Melipona beecheii, llamada Xunán-Kab en maya, es una de las 16 especies de abejas sin aguijón, nativa de las selvas lluviosas de la Península de Yucatán, en el sur de México.La Xunán-Kab, al igual que otras abejas sin aguijón, es una prolífica polinizadora de la selva lluviosa, indispensable para el ecosistema local, pero la deforestación está impactando gravemente en las poblaciones silvestres. La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam. Diseñada por la inteligencia de un insecto, la colmena lucía como una red complicada de secreciones cerosas y cavidades laberínticas. Las abejas obreras pasaban en tropel por los recovecos. Las vainas protuberantes rebosaban de miel fresca. Era tanto orgánico como místico, sencillo pero exótico, un microcosmos feroz y organizado, alimentado con el polen meticulosamente cultivado de las flores del bosque tropical. Era algo vertiginoso para nuestros ojos humanos. El cuidador de la colmena, Rogel Villanueva Gutiérrez, es un biólogo que se especializa en las interacciones entre abejas y bosques tropicales. “Para poder conservar las abejas, se debe conservar el bosque —explicó él—. Para poder conservar el bosque, se deben conservar las abejas. Las abejas no pueden vivir sin el bosque. El bosque no puede vivir sin las abejas”. Melipona beecheii es una de las 16 especies sin aguijón que habitan los bosques de la Península de Yucatán en el sur de México. Su nombre en maya yucateco es Xunán-Kab: señora abeja. Al igual que una dinastía real cuya casa ha perdurado por siglos, la Xunán-Kab ha sido parte de la cultura maya yucateca por muchas generaciones. Los apicultores locales han mantenido colonias domesticadas de Xunán-Kab por al menos 3000 años, pero en tiempos modernos se han dedicado a la abeja europea (Apis mellifera) y a la abeja africanizada, que son más productivas. Nadie sabe cuántas colonias de Xunán-Kab existen en estado silvestre, pero la especie (al igual que otras abejas sin aguijón) es una polinizadora prolífica del bosque tropical. Según Villanueva, la deforestación (ya sea por causa humana o por los huracanes) tiene un impacto serio en las poblaciones silvestres, pero la cría de abejas es una manera de mitigar la pérdida de colmenas silvestres. En el 2005 Villanueva publicó los resultados de una encuesta longitudinal sorprendente de apicultores de M. beecheii en la Zona Maya del estado de Quintana Roo, un enclave indígena montado por separatistas mayas en el siglo XIX. Mostró una disminución del 93 % en la cría tradicional de abejas en un cuarto de siglo. De las 1000 colonias que se sabía que existían en 1981, solo 90 sobrevivían en 2004. “Si continúa esa tendencia, para el 2008, no quedará ninguna colonia domesticada”, escribieron Villanueva y sus colegas. A fines del 2018, Mongabay se propuso ver si sus predicciones se habían cumplido.