez millones de dólares.
Granizo dice que el Ministerio del Ambiente es una institución cada vez más débil, sin recursos económicos, sin fuerza política para poder cumplir la agenda ambiental hacia los niveles que se requieren dentro del Estado y del gobierno. Greene cree que la unión de las dos instituciones podría favorecer al ambiente, pero siempre y cuando asuma un mayor control frente a la explotación petrolera y de minerales. Mientras se definen las funciones del nuevo Ministerio, el nuevo ministro de Energía y Recursos Renovables, René Ortiz, designado el 9 de marzo de 2020, insiste en que el Ecuador debe fortalecer el sector productivo energético y minero “hay que explotar todos y todo cuanto sea posible”.
Con menos presupuesto para 2020 en las dos entidades, con cambios constantes de autoridades que no son especializadas en temas ambientales, el ambiente en Ecuador es una tarea pendiente del gobierno de Moreno en los 14 meses que le quedan de mandato.
*Imagen principal: el 6 de marzo de 2020, el nuevo Ministro de Ambiente y Agua participó en el gabinete ampliado del gobierno, en el que tratan temas de gestión gubernamental. Foto: Ministerio del Ambiente Ecuador.
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